Gente con luz
Hay gente que brilla con una luz especial que, con sólo mirarla – ya sea en la foto de una revista, en una imagen audiovisual o quizá cuando caminas por la calle-, desprende una bondad y placidez en el rostro casi inexplicable ¿nunca te has sentido descolocada por alguien así?
Cuando tengo la fortuna de tropezar por la vida con este tipo personas es como si algo de esa luz también me contagiara, como si con su sola presencia el mundo se volviera más amable y más lleno de color. Es una dicha que existan personas así.
Pero quizá lo que más me revuelve es que a veces son personas que, por diversas circunstancias de la vida, tendrían motivos suficientes para transmitir tristeza, enfado, o tal vez rencor, sin embargo hacen todo lo contrario, dan lo mejor de sí mismas a los demás, ofreciendo todo lo que tienen -que a veces es la nada más absoluta-, pero te lo dan con alegría, con dignidad, con todo su corazón y sin esperar a que tu le devuelvas algo a cambio.
Hace unos días mientras charlaba con una buena amiga sobre el viaje a El Salvador y veíamos juntas las fotos, nos detuvimos en una en concreto que hizo que me rompiera de nuevo y brotara una gratitud inmensa, y mucha nostalgia para que negar, es esta foto en la que aparecen mi abuelita Rosa y su prima Catalina. Es la imagen de dos mujeres generosas y buenas que no lo han tenido nada fácil en la vida y, pese a ello, son capaces de devolver al mundo bondad, luz y belleza. Sus vidas sin duda son dignas del mejor de los bets-sellers, como muchas otras historias de gente extraordinaria que pasa anónimamente por este mundo, no así para Dios y para todos aquellos que tenemos la dicha de encontrarnos con ellas por el camino.
Y es que como decía Santa Teresa de Jesús “la fe hace posible lo que para la razón natural no lo es.”
Discussion area - Dejar un comentario