DESEO DE NAVIDAD
En estos días que nos preparamos para celebrar la navidad, deseo entrenar el corazón y la mirada para contemplar más allá de las luces y los adornos que engalanan las calles y los escaparates.
Para mí lo realmente maravilloso de la navidad es que con la llegada de Jesús, renace con nueva fuerza la ilusión y la esperanza en la humanidad. Es increíble cómo un pequeño niño que nació en un humilde pesebre sea capaz removernos el corazón y nos haga redescubrir la belleza de las cosas, de las personas y del mundo que nos ha tocado vivir.
No es vano sentir la urgencia de salir al encuentro de nuestros hermanos, aunque sean personas que no conoces, porque todos formamos una sola familia humana, y si un hermano lo está pasando mal y sufre desempleo, soledad, alguna enfermedad, la pérdida de un ser querido… tú también te sientes parte y quieres hacer algo para acompañarlo y aligerar su carga. Y es que son tantas y tan variadas las situaciones que te sorprenden en el día a día, que a veces no sabes ni cómo reaccionar.
Por eso, abrir el corazón y la mirada es más sencillo si te dejas contagiar de la alegría de Jesús, o como dice el papa Francisco: “la navidad es dejarnos amar por Jesús, con corazón abierto, ¡para que Él me encuentre! Y me diga lo que quiere decirme, ¡que no es siempre lo que yo quiero que me diga!
Pero ¿dónde encontramos a Jesús? Por descontado en todo cuanto nos rodea: la familia, los amigos, la ropa que nos abriga, el pan que nos alimenta… pero también y, sobre todo, en el pobre, el enfermo, el hambriento, el extranjero, aquel que sufre maltrato, cualquier tipo de violencia…
Por eso en estos días de adviento procuro entrenar el corazón y la mirada para salir al encuentro de Jesús, para poder mirarlo a los ojos y redescubrirlo cada día entre mis hermanos.
Comparto además una de mis oraciones favoritas con el firme deseo de ponerla en práctica cada día. FELIZ NAVIDAD.
¡Enamórate!
Nada puede importar más que encontrar a Dios.
Es decir, enamorarse de Él
de una manera definitiva y absoluta.
Aquello de lo que te enamoras atrapa tu imaginación,
y acaba por ir dejando su huella en todo.
Será lo que decida qué es
lo que te saca de la cama en la mañana,
qué haces con tus atardeceres,
en qué empleas tus fines de semana,
lo que lees, lo que conoces,
lo que rompe tu corazón,
y lo que te sobrecoge de alegría y gratitud.
¡Enamórate! ¡Permanece en el amor!
Todo será de otra manera.
Pedro Arrupe, sj
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