En todo amar y servir

¿Les ha pasado alguna vez mirar a los ojos a otra persona y sentir una conexión inexplicable? A veces esa mirada transmite alegría, confianza, tranquilidad y cariño, otras muchas cansancio, soledad, frustración, conformismo, dolor… sin embargo hay momentos en que no es fácil captar esta conexión, porque vemos pero no miramos más allá de lo aparente, o simplemente los quehaceres cotidianos acaparan toda nuestra atención, pero ¡merece tanto la pena descubrir estos regalos que nos son dados gratis cada día!

Poder experimentar la ternura de otro ser humano es un regalo y un privilegio que a veces no se puede explicar con palabras ¿te has parado a contemplar cómo lo experimentas en tu vida? ¿Te tomas tiempo para mirar con ternura a los que te rodean? Cuando te despides de tus hijos por las mañanas en la puerta del colegio, o quizás cuando llegas a tu trabajo, en medio de una reunión, a lo mejor mientras tomas un café con un amigo, o simplemente cruzas la mirada con alguien por la calle… son tantas las situaciones que vienen ahora mismo a mi memoria y que hacen que todo cobre sentido.

A veces no es sencillo por las preocupaciones, los problemas, la responsabilidad… pero de repente, un día cualquiera, lo ves todo con más claridad, con una luz nueva y distinta, es como renacer de nuevo.

Unos lo llaman Trascendencia, otros lo llaman Verdad, otros Amor, Luz, Misterio, Milagro… para mí es Jesús quien manifiesta el Amor de Dios en toda su plenitud, dándose en la realidad y regalándome la oportunidad de descubrirlo cada día en el rostro de mis hermanos.

Vengo a Ti para que me acaricies

antes de comenzar el día.

Que tus ojos se posen

un momento sobre mis ojos.

Que acuda a mi trabajo sabiendo

que me acompañas, Amigo mío.

¡Pon tu música en mí

mientras atravieso el desierto del ruido!

Que el destello de tu Amor

bese las cumbres de mis pensamientos

y se detenga en el valle de la vida,

donde madura la cosecha.

Rabindranath Tagore

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