Corazones en red

En nuestro blog les invito a hacer un recorrido imaginario por la ruta que hacemos para llegar a nuestra Comunidad de Putina Punco (en la selva puneña del Perú). Llegar a este rincón de la selva es toda una aventura…

De la ciudad más “cercana”, llamada Juliaca tomamos un bus para iniciar un viaje de unas 13 hrs. normalmente, ya que en tiempo de lluvias se puede prolongar, según las sorpresas que depare la carretera de trocha.

Lo que a mi mas me impresiona de este viaje es la variedad del paisaje y clima, ya que pasamos desde el altiplano (unos 3900msnm) hasta la selva  (unos 800msnm) esto significa unos impresionantes descensos por las montañas. Para mi este es un recorrido que invita a contemplar la grandeza de Dios.

En el viaje nos acompañan la cordillera, a  veces nevada, montañas majestuosas, lagos, cascadas, ríos, riachuelos, precipicios; nos saludan también las alpacas, llamas, vicuñas, de repente algún venadito y en cada pueblo, diferentes rostros de personas.

En el bus podemos venir hasta 70 o un poco más de personas, entran tod@s l@s que pueden, en los asientos, en el pasillo y hasta en la cabina donde va el chofer. El “calor humano” es lo que menos nos falta en el viaje. Iniciamos nuestro viaje a las 7:00 am, como a eso de las 10 am el bus hace un alto en medio del campo para miccionar (así nos lo comunica el chofer: ¡bajen a miccionar!). En el lugar hay unas personas vendiendo algo para el camino. Es fácil adivinar que ahí no hay servicios higiénicos, la primera vez que viajé me preguntaba dónde íbamos a hacer del baño y pues bueno, rápido tomé la técnica de la gente: cada quien busca su espacio al campo libre; aprendí que la necesidad pasa por encima de la vergüenza.

Continuamos el recorrido ya más liger@s, el siguiente alto  será luego de unas cinco horas para almorzar o comprar algo rápido. Llegamos a la Provincia de Sandia donde prácticamente entramos a la ceja de selva, el paisaje ahora se torna verde con montañas que nos rodean por todos lados y el río que fielmente nos acompaña. Saber que ya estamos a cinco horas de camino nos anima y nos hace sentir ya en casa, los grandes precipicios ya han pasado, quedan otros más pero quizá son más familiares. En el camino algunas personas se van quedando pues han llegado a su destino. Continuamos el viaje… estamos cada vez mas cerca, seguimos dando muchas vueltas entre las montañas… ya comienza a oscurecer… de pronto se ven las luces del pueblo, ¡hemos llegado por fin a nuestro destino! Respiro hondo y doy gracias a Dios de haber llegado con bien a casa.

Tags: Liz Fuentes, Perú // 13 Comments »