Corazones en red

En la comunidad en la que vivo, hay un hermano que hace poco ha sido nombrado por el Obispo de Cádiz, consiliario diocesano de Manos Unidas. Se llama Pedro Gordillo. Le he hecho una entrevista, que publicamos a continuación. Nos puede ayudar a sensibilizarnos en esta semana de Manos Unidas.

“DESEO QUE MANOS UNIDAS SEA, AL INTERIOR DE LA DIÓCESIS,

LA VOZ QUE NOS ACERQUE A LOS HERMANOS MÁS POBRES DE

NUESTRO MUNDO”

1. Hace unos meses, el Obispo de Cádiz y Ceuta, D. Antonio Ceballos Atienza, te ha nombrado Consiliario diocesano de Manos Unidas. ¿Cómo has recibido este encargo y en qué consiste tu misión?

            Recibo el encargo con alegría porque han sido los miembros de Manos Unidas de San Fernando, que me conocen y me han visto animar la campaña varios años, los que me han propuesto para el mismo.

            Debo decirte que aún no sé bien el alcance de la misión del consiliario. Los estatutos sólo dicen que debe acompañar en su tarea a los miembros y grupos de Manos Unidas. Creo que lo central será animar a las personas en su labor, sugerir nuevas ideas y proyectos, motivar una mayor participación, hacerme presente en la vida cotidiana de los grupos y, poco a poco, ir viendo dónde más puede hacer falta mi presencia.

            En una charla con D. Antonio me dijo que tenía mucha ilusión en la renovación que se va produciendo en Manos Unidas y que le gustaría que fueran surgiendo nuevos grupos de voluntarios en las parroquias. Esa preocupación creo que está en el corazón de todos los miembros de la diócesis y hacia ese objetivo trabajamos.

2. ¿Qué tipo de iniciativas te gustaría llevar a cabo como Consiliario?

            En Manos Unidas, las iniciativas nacen de los miembros que se reúnen en asamblea. Estos, además, están coordinados por una delegada diocesana (en nuestro caso, un delegado: Javier Fornell). Mi labor como consiliario debe ser animar a que las iniciativas que surjan puedan ser viables, buscando medios y recursos para llevarlas a cabo.

            Con respecto a mi labor de consiliario, me gustaría visitar los distintos grupos de Manos Unidas de la diócesis, fomentar la participación de más parroquias en las iniciativas comunes (conciertos, talleres, etc.). Me gustaría que en cada arciprestazgo se reflexionara sobre la conciencia misionera de nuestras parroquias y se tomasen iniciativas para acercar el Tercer Mundo a nuestra realidad cotidiana. En el fondo, deseo que Manos Unidas sea al interior de la diócesis la voz que nos acerque a los hermanos más pobres de nuestro mundo.

3. Con la crisis que nos rodea, el reciente terremoto de Haití, ¿cómo se presenta la campaña para luchar contra el hambre de fuera?

            Manos Unidas ha sentido como un hachazo el desastre de Haití. Llevamos años trabajando en esa tierra realizando proyectos de desarrollo. Tras el terremoto, se puso en marcha un plan de ayuda al país y los servicios centrales están estudiando cómo responder mejor a las actuales necesidades que están surgiendo, además de continuar con los proyectos que ya había planeados para este curso. En concreto, ya se han hecho cinco envíos de dinero a los proyectos e instituciones que Manos Unidas sostiene en Haití por un valor de 1.079.000 €. Y actualmente está preparando un nuevo envío destinado, como los anteriores, a reconstrucción de orfanatos, proyectos agrícolas, pozos de agua y saneamiento, material didáctico y médico, reconstrucción de casas, escuelas, dispensarios, …

Además, Manos Unidas sigue volcada en otros 774 proyectos que se desarrollan en 59 países del llamado Tercer Mundo. La ayuda directa siempre debe ir acompañada de una ayuda para el desarrollo.

4. El lema de la campaña de este año, Contra el hambre, defiende la Tierra, tiene un “toque” ecológico. Explica su alcance.

            Efectivamente, la presente campaña quiere hacernos caer en la cuenta de dos de los “8 objetivos para el Milenio”. El primero siempre está presente en Manos Unidas: erradicar la Pobreza extrema y el hambre. Y, este curso, se ha tenido en cuenta además el Objetivo 7: “Asegurar la sostenibilidad ambiental”.

            Manos Unidas está convencida de la importancia de cuidar el medio ambiente y el desarrollo de políticas agrícolas e industriales sostenibles. De la tierra vienen los alimentos que tanto necesitan los países empobrecidos. Cuidar la tierra es una obligación para todos, pero especialmente para los que deseamos que los bienes naturales lleguen por igual a todos los hombres y mujeres del planeta.

5. Destaca algunas iniciativas que se vayan a realizar en la Diócesis de Cádiz y Ceuta con ocasión de la Campaña.

            En nuestra diócesis se hacen diferentes actividades organizadas no sólo por grupos de Manos Unidas, sino también por colegios e institutos, parroquias, etc… y todas se sienten parte de Manos Unidas.

En Cádiz este año nos coincide la Campaña con el primer fin de semana de Carnaval y eso hace que todo sea un poco más complicado. Por ello las actividades se van a desarrollar durante todo el año.

Por ponerte algunos ejemplos el pasado sábado hubo un concierto de la Banda Municipal de Música de San Fernando a favor de Manos Unidas; el viernes en muchos colegios de la diócesis se hará el “bocadillo solidario” para celebrar el día del ayuno voluntario. Por la tarde en Vejer, San Fernando, y otros lugares se harán concentraciones en alguna plaza de la ciudad. Hay una exposición itinerante que ha pasado por algunos colegios e instituciones y seguirá yendo a donde se solicite. Además, el domingo en cada parroquia de la diócesis se recordará la campaña a todos los feligreses y se invitará a conocer y colaborar con Manos Unidas.

6. Lanza algún mensaje a todas las personas que colaboran con Manos Unidas en la Diócesis.

            Ummm, buena pregunta.

            ¡Qué no se cansen! Pocos están en Manos Unidas por mero placer. Más bien tienen en su corazón una llamada a cuidar a los que nadie cuida, a hacer el bien a los que tienen menos suerte. Yo les animaría a que renovasen esa llamada en su interior, que les llevó un día a entrar en Manos Unidas. Creo profundamente que Dios está detrás de esa llamada a servir al estilo de Jesús a los más empobrecidos de la tierra. Que cuando se agobien, cuando las cosas no salgan o los resultados no sean los que esperaban vuelvan a su corazón y ofrezcan a Dios su entrega, su esfuerzo, su fracaso o su éxito y pidan fuerza para seguir amando, para seguir sirviendo. ¡No os canséis de hacer el bien! (2 Tes 3, 13).

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