¿Una Iglesia sin curas?

curasEn el último número de la Revista 21 RS, aparece una columna de Manuel de Unciti, sacerdote y periodista, que él titula:”¡Adiós a los curas!”, tema que ya ha tratado, casi de la misma forma y sentido en otros medios periodísticos.

Como me parece interesante, y no todos tienen acceso a su lectura, quiero abundar en el tema para los lectores del Blog. Parte el autor del dato estadístico de la disminución de seminaristas en estos últimos años; y se pregunta:”Sería muy descabellado imaginar una Iglesia sin curas?”.

Teólogos y estudiosos de la Historia de la Iglesia llegan a la conclusión de que en los primeros tiempos del cristianismo (hasta, incluso, los dos primeros siglos) no se habla para nada de que hubiera sacerdotes. No quiere esto decir que los cristianos no celebraran la Eucaristía (la Acción de gracias). Pero las mismas comunidades cristianas designaban quien la presidiera, para lo cual se escogía a la persona más idónea: la persona más digna a su juicio, o con mayor autoridad, o de más edad. Las comunidades se organizaban y responsabilizaban para ello. Ya sabemos que otros sacramentos, como el de la penitencia (perdón de los pecados) aparece muy posteriormente. Incluso hasta el siglo XI, la iglesia no asume oficialmente los siete sacramentos.

Cuando la Iglesia es reconocida oficialmente por el Imperio Romano, en tiempos del emperador Constantino, empieza a tomar protagonismo el oficio sacerdotal, y se desarrolla con más fuerza el estado clerical, en contraposición del estado laical. Las comunidades pierden iniciativa y creatividad, y se sobrevalora la labor del sacerdocio. Se eclipsa el “sacerdocio común” de todos los fieles bautizados, y se exalta el poder e influencia del clero en general y del sacerdocio ministerial en particular.

Pienso que ese trueque le ha hecho daño a la Iglesia, porque ha perdido el sentido de “Pueblo de Dios”, para reforzar una iglesia piramidal, con el pueblo en el último escalón, sin protagonismo, y mermada la corresponsabilidad.

A partir del Concilio Vaticano II se recuperó el sentido de Iglesia como Pueblo de Dios, todo él sacerdotal. Desgraciadamente lo que era tan hermoso en las declaraciones conciliares, no caló suficientemente en la práctica. Al cabo de tantos años de postconcilio, parece que se empieza a tomar conciencia de algo tan fundamental en el concepto de Iglesia. Pero muy poco a poco, como ocurre siempre en la Iglesia.

Yo no me atrevería a pronosticar que lleguen a desaparecer los sacerdotes (aunque sí que empieza a haber una cierta  escasez de ellos y de aspirantes); pero sí que desearía que los laicos, y las comunidades cristianas como tales, recobrasen nuevamente su importancia en la marcha de la Iglesia, como la tuvieron en sus comienzos.

                                                                                                                 Félix González

6 Responses to “¿Una Iglesia sin curas?”

  1. La formación es una cuestión muy importante. Los progresos en teología deben ser transmitidos, la Palabra tiene que estar bien interpretada y consecuentemente explicada y los sacramentos no deben de mantener su condición de signo sagrado.
    Independientemente del orden jerárquico, debe de mantenerse una estructura, que no dé vía libre a los personalismos, como en las iglesias de los telepredicadores donde se aglutinan sus seguidores en torno a personas (narcisistas muchas veces) con gran poder de convocatoria.
    El sacerdocio es el más alto ‘oficio’ de ‘servicio’.

  2. …’deben’ de mantener su condición de signo sagrado,

  3. Recuerdo tus tiempos como director de los apostolicos de Miranda, ya entonces mantenias teorias muy avanzadas que te llevaban a confrontaciones con otras mentalidades integristas como la del Padre Roberto Lopez. Yo entonces era muy joven, pero ya intuia que ibas acertado y hoy dia puedo estar seguro de ello y quiero agradecerte aquellos aires nuevos que supiste dar a los seminaristas.

  4. Estimado Padre Félix: Soy capaz de concebir una Iglesia sin curas, o sin monjas, incluso si me apuras la imaginación, sin Papa. Lo que no soy capaz de imaginar es una Iglesia sin Espíritu. Quizás el problema es que no lo dejamos actuar; Él campa a sus anchas por cada recodo de los viejos muros de esta empanada que hemos montado tras dos mil años, ahí sigue…eso forma parte de mi fe y de mi confianza.
    Tampoco imagino una Iglesia sin siembra, sin evangelizar: no creo en las iglesias de puertas cerradas, del hermetismo y del secretismo…si queremos ser luz del mundo….No imagino una iglesia sin jóvenes, aunque nos cueste su locura, su rebeldía, su dejar las cosas “manga por hombro”…cada vez resuenan con mas fuerza el “dejar que se acerquen a mi….” con todo lo que eso conlleva. Creo en una Iglesia de hijos pródigos y de hijos mayores, todos pecadores pero con buen corazón…aunque a veces el hijo mayor no entienda el porqué lleva anillo, vestiduras blancas y sandalias, ése que tan “malo” es, que tan alejado de “nuestra iglesia” está.
    Creo en la Iglesia de los alejados, de los excluidos, de los que no tienen nada y quizás nunca lo tengan, y cada día doy gracias por todo lo recibido y pido perdón por lo que me voy alejando de ellos.
    Un abrazo y perdona el rollazo….debe ser la cuaresma, que de tanto ayunar de uno mismo, olvidé ayunar del silencio.
    Postdata: Que difícil aceptar que debajo de tanto pecado e imperfección, Dios ordena sacerdotes, profetas y reyes……donde uno menos se lo espera.

  5. También imagino una Iglesia sin clero, y que los cristianos que lo deseen puedan reunirse para celebrar la Eucaristía independientemente de que esté o no presente un ministro ordenado. Jesús pidió ‘hacer eso en memoria suya’; no dijo que para ello fuera necesario un cura. Hay escasez de curas, pero Dios sigue enviando obreros a su mies, aunque a veces no sepamos reconocerlos o no estemos dispuestos a aceptarlos cuando no se nos presentan de la forma a la que estamos acostumbrados.

  6. Félix, pobres de nosotros, si sólo pudiésemos alcanzar el perdón humano, el cual dicta mucho del perdón que recibimos a través del Sacramento Bendito de la Penitencia, ahí alcanzamos con toda su plenitud la Misericordia de Dios, nuestro Padre, la cual recibimos a través de los benditos sacerdotes!!!!!
    Jesús le dijo a Pedro: “Tú eres Pedro, sobre tí, edificaré mi Iglesia”. Lo que ateis en la tierrra quedará atado, lo que desatéis, quedará desatado”…….
    Me uno fuertemente en la oración, para que Ntro Señor nos mande muchos sacerdotes!!!!

    Recibe un abrazo/Pilar

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