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(Convertíos y creed en el Evangelio)

Comenzamos el tiempo de Cuaresma, llamado “tiempo fuerte”. ¿Una cuaresma más que sumamos a nuestra vida? Ojalá que no sea así, porque es un tiempo especialmente de gracia de Dios, que merece la pena aprovechar. Dice la parte del Evangelio de hoy (por cierto muy cortita, pero muy interesante), que Jesús, después de que encarcelaran a Juan Bautista, se va a Galilea, y empieza su predicación con etas palabras: “está cerca el reinado de Dios, convertíos y creed en el evangelio”, palabras que nos suena porque las hemos escuchado en la imposición de la ceniza, el miércoles. Sólo tres palabras, pero muy  importantes.

En primer lugar nos anuncia la llegada del Reino de Dios (el reinado de Dios).Con Jesús, comienza a cumplirse plenamente ese reino de Dios, que consiste en vivir según lo que Dios quiere y espera de los hombres: amor, justicia, solidaridad, fraternidad, libertad, compasión, paz… Todo eso se da en Jesús, y todos eso tenemos que tratar de vivir cada uno de nosotros; y el reinado de Dios irá creciendo y haciéndese realidad en este mundo, en la medida en que lo vivamos.

En segundo lugar nos dice: convertíos. Es una invitación a adecuar nuestra vida a los deseos de Dios y a poner en práctica el seguimiento de Jesús. La conversión no excluye totalmente el pecado, porque dice la Sagrada Escritura, en Proverbios, 24, 16, que “el santo peca siete veces al día”. Pero sí que exige la reconciliación, leer nuestra vida a la luz del evangelio, procurar no querer ser nosotros mismos y nuestros gustos la norma de comportamiento, sino Jesús y la voluntad del Padre realizada en él. Por otra parte, la “conversión” no es de una vez para siempre, sino que es tarea de toda la vida y en todas las circunstancias. Debemos estar “en estado de conversión”, de cambio, de seguir a Jesús pisando sus huellas, recorriendo sus caminos.

Y a todo eso nos tiene que llevar el “creer en el evangelio”, que es la tercera palabra a la que hacía referencia. Pero ¿Qué significa “creer en el evangelio”? Significa que lo tenemos en estima tan alta, que queremos conformar nuestra vida con él; que queremos que nuestra manera de actuar en todas las ocasiones esté en conformidad con lo que se nos dice de Jesús; que nuestros criterios y el modo de ver a los demás se parezcan a los criterios y modo de ver de Jesús. Significa que se convierta en nuestra guía y nuestro lugar de referencia.

Pero para creer en el Evangelio, hay que conocerlo; y para conocerlo bien, tenemos que lograr que sea nuestra lectura principal y frecuente. Mucha gente habla y cita el evangelio, sin haberlo leído ni una sola vez. El evangelio no es un libro de lectura, sino de reflexión, de meditación, de confrontación. Es la regla de vida y el modelo de comportamiento para todo cristiano (incluso para cualquier persona de buena voluntad).

Con el evangelio de este domingo nos metemos ya de lleno enla Cuaresma. Ypara vivirla bien, tenemos que atender a tres cosas: la oración, el ayuno y la limosna. La oración es imprescindible para un creyente; nos hace entrar en relación con el Dios-Padre que nos ama, el Dios-Hijo que nos redima, el Dios-Espíritu Santo que nos santifica y nos orienta.

El ayuno, que no necesariamente consistirá en no comer o comer menos; se trata de ser capaces de vivir en la austeridad en orden a poder compartir, y en privarnos de aquello que no está del todo en orden con el camino de la santidad.

Yla Limosna. Estapalabra suena mal, porque la hemos reducido a dar o compartir de lo que nos sobra, o de arrojar unas monedas al pobre de la calle o al cestillo de la colecta dominical. En este sentido es humillante. Pero la palabra “limosna”, que proviene del griego quiere decir compasión y misericordia; inicialmente indicaba la actitud del hombre misericordioso y, luego, todas las obras de caridad hacia los necesitados.

Reino de Dios, conversión, creer en el evangelio, oración, ayuno y limosna, son palabras que deberíamos barajar frecuentemente durante esta cuaresma.

                                                                                                             Félix González

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