Corazones en red

He dicho muchas veces, y todo el mundo que trate de vivirlo, lo puede corroborar, que hay partes del Evangelio que resultan más difíciles de practicar que otras. Y quiero citar algunas de esas partes (no todas). Palabras de Jesús que encontramos en San Mateo, 5:

1-“Habéis oído que se dijo: ojo por ojo, diente por diente. Pues yo os digo que no opongáis resistencia al que os hace el mal. Antes bien, si uno te da una bofetada en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica déjale también el manto. Si uno te obliga a caminar mil pasos, haz con él dos mil”

2-“Habéis oído que se dijo: amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: amad a vuestros enemigos, rezad por los que os persiguen”.

Estos dos parrafitos tan cortos suelen ser una piedra de tropiezo en la vida del cristiano. Claro está que hay que quedarse con lo que quieren decir, sin tomar al pie de la letra lo de la mejilla: perdón, comprensión, no venganza, compartir, amor de entrega…

Todo el capítulo 5 de Mateo es un programa de conducta  cristiana, que, al mismo tiempo, sirve para constatar hasta qué punto hemos asumido el evangelio, y el seguimiento de Jesús.

Todavía quiero traer a colación otro texto, que está en la misma línea de los anteriores, y que ofrece no menos dificultad. Es el siguiente. Pedro, el preguntón, plantea a Jesús esta cuestión: “Cuántas veces se debe perdonar al que te ofende? ¿Siete veces? Jesús responde:”No te digo siete veces, sino setenta veces siete” (que en su lenguaje significa: “siempre”.

Dada la experiencia, podemos colegir que “perdonar” de verdad, es una de las cosas que suelen resultar más difíciles.

Todo el Evangelio es una invitación de Jesús a vivir conforme a la voluntad del Padre, y un modo seguro de que estamos siguiendo a ese Jesús.

La razón de todas esas exigencias o invitaciones del Evangelio, es la que el mismo Jesús da: “Así seréis hijos de vuestro Padre del cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos”.

Después de todo lo dicho, no cabe otra cosa que terminar con palabras que son también de Jesús: “El que pueda entender, que entienda”, frase que se ha hecho ya clásica en latín:”qui potest capere capiat”.

Félix González

Tags: Félix G.L., Reflexiones // 5 Comments »