Domingo XXXII del Tiempo Ordinario
(Dios siempre nos gana en generosidad)
Para el comentario de hoy, partimos dela Palabrade Dios tomada de la primera lectura, en vez del Evangelio, como hacemos de costumbre. Recordemos que esa primera lectura esta tomada del Primer Libro de los Reyes, libro del Antiguo Testamento. En ella se hablaba de cómo el profeta Elías, cansado del camino y hambriento, pide a una viuda de la ciudad de Sarepta que le diera un trozo de pan, a lo cual la mujer le respondió que sólo tenía un puñado de harina y un poco de aceite y cuando eso se terminara, se dispondrían a morir de hambre ella y su hijo, porque no tenían más.
Elías le dijo que cocinara el pan y le diera de comer a él primero porque Dios le había prometido que la harina y el aceite no iban a disminuir. La mujer lo hizo, aunque fue una decisión difícil debido a que el ser humano por lo regular piensa primero en satisfacerse a sí mismos y a sus familiares antes que ayudar a otros.
Jesús, en el Evangelio nos aconseja que seamos generosos con los demás, porque seremos medidos por Dios, con la misma medida que usemos nosotros con los demás
Dios siempre actúa con generosidad, y cada uno tenemos razones suficientes y sobradas para atestiguarlo Generosidad de Dios cuando nos muestra su amor, hasta darnos a su propio y amado Hijo, que se entrega a la muerte por nosotros; generosidad en el perdón; generosidad en lo mucho que nos da cada día.
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Félix González
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