Fiesta de los “Reyes Magos”, o de la “Epifanía”
Seguramente que “algunas personas” no muy acostumbradas al lenguaje de la Iglesia, se podrían preguntar: ¿qué fiesta es esta? ¿qué significa esa palabreja de “Epifanía”?
Pues bien, es una palabra griega que significa “manifestación”. En este caso se trata de que Dios hecho hombre, Jesús, se da a conocer (se manifiesta), por primera vez, a extranjeros (los Magos) que no pertenecían al pueblo de Israel.
La Epifanía es una de las fiestas litúrgicas católicas más antiguas, más aún que la misma Navidad. Parece ser que en Egipto y Arabia se celebraba en el solsticio de invierno, ya por el año 361.
En el siglo XV existía en Florencia una hermandad denominada la “Compagnia dei Magi”; se trataba de una de las congregaciones más importantes de la ciudad. Esta hermandad imitaba cada cinco años el viaje de los Reyes Magos por las calles de Florencia, encuadrándose entre los episodios más suntuosos de la ciudad toscana.
La verdad es que la fiesta en cuestión nos habla de la universalidad de la salvación. El Salvador, Jesús, no viene sólo para el pueblo de Israel (pueblo escogido por Dios en el Antiguo Testamento), sino que Jesús viene al mundo para toda la humanidad. Ese es el sentido de la fiesta de la Epifanía.
La religiosidad popular primero, y luego el comercio, lo han trasformado en “la fiesta de los Reyes Magos”, con toda la parafernalia de juguetes, ilusiones infantiles, cabalgatas, gastos desorbitados de los padres, y olvido de su verdadero sentido salvífico.
| “Según cuenta la tradición, las reliquias de los Reyes Magos, conocidos también como los Tres Sabios, fueron rescatadas en el año 300 por la Emperatriz Elena, madre del emperador romano Constantino, y trasladadas a Constantinopla (hoy Estambul), donde estuvieron guardadas durante 3 siglos. | ||||
| Permanecieron después en Milán hasta que fueron llevadas a Alemania por el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Federico Barbarroja, quien las entregó después al Arzobispo de Colonia, Rainald de Dassel, en 1164.
Para albergar estas significativas reliquias, se comenzó en 1248 la construcción de la Catedral de Colonia,donde permanecen en un gran relicario, considerado el mayor del mundo, con 350 kilos de peso y ricamente decorado con oro, plata y piedras preciosas. El relicario está envuelto en una elaborada cubierta decorativa con representaciones de la Virgen María, los Profetas, los Reyes Magos, así como escenas de la Pasión de Cristo. La capilla está presidida por el retablo “La Adoración de los Reyes Magos“, de singular belleza. La Catedral de Colonia, cuya construcción tardó 632 años, se convirtió, después de la de Sevilla, en la segunda catedral gótica más grande de Europa. En el año 1996 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Las reliquias de los Tres Reyes atraen cada año una corriente constante de peregrinos a Colonia”. Es una leyenda muy bonita, pero no pasa de ser una leyenda, como casi todas las que proceden de la edad media o antes. Celebrar el día de los Reyes Magos es bonito, ilusionante, tanto para los niños como para los mayores. Pero no olvidemos que la fiesta religiosa es la Epifanía. Félix González |
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Sabio es buscar a Dios.
Más sabio aún es comprender que Él sale permanentemente al encuentro.
Susana: ese es el verdadero sentido de Epifanía, como dice:”Comprender que Él sale permanente al encuentro”.