Domingo de Pascua
Hoy es un día tan grande, que su grandeza se nos escapa en buena parte. La Resurrección de Jesús, es la garantía de nuestra propia resurrección, y fundamenta nuestra fe. Decía San Pablo: “si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe” (1ª Cor. 14,14).
La duración de esta hermosa fiesta, es de 50 días. Si tenemos cuarenta días (cuaresma) para prepararla, tenemos cincuenta días para celebrarla. Y yo diría, que toda un vida para disfrutarla. Tanto tiempo dedicado y orientado a la Pascua, ya nos habla elocuentemente de su importancia.
La palabra “Pascua”, que procede del hebreo, y luego del griego, significa “paso”. Es el nombre con el que los hebreos designaron el acontecimiento del “paso” de la esclavitud de Egipto a la libertad de la “tierra prometida” (Canaán); el “paso” del Mar rojo; el “paso” a través del desierto, durante un largo periodo de tiempo. (Pascua=Paso). Pascua es el nombre con que los judíos celebraban (y celebran) estos acontecimientos salvadores.
Los cristianos llamamos Pascua, a la celebración de los grandes acontecimientos salvadores: “Paso” de Cristo, de la muerte a la vida, que es anuncio y posibilidad de nuestro “paso” a la Vida, tras la muerte. Por eso la llamamos “Pascua de Resurrección”.
Es un día, hoy, de acción de gracias a Dios. Una acción de gracias que salga del fondo de nuestra alma, porque podemos decir con el canto: ¿Dónde está, muerte, tu victoria?
Jesús ha vencido a la muerte, con su resurrección, Y Jesús vencerá nuestra muerte, dando paso a nuestro encuentro con Dios.
Félix González
i love of god