Domingo III de Cuaresma

(“No convirtáis la casa de mi Padre, en una cueva de ladrones”) Este evangelio suele extrañar mucho a algunas personas, incluso, yo diría, que hasta puede escandalizar a algunos más pusilánimes. ¿Por qué? Porque se imaginan a un Jesús tremendamente airado, repartiendo latigazos a diestra y siniestra, arrojando del templo a hombres y animales. Demasiada […]