ESTREMECEDOR “IN MEMORIAM”, DE LLUIS PASQUAL
‘In memoriam-La quinta del biberón’, de Lluis Pasqual, es un espectáculo emocionante, estremecedor, en ocasiones sublime, sobre aquel grupo de combatientes de 17 años que la República llevó a combatir en el frente del Ebro con la muerte como único horizonte. Se adjudica a Federica Montseny haberles puesto el nombre: “¿Tienen 17 años? Pero si todavía deben tomar el biberón”.
‘In memoriam’ es, ante todo, un enérgico alegato contra la guerra. Lluis Pasqual, uno de nuestros hombres de teatro de mayor nivel intelectual y profesional, tenía pendiente desde hace años hacer esta obra en homenaje a su tío Luis, hermano de su padre, que murió en el frente del Ebro con 17 años. Lluis Pasqual ha leído diarios escritos por aquellos muchachos, y se ha entrevistado con algunos supervivientes, hombres de 95 y 96 años, todavía marcados por aquella experiencia. El resultado ha sido un espectáculo sensacional, aunque con alguna grieta en el subsuelo.
La obra contiene una desidealización –llamémoslo así- de la República. La mayoría de aquellos chicos no querían luchar. Querían vivir, no morir. Uno de los soldados, cuando le recuerdan la famosa frase de Pasionaria, replica: “Pues yo prefiero morir de rodillas a vivir de pie”. Otro, exclama: “Yo lucho por la República, ¿pero qué hace la República por mí?”. Lluis Pasqual refleja dos conceptos. Uno muy repetido: Franco quería eliminar cuantos más enemigos mejor, para hacerse más fácil la posguerra. Y otro del que se ha hablado menos: Negrín confiaba en que estallara por fin la guerra mundial. De modo que unos y otros querían alargar la contienda lo más posible, no por motivos estratégicos, sino políticos. Pero en medio estaban aquellos muchachos que, como se menciona en la obra, no tenían entonces la mentalidad de un joven de 17 años, sino la mentalidad de un niño de 12. Murieron como animales.

Lluis Pasqual
El espectáculo se enfrenta a la dificultad de reflejar la guerra a un público acostumbrado a ver las batallas desde los medios de los que dispone el cine y carece el teatro. Pero Lluis Pasqual, a su manera, sigue el consejo que un día dio Jean Genet: “La mejor manera de mostrar una guerra en un teatro es poner unas moscas sobre un cadáver”. ‘In memoriam’ tiene, sobre todo al principio, la estética de un documental, cuenta con música en vivo, y hay proyecciones cinematográficas sobre una pantalla ubicada al fondo del escenario. Se trata, pues, de un espectáculo moderno. El teatro, un arte viejo, ha sabido enriquecerse con las nuevas tecnologías y ponerlas a su servicio. Lluis Pasqual lo aprovecha muy bien. Pero la función crece cuando es teatro/teatro: por ejemplo, en los monólogos en los que los soldados –hay seis actores- describen su propia muerte. Porque el teatro gana cuando las cosas se muestran, no se cuentan. Y en esta obra tal vez haya un exceso de documental, de ánimo pedagógico. Se cuenta mucho y se muestra poco. Además hay cierta atmósfera de la obra ‘Escuadra hacia la muerte’, de Alfonso Sastre, y hay momentos que recuerdan a ‘La vaquilla’, la película de Luis Berlanga.
Pero ‘In memriam-la quinta del biberón’, que se representa en el teatro María Guerrero de Madrid hasta el 12 de marzo, es un espectáculo sublime, ya está dicho. Una obra viva. Como sostiene Lluis Pasqual: “Si el cerebro fuera una cómoda, la vida y el teatro estarían en el mismo cajón”.