Un soneto
Tengo una amiga que escribe sonetos con enorme facilidad. Le he pedido que me deje publicar alguno y para mi gran gozo ha accedido con lo que se lo ofrezco. Para que me salieran los versos en columna he tenido que recurrir a los puntos que espero no les distraigan.
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Hoy quisiera, Señor, que me escucharas.
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Tu mirada quisiera en el espejo,
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que mirando esa noche que reflejo,
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te pudiera servir si me llamaras.
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Tan sencillo sería que pintaras
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con un poco de luz lo que me alejo,
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dibujarme tu cruz cuando te dejo
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que pudiera decir cuando callaras.
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Escúchame, Señor, no es que lo pido,
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que no puedo pedir, si ni te veo,
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ni siquiera sentir cuando te creo.
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Pero al colorear sobre mi olvido….
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¡cómo no palpitar por el derroche
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de iluminar tu día con mi noche!
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Mª Elena Covarrubias
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