El odio terrorista
¿Qué les habrán contado a unos jóvenes en el esplendor de la vida para que se quieran inmolar matando? ¿Qué odio han asentado en su alma y por qué? Estas preguntas y otras semejantes me venían a la mente cuando veía las imágenes del terror en Bombay. Imagino que algunos de estos terroristas saldrán de hogares extremadamente pobres y pensarán que la culpa de su indigencia la tienen los ricos que identifican con los occidentales a los que ven guerreando contra musulmanes en Irak y Afganistán. Aunque esta idea se cae por su peso cuando se comprueba que los gestores de los actos terroristas en Londres eran médicos, gentes cultas y bien formadas, que conocen los porqués de esas guerras.
Junto a la matanza en los dos hoteles más lujosos de la ciudad hay también la toma de una sinagoga, lo que amplía la visión de los “malos” al mundo judío. Pero no se comprende el ataque a una estación más que si damos un paso más ampliando la perfidia a los hindúes. Todos entran en el mismo saco que intenta causar dolor, ya que no pueden concebir la erradicación de estos grupos, a los que son ricos, judíos y personas que no profesen la religión musulmana.
Resulta difícil para las policías de los distintos países combatir a gentes con esta mentalidad, a locos fanáticos dispuestos a morir por su causa. En este sentido los comandos etarras son más débiles puesto que no están dispuestos a dar la vida por sus ideas sino a que paguen con la suya los que no piensan igual.
El hecho de que un grupo numeroso de españoles haya estado en el ojo del huracán de este infierno nos ha hecho mucho más sensibles a un problema que nos pilla de lejos aunque nos afectó de lleno en la matanza de Atocha. Pidamos a Dios que los heridos y familiares de los fallecidos no se llenen a su vez de odio para que no se multiplique la escalada de la violencia sin sentido.
Discussion area - Dejar un comentario