Un anuncio de Ford
Una costumbre inveterada en España era la publicación de grandes calendarios con mujeres exuberantes y ligeras de ropa que muchos talleres lucían en sus paredes. Se establecía una relación entre los coches y las modelos que iban vestidas con tres tallas menores de las necesarias.
Comentaba en mi anterior post que se estaba debatiendo en la ONU un texto para acabar con la violencia contra las mujeres y, tonta de mí, pensaba que era algo que todo el mundo había asumido. Para mi estupor vi ayer un anuncio de un coche Ford en el que aparecía al volante y volcado mirando hacia atrás, el ex presidente italiano Berslusconi. No había nadie en los asientos traseros pero en el maletero se encontraban tres mujeres amontonadas en un espacio reducido. Como era de esperar iban insuficientemente vestidas pero lo peor es que estaban amordazadas. Una empresa, con tanto peso específico como Ford, caía de nuevo en la violencia a las mujeres, por burlarse de Berlusconi.
En el periódico de esta mañana he leído otra perla que no tiene desperdicio. El seleccionador francés de futbol, cuyo equipo juega esta noche contra España, celebró una rueda de prensa en la que una periodista le preguntó por la mala forma de su delantero Benzema, que juega en el Real Madrid. La contestación del caballero fue: “No contesto sobre temas de futbol a mujeres cuyo papel está en la cocina”. Una violencia innecesaria que muestra la forma de pensar del mister, que es como llaman a los entrenadores.
Estamos en Semana Santa y pensé que Jesús había sido tratado como ganado, llevado como un cordero al matadero, se le había quitado la palabra y despojado de sus ropas. Tantas mujeres maltratadas y violentadas le pueden mirar de frente para sentir con él, lo que es la humillación y la vergüenza, pero también para llenarse de una dignidad que nadie les puede arrebatar, la dignidad humana de ser mujer de cuya carne nació el Mesías.
Me produce cansancio el nivel intelectual de algunos… no sé si muchos, sí, quizás muchos. Se les puede reconocer en todos los campos. Es lamentable: siguen en las cuevas. ¿Cuándo se van a despertar?