Pon tus palabras en mi boca
Lc 21, 5-19
Hay tantas preguntas que nos hacen, tantas cosas a las que dar respuesta que, sinceramente, no damos abasto. Y no solo por el hecho de tener que responder, sino por lo que supone a veces de llevar con paciencia tantas actitudes negativas que día a día se nos presentan. Por eso, el Evangelio de este domingo es una inyección de confianza y nos refuerza la seguridad de que Dios es el que da fuerza y nos “sopla” –nunca mejor dicho en el caso del Espíritu Santo- las palabras adecuadas en cada situación, para cada persona que está en búsqueda o que presenta sus propios interrogantes.
Aunque lo que más convence es el testimonio, los gestos concretos, sin embargo, cuánto bien puede hacer una palabra oportuna, clarificadora o interpelante. Las palabras también ayudan en el crecimiento y el camino personal.
Gracias que bonito tu blog. Soy maestra de religion de ninos y uso tus imagenes para mis presentaciones en power point. Espero no te moleste. Un abrazo
Hola, María: Nos alegra mucho que utilice los dibujos del blog. Para eso están, para hacer un servicio de evangelización. Un abrazo.