Rodeados por el Amor
Jn 14,15-21
Estamos bien rodeados. El Padre, el Hijo y el Espíritu nos “cercan” con su Amor. ¡Casi nada! ¿Se puede tener miedo con esa bendita compañía? No nos falta nada. Solo podremos responder pobremente con nuestra vida al más alto don que recibimos del Dios que se desborda con sus criaturas. Una vida que ha de ser para amar.
Jesús no nos deja nunca abandonados. El Espíritu, memoria viva de su actuar, nos cuida y nos lanza a seguir sus pasos, para alcanzar la plenitud junto al abrazo del Padre. Explosión de alegría y de esperanza, que ha de mantenerse cuando atravesemos los momentos más duros que la vida trae consigo. Ahí también el Amor nos “cerca”, nos abraza, nos inunda. Es nuestra mayor garantía. Pero como dice el Evangelio: “El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él”. Está claro el camino. El Padre con el Hijo y el Espíritu me aman y están conmigo. ¡Adelante!
Pregunta para la semana: ¿Me siento en mi vida cotidiana rodeado de ese Amor de la Trinidad?
La pregunta es ardua para niños ¿no?
En la película “Camino”, asfixian a la niña con multitud de creencias interpuestas entre ella y Dios. Pero a los 12 años, la experiencia de Dios que conoce es el amor de sus padres en quienes confía plenamente -expecialmente en su padre- y la ilusión que le abre a la vida, es su amigo Jesús, no el Ecce Homo.
Estos cauces son sagrados porque es el mismo Dios quien discurre por ellos.
Bueno, a veces los niños nos sorprenden, porque si realmente son niños están más cerca de ese Amor. Pero la pregunta, va, claro, también para los educadores y los que están con los niños. El Amor es la vía más próxima al acontecimiento de Dios. Un saludo, Fernando ss.cc.
También, un saludo.
Querido Fernando, muchas gracias por tus meditaciones…, si dejamos el trato íntimo con Jesús, probablemente , en muchas ocasiones de nuestra vida nos sintamos solos, sin ese Amor de la Trinidad…, En la perseverancia de nuestra oración, crece en nosotros el deseo de encontrarnos con Él, de sentirnos arropados de ese Amor!!!, , de ésta manera seremos capaces de ir superando las circunstancias, a menudo difíciles ,con las que nos encontramos en nuestro día a día!!!
A menudo, nos entristecemos, como les pasó a sus discípulos, porque ya no le vemos físicamente, nos enamoró con su Palabra y acciones, murió, resucitó y de nuevo, nos deja sin su presencia, nos sentimos solos!!, nos olvidamos que nos aguarda en el Cielo, dejamos a un lado la virtud de la esperanza, en ocasiones, casi olvidamos esa virtud!!, necesitamos de la urgencia de seguir frecuentando la oración, la Eucaristía, seguir alimentándonos de Él para, en los momentos de tentación (que no son pocos), tengamos muy presente el Amor que en el cielo nos aguarda!!!!, deberíamos de tener muy presente que en éste camino, el final es encontrarnos con el Padre ,donde no podemos alcanzar a saber cuán Amor percibiremos!!!!, ese pensamiento, nos debería de servir para estar vigilantes continuamente en las cosas grandes y pequeñas que acontecen en nuestra vida, haciéndolas a la perfección, como si fueran las últimas antes de irnos al Padre!!!!
Yo me encomiendo a Nuestra Madre, para que me ayude a ser perseverante en la oración, a seguir frecuentando los Sacramentos, para que sean el principal alimento para mi alma, así me ayudarán a sentirme , incluso en los momentos más difíciles , arropada por ese Amor de la Trinidad!!!
Un fuerte abrazo/Pilar!!!!
Como bien dices, Pilar, estemos vigilantes en las cosas grandes y pequeñas que pasan en nuestra vida. Un fuerte abrazo, Fernando ss.cc.