No seamos impermeables
La semilla es como el agua de la lluvia. Concentra vida y puede hacer florecer la vida que la Palabra nos brinda continuamente. Podemos ser impermeables como sucedió con la parábola del sembrador, por permanecer en la superficie –en el borde del camino-, por habitar el terreno pedregoso –no tener un corazón de carne sino de piedra- o por caer entre zarzas –convertirnos en un espino para los demás-. Pero siempre hay posibilidad de convertirse en tierra buena, cuidada, labrada, mimada. ¡Cuánto saben los agricultores de mimos para la tierra! De su buen hacer podríamos aprender nosotros para la vida espiritual.
Este dibujo, en medio de los calores del verano, supone un “refrescarnos” con la Palabra. No pongamos paraguas o parasoles a la acción de la Palabra en nuestra vida. ¡Nos hace tanta falta! Sin la Palabra nos abrasaríamos en seguida, porque a veces las pruebas, las dificultades, las enfermedades… nos superan. ¡Dejémonos empapar por la lluvia de Dios y mantengamos la fe!
Así lo haremos Fernando, pero….. qué preciosidad de dibujo!!!, me habéis sacado una sonrisa, gracias!!!
Mis felicitaciones nuevamente para nuestro amigo Patxi
Un abrazo/Pilar
Cuando escucho esta parábola siempre me viene dos pensamientos:
La palabra tengo que hacerla vida, tengo que abonar mi propia tierra y cuidarla, alimentarla con la oración y la Eucaristía y dejarme empapar…..¡¡¡ Fernando, hasta los huesos si hace falta!!! para que la semilla crezca y se fortalezca
Por otro lado nunca me olvido de dar las gracias por el privilegio que Dios me ha dado de ser también sembradora de su palabra, de ayudarle en la tarea de esparcir su semilla, de abonarle el terreno…..ya Él regará y actuará el Espíritu
Os dejo un trocito de una oración de A.Murua sobre la semilla
Para crecer,
una semilla necesita
tierra buena y agua generosa.
Señor, tu vida nos muestra
que la mejor tierra
es la realidad de todos los días
y las necesidades de los otros,
nos llamas a plantar nuestra semilla
en las situaciones que vivimos,
en la vida que compartimos,
en la tierra de hoy, aquí y ahora
Queremos ser semilla de cambio y Reino
en el mundo que vivimos,
¡ayúdanos Señor!
Hola Ana, me alegra verte de nuevo por aquí, totalmente de acuerdo con tu comentario. La semilla que Dios deposita en nuestras almas…, la Palabra de Dios, el Evangelio. De ahí, nos fortalecemos, podemos comprobar el amor de Dios con nosotros y a la vez podemos llenarnos de caridad para volcarla sobre los demás, para forjar una sociedad más religiosa, más justa, más fraternal.
Pidámosle a Nuestro Padre, que nos ayude a tener un corazón noble y bueno para seguir su Palabra y sepamos dar frutos de ella!!!!
Refresquémonos pues, como bien dices Fernando, con la Palabra….., no solo oigamos la Palabra, escuchémosla con detenimiento, reflexionémosla, comprendámosla y seguidamente, vayamos a sembrar!!!!!
Que tengáis una feliz y santa semana
Un abrazo/Pilar!!!!
Y también recibimos la frescura de la Palabra a través del testimonio de nuestros hermanos, sobre todo, de aquellos que en medio de la oscuridad, de la enfermedad, muestran su confianza en el Señor. ¡Cuántos sembradores nos pone el Señor en el camino! Gracias.
Fernando ss.cc.
Admiro a esas personas que dices Fernando… esos son los buenos sembradores…
Yo no me considero una buena sembradora,,, hay veces que flaqueo en las pequeñas dificultades, máxime si Nuestro Señor me las pone más difíciles, tengo que seguir alimentando mi fe, para, cuando lleguen,sea firme, incluso en la peor adversidad, como esas maravillosas personas que son ejemplo….
Un fuerte abrazo/Pilar
Ya verás como cuando llegue el momento el Señor y su Espíritu pondrán su aliento y su fuerza sobre ti, Pilar. Un abrazo, Fernando ss.cc.