Con el “libro de estilo” del Evangelio
Con motivo de la festividad de san Francisco de Sales, patrono de periodistas y escritores, me han pedido en el semanario “Catalunya Cristiana” un artículo. Lo comparto con todos vosotros, pidiendo una oración por los que se dedican a este “ministerio”.
San Francisco de Sales,
con el “libro de estilo” del Evangelio
El padre de san Francisco de Sales cavilaba que, con la formación que había proporcionado a su joven hijo, junto con sus influencias y prestigio, tenía prácticamente la vida más que resuelta. Para dejarlo todo atado le había buscado a su primogénito incluso una novia al regresar al castillo familiar, tras su etapa de estudios en París y Padua. Al progenitor casi le da algo cuando su heredero plantea la vocación sacerdotal.
A pesar de los diseñados planes paternos, el camino de Francisco iba por otros derroteros: los de la sencillez, la honradez y la verdad. Ya siendo obispo, el rey quiso influir para que cambiase a una diócesis más importante. Nuevamente Francisco opta por quedarse en su diócesis de montaña porque era más pobre y necesitada.
Francisco de Sales nos habla a los periodistas, escritores y comunicadores de hoy día con el ejemplo de su vida. Hemos de optar por una formación sólida, consistente, en constante aprendizaje y renovación, con una profunda actitud de honradez y humildad, practicando el servicio a la ciudadanía con transparencia y verdad. La honradez ha de llevarnos a la búsqueda del contraste a la hora de sondear fuentes y de citarlas. Los intereses del periodista cristiano no son los intereses de ninguna empresa, por lo que nuestro mejor libro de estilo ha de ser el Evangelio, auténtica fuente de inspiración y de hoja de ruta.
En una sociedad global, en las que continuamente nos vemos sorprendidos por influencias, arribismos y descarado deseo del poder, Francisco de Sales nos muestra que el verdadero valor está en ser fieles a las opciones que nacen en lo más interno que, con frecuencia, muestran la genuina frescura del ser humano llamado a ser imagen del Creador.
Informar con honradez y verdad, pueden llevar a la cruz, al sufrimiento y al martirio. Ya lo decía nuestro santo patrono y obispo de Ginebra: “El camino más seguro de la vida espiritual lo encontramos en esas florecillas que nacen a los pies de la cruz: la humildad, la sencillez y la dulzura del corazón”. Esas virtudes nacen, no lo olvidemos, al pie de la cruz. Nuestra profesión nos conduce a la cruz, cuando nuestro compromiso por la verdad y el servicio son firmes y decididos, sin dejarnos seducir por lo políticamente correcto o establecido. El Evangelio nos da perspectivas de altos vuelos de libertad. Como dice Mossèn Cinto: “Jo alçaba la maneta a les estrelles”. Bonito ejercicio del corazón.
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