Dios en los enamorados

fotogrupo11.jpgDesde la vida misma… en la celebración matrimonial de Jesús y Angelines, disfrutamos y participamos todos. Ellos mismos se sorprendieron cuando llegó el momento del consentimiento, cada uno había preparado su modo de decirle en ese día al otro que le amaba para siempre. Lo comparto con vosotros, yo lo releo y revivo aquella celebración gozosa y bendigo a Dios por el amor de los enamorados auténticos.

JESÚS LE DIJO A ANGELINES:

Seguimos cumpliendo años… entre castillos de arena

 Ange, te quiero. Juntos hemos escrito que venimos a manifestar ante el Padre y ante los hombres nuestro amor sincero, enraizado en la experiencia profunda de ser dos, pero, a veces, uno. 

Te quiero por cómo eres: tu alegría, tu sonrisa, tu pasión por las cosas… por la manera sencilla que tienes de entender la vida y de compartirla conmigo. Te quiero por tu paciencia y por tu espera, por tu no saber, pero me fío. Por tu apertura a lo nuevo, esperanzada e ilusionada. Tanto de ti, y tanto por ti…

Te quiero, y ese sentimiento se me acrecienta a medida que voy compartiendo vida contigo. Por eso hoy opto por ti, más allá de lo que somos ahora, con la mirada puesta en el plan que el Padre tiene preparado para nosotros, confiado y feliz, dichoso de estar en Sus manos y, desde ahí, me entrego al proyecto de vida que juntos vamos construyendo.  Madrugada silenciosa y perfumada del resto de nuestra historia.

 Te quiero y quiero estar contigo, desde ahora, para siempre. Quiero aventurarme en la vida de tu mano. Habrá dificultades, como las ha habido hasta ahora, pero mi opción es firme. Opto por lo que somos, por lo que seremos, por lo que estamos llamados a ser desde  el amor del Padre. Siento la necesidad y la gracia de cerrar los ojos y caminar contigo. Abajo, las olas siguen rompiendo… 

Siempre te he querido, y lo sabes. Ojalá vaya descubriendo formas nuevas de expresarte mi amor. Un amor que, para mí, es y sigue siendo cada día una expresión de estar vivo. Te lo dije hace tiempo, hoy lo traigo de nuevo al corazón:

 Que conozco el infinito entre los dedos

porque sé que puedo ser, y no ser nada

mentir, morir, dormir… y aun ser sincero

ya sin prisa, ya con ansia, ya callado

sólo cierto y sólo vida es mi tequiero.

 

ANGELINES LE DIJO A JESÚS:

Nuestra historia en común se remonta al verano de 2000. Como todas, tuvo colores y olores (como olvidar aquel vertedero donde te declaraste). Identificar cada momento especial que hemos compartido con una de estas sensaciones es lo que nos hace únicos y más nuestros, más tuyo y más mío.

El AZUL no lo encontraste en ese silencio, ni en aquella mirada, ni tampoco en el libro cerrado, ni siquiera en el espejo del “Vuelo de la palabra”. Lo hemos descubierto en la magia de las cosas pequeñas, en nuestra manera de configurar nuestros proyectos, en la alegría de sabernos queridos y acompañados, en el sentirnos uno al lado del otro, caminando juntos y dejándonos seducir por la vida.

El VIOLETA fue descubierto en Roma, en Poitiers, en Madrid… en los kms de distancia, sintiéndonos más unidos que nunca. En el encuentro cara a cara con las primeras dificultades reales, empapadas en aquellas interminables conversaciones telefónicas. Apostamos por lo incierto, por la esperanza de crecer cada uno para crecer en el otro. Invertimos en un modelo de pareja donde hubiera espacio para los otros, posponiendo un poquito los proyectos en común, y descubrimos que la espera, si bien complicada, fue rica y fecunda

El VERDE explotó después de mucho tiempo conteniéndose. Verde es la hoja de la moringa, que tantas alegrías y angustias conlleva. Verde es la ilusión que derrochas en cada proyecto al que te lanzas. Verde es la alegría con la que nutres día tras día nuestra historia. Y verde es tu transparencia, tu presencia constante a mi lado, tu fe y tu cariño.

BLANCA es nuestra casa, que rebosa de vida aún sin estar construida. De blanco vestía Jesús cuando San Lucas nos lo recuerda en la lectura de la Buena Noticia. Blanca es la ternura con la que tratas a tus abuelos, a tu familia, a tus amigos. Y es que blanco es el trayecto que ya hemos recorrido pero también, el sendero que aún nos queda por vivir.

¡Cómo no sentirme dichosa después de tantos colores! ¡cómo no querer entregarme a este proyecto que formamos!, ¡cómo no continuar sumando alegrías, dificultades, esperanzas e ilusiones…! Porque después de todos estos años de camino acompasado descubrimos que juntos somos más que dos y que compartir vida es más fructífera, apasionante y divertida si estamos uno al lado del otro todos los días de nuestra vida. Desde el arco iris de la vida que vamos descubriendo juntos yo te amo en el azul, en el violeta, en el verde y en el blanco y quiero comprometerme contigo para toda mi vida delante de Dios y de los hombres. Acepto el riesgo que supone decirte: “donde tu vayas yo iré, tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios”.

 

3 Responses to “Dios en los enamorados”

  1. siempre es interesante oír cómo se expresan los sentimientos, ojalá consigamos que sea algo más frecuente cada día…

  2. Les “eché el ojo” el día que los conocí. El: inteligente, seguró de sí mismo, observador… Ella: fina, delicada, encantadora…
    Con el tiempo fuí descubriendo otras cualidades: Soñadores, solidarios, acogedores, cariñosos…
    Me encantó la celebración, vivida, preparada, sin improvisaciones. Disfrutamos y lloramos al mismo tiempo. Me hubiese gustado que mis hijas hubieran estado presentes, que conocieran una CELEBRACION y no una rutina. Gracias por ser como sois. Besos
    Ana Campos de Orellana

  3. Ya hace algún tiempo que conozco a Jesus y Ange…y desde el primer momento transmiten todo eso de lo que hablan en esas declaraciones..
    He tenido la suerte de ser testigo de ese amor y sobre todo la fortuna de poder compartir con ellos ese día tan importante….en el que todos/as fuimos protagonistas…y digo todos…porque ellos lo quisiero así..

    Nunca había participado en una preparación tan bonita, en una entrega tan sincera, en un llanto común…porque otra cosa no…pero allí lloró todo el mundo.
    Me llena de alegría poder escuchar estas palabras en tiempos como estos, en los que el amor parece un amigo olvidado, donde la ternura, el cariño y la intimidad de cada momento se han perdido…
    Quiero seguir siendo testigo de este amor….
    Un besito y un abrazo Jose