El Dios de la vida (8)
El Dios del encuentro, el Dios coloquial.
“Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su hijo único, para que todo el que cree en él tenga vida eterna” (Jn 3,16)
No hay duda, Dios también es universitario; en la universidad tiene su lugar. La realidad universitaria es otro reto que estoy viviendo afortunadamente y en el que Dios se me ha revelado como encuentro, coloquio, acogida, juventud, alegría, saber, trabajo…nombres, hechos, actividades, relaciones, proyectos, cursos, vivencias, sentimientos… Un lugar novedoso y amplio en el que puedo navegar cobrando identidad en el contraste rico y plural, y fundamentar la razón de mi esperanza cristiana.
Está siendo un verdadero lujo, me siento privilegiado, esta experiencia de vivir y sentir universitario; hasta el punto de que a veces tengo miedo de caer en la tentación de no estar suelto y disponible para lo que haga falta y Dios quiera.. y es que el amor humano, como el divino, también ata porque sólo desde el apasionamiento somos capaces de entregarnos. ¿cómo no celebrarlo aquí y hacer templo de este campus de vida en el que estamos llamados a entregarnos? Aquí mismo necesito celebrar y agradecer la acogida e inserción que me han dispensado en este campo secular y laico de la universidad.
Desde los primeros profesores y estudiantes que me ayudaron a abrir los ojos para ver con profundidad y cariño el medio universitario, pasando por todos los compañeros, hasta los equipos rectorales que siempre han mostrado aprecio en nuestra singularidad y se han alegrado de nuestros pasos y de la pequeña riqueza que de alguna manera vamos aportando a este medio con personas entregadas y participativas que se dejan mover por el espíritu cristiano y universitario, a la vez que las actividades de luz, esperanza y colaboración que vamos aportando con la sencillez de la levadura y del grano de mostaza evangélico.
¡Gracias Padre por revelarte amoroso en el espacio de la universidad de Extremadura y haberme enriquecido pudiendo participar de su comunidad educativa¡