Extremeños en el movimiento de rurales cristianos
Me hace recordar el salmo: “aunque no haya vacas en el establo, la higuera no eche yemas, y no haya aceitunas en el olivo yo exaltaré al Señor y me Gloriaré en él” .
Quiero entrañablemente a este movimiento oculto y sencillo, al estilo de Nazaret, a sus militantes y consiliarios; ellos son como la señal desnuda del Dios que nos salva: “Envuelto en pañales y acostado en un pesebre” Disfrutad de esta presentación de los militantes extremeños en el encuentro nacional:
Encinar extremeño, mis heroicas encinas,
mis sufridas encinas milenarias y llenas
de cigarras, de tórtolas y olor a trabajo
del jornal quejumbroso
como si fuera sangre
sin encontrar sus venas.
Son encinas que solas se quedan.
Son los pueblos que quedan desiertos,
son las gentes que viven luchando
donde dejan sudor y trabajos,
juventud, esperanzas y sueños.
Es el Cristo sufriente de cruces,
es la cruz de miserias y agobios,
se agrandó y arrumbó con su peso
a esta tierra que supo parir
a otras gentes que vida nos dieron.
Militantes de esta tierra
somos gentes de escasos decires,
y es que asina nos hizo la tierra
pero, en cambio tenemos sentires,
que de adentro se salen pa fuera;
y por eso en un fuerte abrazo
de cariño y de buena nacencia
entregamos lo que hay aquí adentro
sin quedarnos sin na en la despensa.
Y es que juntos estamos sembrando
con las manos que buscan las vuestras
para, juntos hacer el camino,
que redima y alegre esta tierra.
De esta tierra que sufre abandonos
y se olvidan sus grandes riquezas,
y queremos en parto conjunto
alumbrar de aquel Cristo las huellas.
Y en relevo que huele a enviados,
con amor y sublime fiereza,
arrancar a los cristos cansaos
de las cruces la vieja madera,
y en la siembra de días y años
seguir… su sublime tarea.