El Dios de la vida (último)

tioabuelo1El Dios de la debilidad.

“Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad”.

 En todo el proceso de vida ministerial y en todas las etapas del mismo he sentido la debilidad; la he sentido principalmente en mi persona, son todavía muchas las cosas que  en mí no están evangelizadas, por consiguiente hay roturas y heridas; ellas me latigan del algún modo cuando contemplo cómo Dios actúa a favor mío , y ahí solo me consuela la certificación personal experienciada de que “basta con su Gracia, que El se hace fuerte en la debilidad” y desde ahí me arrimo con ilusión, a veces casi imprudentemente, a mis riquezas y posibilidades personales y siento que Dios me invita a quererme y  actuar con decisión y esperanza.

ilpapaTambién he sentido la riqueza y la debilidad de la Iglesia. La riqueza de una Iglesia que a mí, y a muchos otros, mayores, jóvenes, niños…nos ha ayudado a ser personas, pero al mismo tiempo una iglesia tentada de tibieza y de miedo, que puede caer en la tentación de replegarse y condenar defensivamente olvidando que solo existe para salir de sí misma, arriesgar y evangelizar, para  amar el mundo y que todos los hombres tengan vida en abundancia.

El mundo también lo he descubierto con su trigo y su cizaña, con su dolor, su pobreza, su alegría  y su esperanza.

Y en todo el camino y en los descubrimientos confieso que el Dios de Jesús, es el Dios de la debilidad, de los débiles y que es desde ahí como salva poco a poco a la humanidad. El  me involucra en el proceso de salvación y me quiere con mi debilidad y las debilidades de los demás; debilidades que él convierte en laboratorio de ternura y esperanza, cumpliéndose la promesa profética de que en sus heridas se curarían las nuestras, para que pudiéramos también nosotros curar y sanar las heridas de otros en las propias.

Es en la debilidad donde él se hace fuerte, y fuerte es hoy para  mí la  asamblea de hermanos con los que voy celebrando la vida. ¡ Qué regalo más grande puede haber que poder compartir la vida y la esperanza con todos vosotros, con cada uno y con todos como familia abierta y universal!   

Conclusión:

            Estas sencillas citas arrancadas de la vida compartida y las alabanzas que encierran  me llevan a proclamar que Dios ha estado grande conmigo y estoy alegre, que Él es el único Señor. Soy consciente de que llevo un gran tesoro en mi pobre vasija de barro, pero mi debilidad no me impide cantar con el salmista : ¿ Cómo te podré pagar Señor todo el bien que me has hecho?  La Eucaristía dominical en comunidad me ayuda a expresar el agradecimiento.

pescadores[1] Sé que no puedo  pagarlo, Padre, porque el amor, y  menos el tuyo, no tiene precio, pero si proclamo que  como Pedro  quiero decirte hoy  : “Sí Señor, Tu sabes que te quiero” y en un día futuro deseo compartir con Pablo “ que no soy yo quien vivo si no tú quien vives en mí”. Lo que me queda es seguir viviendo procesos sencillos  de entrega y radicalidad, y puesto que después de treinta  años esto es lo que hay  y está claro que tú me quieres, no puedo menos que decirte: “ remaré mar adentro y en tu nombre seguiré echando las  redes”

5 Responses to “El Dios de la vida (último)”

  1. Una honda enhorabuena.

  2. Y yo que pensaba que no tenías debilidades…
    Gracias por seguir trabajando a pesar de esas debilidades y dificultades que se nos presentan en el camino. Y gracias por compartirlas.

  3. “que en sus heridas se curarían las nuestras, para que pudiéramos también nosotros curar y sanar las heridas de otros en las propias”.
    Quiero descubrir que la debilidad me hace fuerte en Él…

  4. Bonito padre, además, nos ayudas a poner palabras a los que otros sentimos pero nos cuesta expresar, nos faltan palabras….
    Gracias por estar ahí… (ya desde hace más de 10 años, ¡qué pasada!)

  5. Jejejeje, qué wena foto … Me debes derechos de cámara y a Luisre (Dep. Economía) por la foto … Me refiero a la del papa y monseñor