¿Qué nos traerán los reyes?

¿Qué les vamos a pedir?

Las cosas están revueltas en la ciudad, barrenderos como nunca, flores en todas las rotondas, vigilancia, hoteles llenos, soldados por todos los sitios, cientos de policías, periodistas, tanques que van y vienen, camiones de soldados,altavoces por todo el recorrido, hasta los curas con sus banderas salen en los periódicos… que estará pasando en Badajoz?

 Ah¡ pero ¿ es usted el único forastero que no sabe que los reyes vendrán el Domingo y que habrá  izado de bandera, jura de la misma, desfile de los ejérictos, exposición de tanques y carros de combate, etc?

Y yo me digo y me pregunto  en medio de esta algarabía y preparación, algo bien tradicional: ¿Que le vamos a pedir a los reyes? O más pasivo aún: ¿Qué nos van a traer los reyes?

Los reyes vienen para hacernos un honor, su paga es  estar entre nosotros, es como una deferencia por su parte. Así era en el ámbito regio  bíblico: la gente del pueblo ansiaba que  el rey viniera con poder y gloria pasando por su pueblo tras la victoria, porque cuando venía victorioso le acompañaba el botín y a su paso dejaba riqueza y alegría; no podía pasar al pueblo algo mejor que un rey, con un  gran victoria reciente, se hiciera presente en medio de ellos,  a eso se le llamaba la parusía, y todo el mundo la deseaba, por eso los cristianos hablaban y  esperaban de la parusía del resucitado, que iba a traer la vida y su victoria sobre la muerte.

No sé si los reyes  vendrán con una gran victoria, en plan parusíaco,  o en los tiempos que corren les basta con sobrevivir y hacer un papel aceptable para que los sigamos aceptando como “símbolo” y no mucho más, su valoración en las encuestas no debe estar mucho más allá que la de la Iglesia y el ejército, o los políticos, en Inglaterra andan peor aunque con más riquezas.

¿Vienen a enseñarnos las armas y el ejército? No sé quiénes serán, imagino que no ellos, los que nos van a enseñar las armas modernas del ejército y los profesionales que las mueven y utilizan, y que están ahí para defendernos de todos los ataques del mal y para hacer mucho bien y mucha solidaridad aquí  y en muchos países. Para defendernos, creo que tenemos un presupuesto muy digno para estas historias a nivel nacional, tanto en lo directo empleado en el ejército como en los gastos indirectos, también creo que tenemos nuestras buenas inversiones en carrera de armamentos, y que los vendemos incluso a los países pobres para que estén más seguros y se defiendan mejor, y sus guerras sean mejores… No en vano nuestros bancos, que siempre se sacrifican por nosotros los más pobres, es donde más invierten, en armamentos, para que estemos más tranquilos.

La gran riqueza de armamentos se va a presentar para que estemos seguros  los extremeños y no tengamos miedo, aunque el desfile será simbólico porque no tenemos avenidas apropiadas, son muy pequeñas para algo tan grande,  pero ¿quiénes son los que se van alegrar de esta manifestación de gloria y poder?: no lo duden los 114.000 parados extremeños, el 12 por ciento de familias en las que ninguno de sus miembros activos  está trabajando, el casi 40 por ciento  de población en situación de pobreza – el doble que la media española- , el mayor fracaso escolar, etc.

 O sea que el mensaje que nos van a dar no tiene dudas, pobres pero seguros, sin miedo a nada ni a nadie porque tenemos un ejército de aupa, de los mejores del mundo. Los reyes nos van a echar de regalo la contemplación de muchas armas,  y nosotros les aplaudiremos muy fuerte, con banderitas, con mucha ilusión, con mucho españolismo, porque la crisis  va a ser vencida con nuestro ejército, aunque tengamos que apoyarlo con nuestras pensiones.

En medio de todo esto… tendremos que seguir rezando aquello de que “venga a nosotros tu reino, Señor”, y esperaremos una parusía  verdadera que nos traiga la  justicia y hermandad auténticas, la preocupación seria por los últimos y la vivencia de una fraternidad sin ninguna fisura.

Por de pronto, les aseguro que esta venida real y armamentística nos va a entretener, pero los últimos van a seguir siendo los últimos, no sé si la venida del Papa  a Santiago y a Barcelona, y del próximo año a Madrid, después de tantos preparativos nos quedará más o menos lo mismo que esta visita … ¡Qué le vamos a hacer¡

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