Curas y animadores en el mundo estudiantil
Tengo una satisfacción enorme de poder vivir mi sacerdocio en medio de laicos que están en el corazón del mundo, especialmente con los estudiantes y los profesionales. Los movimientos de Acción Católica, a los que ahora les toca el reto de permanecer y esperar a fondo perdido. Ellos me han posibilitado estar en el mundo de un modo único; he sido discípulo de militantes jóvenes, de animadores entregados, de profesionales de aupa… y por qué no decirlo de curas extraordinarios. Me refiero a los consiliarios que he conocido en los distintos movimientos de Acción Católica, y con los que estoy ahora compartiendo la labor de coordinador a nivel general. Hace tiempo estuvimos en Palencia revisando el curso y mirando hacia adelante- también vimos el románico y disfrutamos del lechazo-, todos creemos en lo que traemos entre manos y miramos el futuro con una esperanza de lujo, motivados por los propios laicos que acompañamos. Nos damos cuenta que no somos muchos sacerdotes los que trabajamos en esta línea y con esta dirección evangelizadora propia del concilio Vaticano II, de la Gaudium et spes, pero sabemos que este otoño va a dar un fruto de proceso largo.
Ahora, hace unos días que he estado en Madrid con consiliarios del Movimiento de Juventud estudiante cátólica, allí hemos estado unos cuantos venidos de distintos puntos de España analizando las pastorales juveniles y estudiantiles de nuestras respectivas diócesis. Hemos visto que nos toca estar ahí, con sencillez y en debilidad, sosteniendo que es posible hacer una pastoral estudiantil, con verdaderos procesos de fe, en los que los protagonistas son los propios jóvenes. SAbemos que este proceso produce personas cristianas conscientes y profundas capaces de optar por el reino y arriesgar a fondo perdido.
Después se sumaron los animadores de estas diócesis y formamos un gran grupo, con experiencias de cada día, con animadores de lujo, estuvimos contemplando lo que se refiere a dimensiones fundamentales del proceso: iniciar a l vida de fe en común en un grupo, acompañar todo lo que se refiere a la acción como pedagogía propia, y animar y profundizar en la dimensión eclesial de la fe, que no está siendo fácil en estos tiempos en que la institución eclesial está desconsiderada socialmente, y en la que se da una identificación fuertísima con las expresiones de los jerarcas, cada uno según su propio estilo.
Nos estuvo ayudando un especialista en Pastoral Juvenil, de Mérida Badajoz, JUan Román, analizando los jóvenes y las pistas fundamentales a cuidar para esta pastoral en los tiempos que corren..nos dijo “cuatro cosillas fundamentales” y pudimos contrastar desde nuestra experiencia. NOs alegró que él confesara que creía en el metodo y el trabajo de JEC, porque en su diócesis él veía que estaba dando resultado este movimiento y el modo de trabajar que teníamos. NOs congratula que podamos estar en comunión con la pastoral juvenil diocesana. Cómo nos gustaría que esto pudiera ser en todas las diócesis.
Bueno, lo que quería decir es que estoy orgulloso de trabajar con estos consiliarios, con estos animadores y con estos laicos, jóvenes estudiantes y profesionales, que soy de los curas afortunados en medio del mundu. Que he estado cuatro días con calor en Madrid, pero que he sentido el aire fresco de una Iglesia que tiene profundidad y esperanza, que sabe a evangelio y que no busca otra cosa que servir y permanecer como fuente de agua fresca en medio de la sequedad… Abrazos veraniegos…
