Dos y dos no son cuatro…
MARICRUZ DE RUANDA A MANAGUA
Por estas fechas, el año pasado estábamos celebrando una despedida con gozo, Maricruz se marchaba a África. Tras un proceso largo de discernimiento llegaba a confiar en el Padre y se ponía en manos de una organización para dar parte de su vida, de lo que tenía para vivir, en el continente africano. Embarcó en su avión y se puso allí en medio de aquella realidad ruandesa. Cuando le propusieron este marco africano, sintió mucho miedo pero no quiso decir que no y se despojó de todas sus vestiduras y seguridades para ir dónde le indicaban. Al estar allí las cosas se confundieron, y vio con claridad que aquello no tenía visos de realidad objetiva para ella, tenía que volver a la semana, y digerir toda esta experiencia de ida y regreso en muy pocos días. Muchas preguntas y muy pocas respuestas, sólo quedaba volver al origen y tener clara muy pocas cosas:
Primera: lo importante no es ir, sino saber volver desde una disponibilidad, que no está marcada por la eficacia sino por la confianza. Por eso se puede ir de un continente a otros siguiendo la misma fe y obedeciendo la misma voluntad teológica.
Segunda: Aceptar la limitación y la debilidad en nosotros y en los demás es condición fundamental para que la entrega sea desde el Padre y no desde nuestros voluntarismos.
Tercera: La apertura a la entrega viene marcada por la espera activa y dinamizadora que no tiene tiempos ni lugares fijos y concretos… hay que ir a todas las aldeas.
Cuarta: Dos y dos no son cuatro. Profesora de matemáticas ahora le toca acompañar y formar a grupos de profesores de esa área en los colegios de FE y ALEGRÍA en Nicaragua. Estará en Managua, pero viajará continuamente. Ahora no es África, sino Latinoamérica, y no es sola, sino acompañada de Bene, para vivir en comunidades cristianas de base, para vivir y aprender a fondo un cristianismo de raíz incrustada en el pueblo y en el barrio pobre y sencillo… o sesa que la voluntad del Padre coincide con la tuya.
Parecía que la voluntad de Dios era África y ahora es América, porque dos y dos no son cuatro. Y no lo ha sido nunca, desde el comienzo cuando estando tan tranquila y tan cómoda la interpelaron y le pidieron que acompañara a jóvenes estudiantes católicos, ahí comenzó la tensión y la cuestión de cuestionar las seguridades matemáticas, ahora la vida, los afectos, la entrega, incluso las matemáticas se mueven con claves de ternura y compasión, y ahí dos y dos no son cuatro… son el ciento por uno y la vida eterna, a ver quién lo entiende.
Menos mal que Bene, compañera de camino para que se cumpla aquello de que los envió de dos en dos, sabe también de las matemáticas divinas y que Dios siempre nos prepara algo gordo si nos fiamos de él. Que Dios bendiga a esta pareja apostólica y El que comenzó la obra buena en ellas, El mismo la lleve a término.
Tendremos que ir a Managua, con FE y Alegría, a aprender algo más de matemáticas divinas desde la vida de esta profesional cristiana. Besos.
Ya estoy preparando el equipaje. Besos
Será una experiencia UNICA para ambas y para los que estamos cerquitas… Ya sabéis “te regalo mi sombra…”.