Un agnóstico divino

Un hombre que hace milagros y no  cree que lo sean

Hoy cuando en el periódico ocupa mucho espacio acerca de  donde durmieron  separados Alberto de Mónaco y su “reciente esposa” la  luna de miel, o donde se nos dice que Kiko Rivera ya tiene trabajo en el programa “tú si que vales”. Yo me detengo y leo de pe a pa la página que le dedican a Pedro Cavadas, sí ese médico que sale de vez en cuando por algunos de sus milagros y que se define  “agnóstico por la gracia de Dios”.

Es de una” luz  de tabor”  impresionante su testimonio:

– La muerte de un hermano le enfrenta con el valor de lo real, para discernir sin dudas lo que es relativo y lo que tiene valor absoluto, nada como el ser humano y su dignidad, la vida tiene valor cuando se da sin medida: “TAnto amó  Dios al mundo que le entregó su hijo único”.

– No se pone bata de médico, porque no hace falta  distinguirse del enfermo, ya sabe él que lo está por su dolor y sus limitaciones. Se pone una camisa  y un brazalete africano, porque Africa también existe y no podemos olvidarla: “Se despojo de su rango y se hizo uno de tantos…”

–  Se escapa a África cada vez que puede, se mete a la intemperie con brújula y cerillas para sobrevivir sin nada, tiene una fundación para  compartir con los africanos, y opera como loco a los pobres. A los que puede los trae aquí para hacerles trasplantes de lo que necesitan, hasta de sus penes a tres niños, para que tengan vida en abundancia: “Venid vosotros benditos de mi Padre, porque estaba pobre, enfermo… y vinistéis a verme, a curarme, a enriquecerme…”

– No cree en los  milagros pero los hace, y se deshace para que se manifiesten en la sencillez: los ciegos ven, los cojos andan, los mancos vuelven a tener manos… es la señal del reino de Dios:  “Id y decidle a Juan lo que estáis viendo y oyendo…”

– Dice que es agnóstico  y Dios se sonríe:  “En Israel  no he encontrado un hombre con tanta fe como este “médico divino” . A mí me ha levantado el ánimo esta mañana y me ha ayudado a orar de un  modo nuevo y esperanzado.

–  Ah¡  y no engaña, sé de un joven con un cancer que le deformó su cara y acudió a él para que le ayudara, lo recibió y lo vió gratuitamente, y lo encaró con su verdad de muerte que estaba próxima diciéndole que al día de hoy la ciencia no podía hacer nada, el enfermo  ya  ultimando su vida envió un buen donativo a su fundación para que siguiera haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal.

– Una de sus últimas expresiones, acerca del enfermo,  tras salir de la última intervención quirúrgica novedosa: «Está contento como Dios, encantado de la vida y podrá salir de la UCI en breve»,  Me sigue oliendo a Reino. “Estad siempre alegres en el Señor, os lo repito…”

One Response to “Un agnóstico divino”

  1. Somos en última instancia.
    el Reino que nos es dado
    y que hacemos cada día
    y hacia el que, anhelantes, vamos.

    Pedro Casaldáliga.