Los jóvenes ven… (Economía-Consumo)

“Dime qué y cómo consumes… y te diré… lo que vales”

–          La crisis ha puesto al descubierto un modo de ser y consumir donde los planteamientos eran pocos, se trataba de consumir como principio máximo, y esto también nos ha cogido a los jóvenes, pocos son los que tienen planteamientos elaborados en su dimensión económica:

  • Gestionamos más una economía de deseos y de caprichos que de necesidades, estas son obligadas de nuestros adultos para con nosotros, y nuestra preocupación es tener para realizar deseos y caprichos.
  • No suele haber criterios en este campo, aunque se convierte en el centro, eres según puedes consumir, y el ocio y tiempo libre se mide en consumo principalmente, lo cual clasifica y estructura a la sociedad juvenil.
  • Los criterios están muy establecidos desde la sociedad de consumo.

–          Los sociólogos hablan del consumo como elemento utilizado en la sociedad para llenar el vacío de las personas y su modo de entender la vida, a más vacío mas necesidad de consumo y a la inversa, a mayor profundidad y riqueza personal menos necesidades creadas y deseos o caprichos mercantilizados.

–          Este modo de economía y de consumo despista de la realidad, preocupados por nuestro horizonte de “Epulón”, no somos capaces de mirar a los “pobres Lázaros que están a nuestro lado”, en el aula, la calle, en los barrios, en el tercer mundo…

SIN EMBARGO:

–          Existen corrientes alternativas que plantean nuevos modos y modelos de situarse en este ámbito económico, comenzando por el dinamismo del 15 M que ha expresado el fondo de una sociedad y sobre todo de una juventud que piensa y siente desde otras claves y otros horizontes:

  • Subyace el deseo y la inquietud:
    • De una democracia real y participativa que toque profundamente lo económico.
    • Que la persona esté en el centro de la economía.
    • Que se dinamicen y se eduque en otro modo de consumir y relacionarse en l trabajo.
    • La necesidad de un nuevo concepto de trabajo y división del mismo.
    • La valoración de trabajos humanizadores, colectivos y públicos.
    • La atención a los débiles y a los últimos.
    • Nuevas normas  y legislación económica.
    • El valor de la familia y de los bienes sociales como fundamento central de la consolidación de la sociedad y de lo humano.

EN LA JEC:

–          Sabiendo que nos movemos y somos en el mundo, y que en la economía tenemos las mismas tentaciones y miedos que el común de los jóvenes, si descubrimos que se nos van abriendo en el proceso unos horizontes específicos que pueden llegar a definirnos culturalmente y que de algún modo ya lo están haciendo:

  • Vamos descubriendo sin duda que lo fundamental es consumir para vivir  y que hay  un modo de consumo que puede ser universalizable y  dar vida a todos, y que esto traerá como consecuencias verdadera paz, seguridad, más libertad y comunión.
  • Un valor de liberación: la austeridad y el compartir con los otros y con el cuidado de la naturaleza.
  • Un valor del estudio para una economía de servicio y de justicia, vocación y profesión para hacer el mayor bien al mayor número y encontrar en eso nuestro verdadero tesoro y nuestra auténtica  seguridad.
  • Vamos despertando a un sentido del estudio en medio de este mundo, con claves de servicio  que incluya:
    • El deseo y la inquietud de innovar y crear.
    • Relativizando el valor del dinero, reconociendo su valor como servicio humanizador y no en sí mismo.
    • Queriendo ayudar.
    • Aprendiendo a administrarnos  y administrar lo propio y lo común.
    • Ahorrar para compartir, no sólo mi dinero, sino también mi tiempo, mi saber, mis habilidades…
    • Mirar de un modo nuevo las necesidades para autentificarlas y  saber mirar la de los demás como propias.
    • La adaptación creativa a lo poco y a lo sencillo como criterio de riqueza que posibilita la transparencia radical, quitándole toda morbosidad al tener como criterio del ser.