Acuérdate que tú fuiste forastero en Egipto

MI VECINA FELI  HA MUERTO EN  FRANCIA

Acabo de iniciar viaje de Madrid a Badajoz en Avanzabus, el autores de toda la vida. Hemos  salido a las nueve de la noche, la hora de llegada será a las dos de la noche, ayer salí de Zafra a las tres y media de la tarde y llegué a la capital a las nueve de la noche; pero hoy tengo la posibilidad de venir en un Exprés… y es que hay dos vidas, ¡por lo menos ¡ Este tiene asientos confortables, para en pocos sitios y hasta tiene su wifi que me permite estar en contacto con todos como si estuviera en casa. Así que aprovecho y desde la autovía Madrid-Lisboa  comunico  con vosotros y comparto reflexión.

La frase titular, la recojo del levítico que la pone en boca de Dios para indicarle a los israelitas cómo tienen que tratar a los extranjeros y les recuerda que ellos lo fueron  en Egipto; no olvidar la historia y lo vivido es buena norma para saber comportarnos con los demás, y sobre todo con aquél principio tan sencillo de hacer a los demás lo que quieres que ellos te hagan a ti. Por qué este tema, os podéis  preguntar; la respuesta tiene varias razones: la primera es que Diego e Inma, matrimonio delegado de la pastoral de inmigrantes de nuestra diócesis el otro día me hicieron llegar el material de la celebración del día de la inmigración que es  mañana Domingo, con ese lema tan abierto  de salir a la puerta para encontrarnos; ellos han puesto un video en facebook muy interesante; la segunda razón es que hace más de un mes  en este mismo autobús  hice amistad con Joseff , un joven marroquí de veintiséis años, y desde entonces hemos quedado alguna vez  para tomar café y hablar en Badajoz de su situación, de sus ilusiones, de sus trabajos, de sus luchas y sus aspiraciones culturales  y laborales; y la tercera y más  fuerte en este momento ha sido que al estar tomando algo de cena en la estación de autobuses, he llamado a mi hermano Maxi para comunicarle a la hora que voy a llegar a casa, ya que él cuida a mi madre este fin de semana, y hace posible mi viaje para trabajar en el equipo permanente de la JEC; el me ha dicho que un familiar ha llamado hoy para comunicar  a nosotros, pero no a mi madre, por lo que supondrá de sufrimiento para ella, que ha muerto su amiga Feli. Y este motivo es el que me ha traído a la mente la cita bíblica.

Feli  debería tener  unos ochenta y ocho años;  llamó a mi casa  un día antes de Nochebuena para felicitarnos a mi madre y a mí con un cariño más fuerte que  el familiar; ella había estado este verano en su casa del pueblo y en octubre había marchado para su pueblecito cerca de Lyon  en Francia. Hace mucho tiempo que ella cada Abril o Mayo, sea como fuere, sola desde que murió su marido,  se montaba en su avión y se  lanzaba  hasta Madrid o Sevilla, para después  coger combinación para su querido pueblo de origen Granja de Torrehermosa, y allí en su casita querida, frente a la nuestra,  se quedaba hasta que pasaba el verano, para volver a su lugar de emigración, donde estaban sus hijos y sus nietos. Ella tuvo que irse cuando las cosas estaban tan mal en España, en el año 1963. Vendieron alguna tierra, obraron su casita, y casi sin nada salieron para tierras extranjeras con sus tres hijos  Fernando, Fefi y Claudito.  Sus hijos se han adaptado  y sus nietos ya son franceses, pero ella siempre ha sido granjeña.  Aquí estaba su identidad, su yo centrado, su carácter abierto, su sentido humano, cariñoso, tierno, su alegría, su vecindad, su familia larga y grande, sus amigas… Todos nos admirábamos de su fuerza de voluntad y su necesidad imperiosa de venir y sentirse  y ser de nosotros. Sin el pueblo y su gente ella no era ella, tenía  su ámbito de trabajo, sus hijos y sus nietos en Francia y lo respetaba y valoraba, pero su gracia de vida la tenía aquí, y la buscó hasta el último momento, murió en gracia, con sentido. Dios se lo permitió hasta el final, ella se lo merecía. Cómo me alegro estar en casa cuando llamó la última vez, preocupándose de cómo estaba mi madre, hablando con ella, y prometiéndole que cuando viniera el próximo año se verían  y estarían en la feria, aunque para bailar ya no estaban los huesos, porque sus rodillas le estaban dando la lata.

Hoy quiero hacerle homenaje a su memoria y a su ser Granjeña, ella era auténtica. Mañana iré a la tumba del Padre Rafaelito a rezar por ella, porque siempre me enviaba  limosnas para llevarla en su nombre a la tumba, pero rezaré dando gracias porque pudo seguir amando y viviendo su pueblo hasta lo último,  y por que seguro que ya está con él en el cielo y con el Padre Damián en quien tanto confiaba y que tanto le había ayudado en su vida.
Imagino que ahora no parará de contarle todas las historias  de estos muchos veranos en el pueblo a su marido Claudio, y que ya le habrá hablado de mi madre  y de mí , y de la cerveza fresquita que me dio este verano cuando fui a quitar la maleza  del patio de mi casa, que ella no entendía que la tuviera tan abandonada, cuando para ella  su casita era su vida y su identidad.

Por eso mañana con mucho cariño le diré a mi madre que la Feli ya le ha adelantado y se nos saltarán las lágrimas , y en la eucaristía rezaré por todos los emigrantes y tendré en el altar  los sentimientos vivos de todos aquellos que tuvieron que salir de sus casas con  dolor pero que jamás olvidaron su origen y su identidad, y tampoco su fe y su confianza en Dios. Y nunca olvidaré que Feli, mi vecina fue extranjera …

2 Responses to “Acuérdate que tú fuiste forastero en Egipto”

  1. Qué pronto los españoles olvidamos quiénes fuimos. Y eso se paga carísimo.

  2. Hola,Pepe,te leo siempre que puedo tus escritos tan sentidos.Aquí tienes un fan