Los niños de primera “CONFESIÓN”

LA ALEGRÍA DE PERDÓN…

En la parroquia de Guadalupe (Badajoz)

El día estaba siendo rápido y lleno de tareas, a las cinco y media, tras dormitar un poquito en el sillón, recuerdo que me toca ir a la celebración del perdón que realizarán por vez primera los niños y niñas que van a recibir próximamente, en la pascua, la primera comunión; son más de sesenta me dice el párroco pidiendo auxilio. A mí esto ahora me coge un poco lejos por realizar el ministerio en otros menesteres, pero voy con el deseo de aliviar a Paco de esta tarea.

En el camino a la parroquia voy pensando, que ahora que le estoy dando vueltas al tema de reconciliación con motivo de las víctimas y los miembros de Eta, con el fondo de la memoria histórica, qué significado tiene una celebración penitencial con niños de la parroquia en este mundo cultual de celebraciones sacramentales. Y comienzo a  soñar con una pedagogía del perdón  que hiciera posible la experiencia fundante de saber pedir perdón, de saber otorgarlo a quien lo pida y de llegar incluso a la alegría de darlo gratuitamente…

Llego allí y me encuentro con esta “jauría” de niños y niñas, los ojos brillantes, alegres, deseosos, nerviosos dicen ellos, con sus listas de pecados en papeles muy doblados… se van a acercando y hasta juego con ellos: “¿has buscado en tu baúl de los pecados…?  ¿ qué listado has encontrado…?  Pues todos tus pecados Dios los ha perdonado.”  Me hablan de sus padres, hermanos, escuela, tareas, peleas, palabras malsonantes – algunos las dicen tal cual-, mentiras para salvar el pellejo,etc.  Y no puedo menos de recordar cuando yo estaba en este trance, de la primera confesión, que así se llamaba porque soy mayor, y de mi primera comunión, mi diálogo de Jesús… y así hasta hoy donde siento el amor y el perdón de Dios tantas veces, y donde todavía ando con el deseo de “Jesús yo quiero ser como tú, un hombre de perdón auténtico y gratuito”. Y disfruto de cada niño y de cada niña que me presentan este rostro de Dios deseoso de enseñar a pedir perdón y a perdonar, algo tan necesario en nuestro interior, en nuestras familias, en nuestros ambientes, sociedad, mundo, política, economía, crisis, reforma laborar, huelgas…
Y le pido al Padre: “que sepamos construir hoy la iglesia que es sacramento de perdón y reconciliación en medio del mundo  dividido por guerras y discordias… que el amor venza al odio y la indulgencia a la venganza… y que estos niños, lo vean, lo sientan y lo proclamen siendo portadores de la unidad y la compasión en la historiaque están comenzando a vivir con esta alegría e ilusión de hoy en esta celebración sencilla y graciosa, en la que yo  que venía a aliviar una tarea, he salido aliviado, agraciado, perdonado, ilusionado y deseoso de perdonar más y mejor”.  Y rezo contemplando el dibujo que Pablito me ha dado cuando ha terminado la celebración y que él ha  hecho para mí, porque he sido yo quien  he celebrado con él por primera vez el sacramento del perdón.

One Response to “Los niños de primera “CONFESIÓN””

  1. Bienaventurados todos aquellos que trabajan con niños, si son capaces de hacerse como ellos, porque entrarán con más facilidad en el Reino de los cielos.
    Verdaderamente son bienaventurados, no porque los amaron, sino porque les ataron sus zapatos con los cordones sucios de tanto pisarse, les ayudaron a quitarse los abrigos, se sentaron con ellos en sus diminutas sillas, corrieron junto a por un balón, gritaron a coro mientras jugaban a “alza la maya”, les ayudó a levantarse tras una caida, y, cuando estuvieron resfriados, les quitó los mocos, que a veces no eran pocos. Y en sus ratos de descanso, entre juego y juego, les habló desde el corazón mirándole a los ojos. Nunca tuvo que decirle: te quiero.
    D. José Moreno: ciertamente eres un bienaventurado.