El brinco, el hijo y el celibato

EL BRINCO Y EL HIJO…

Acaba de ocurrir en la calle, un simple gesto y un montón de sentimientos en mí. Un niño gritando: ¡papá, papá… móntame¡ El padre, bastante joven, se ha parado y ha favorecido un postura que permitía con facilidad a su hijo dar un salto para agarrarse a su cuello; el niño con una agilidad, bien entrenada, ha dado un brinco y se ha colgado al cuello de su padre, agarrándolo con todas sus fuerzas y uniendo sus mejillas con una alegría y ternura mutua, que ha provocado envidia en mí.

Una envidia sanísima porque me ha alegrado el corazón de Domingo, aportándome una vez más el rostro del resucitado un gesto de la calle y de la vida. Inmediatamente los ojos del interior han traído de la memoria sentimientos y momentos de la propia vida que son inolvidables, más que el éxito y el currículum, grabados a fuego en la sede del corazón. Mi padre Gabriel y sus gestos, y puedo hacer un elenco con una facilidad que a mí mismo me sorprende: cuando acariciándonos terminaba mordiéndonos la oreja porque nos daba mucha rabia, pero siempre buscábamos con complicidad que lo hiciera; darnos la suerte, cogiéndonos entres sus piernas, con la manos metidas entre la nuestras hacia atrás, para darnos una voltereta esplendorosa en el sentimiento del riesgo pero con una seguridad absoluta y con carcajadas que llenaban la casa; el san juanín san juanón… y “¿qué dedo tienes encima?”; el portarnos a cabrito, por turnos con mis hermanos; sentarnos en el sillín de su bicicleta al llegar a nuestra calle, y dirigirse a casa después de una jornada laboral de dura de siega en el campo con el olor característico de su camisón gastado y sudado, el acostarnos con él en su cama y jugar con sus cosquillas… y más y más…. ¿Quién no tiene su lista…?

Sí, hoy desde mi celibato y ministerio, he mirado con envidia sana y alegre el brinco y el salto de ese chaval luminoso y de su padre alegre y satisfecho. He recordado mis brincos y mis saltos de un modo agradecido, he mirado al Padre  y he sentido su guiño en mi corazón para que siga brincando y saltando desde mi vida y con mi gente, y sobre todo, para que sepa tener la postura apropiada que favorezca que otros salten, se agarren a mi cuello, y gocen del acompañamiento paterno, fraternal, consolador, amicable, alegre, cómplice, seguro, fiel, paciente, confiado, en una vida compartida y soñada como proyecto…el abrazo de un celibato fecundo y familiar, que rompe fronteras y se abre al otro desde el totalmente Otro, para sentir como propio y único lo que parece ajeno y extraño en el mundo.

Y todo esto provocado  y favorecido por la experiencia de uno de los amigos entrañables que me ha dado  mi ministerio y mi celibato, Jesús Sánchez y su querida Angelines, que está viviendo con una profundidad y acogida misteriosa el nacimiento de Pablo, recién llegado a su familia, y que ha compartido con nosotros en una reflexión maravillosa lo que está siendo la experiencia del Otro absoluto, en la pequeñez de su Pablo, y en él  la grandeza y la realidad de todos los otros, que son a la vez tan nuestros(Ved este post que es de lujo: http://despiertosamedianoche.blogspot.com.es/2012/07/el-rio-que-nos-lleva.html). No puedo menos que orar y vivir mi celibato desde su narración de la paternidad, él salta al absoluto y al totalmente otro desde la singularidad y pequeñez de Pablo, y desde ahí a los demás; yo, misterio grande, desde mi pequeñez y la experiencia amorosa del Padre absoluto, siento su presencia y su ternura, en Pablo y en todos aquellos que voy encontrando en mi ministerio y me van configurando personal y afectivamente, para que mi crecimiento sea total y  no me falten nunca ni los brincos, ni los hijos, ni la comunidad… Bendito seas Padre porque así va ocurriendo lo que nos dices en la segunda lectura de la liturgia de hoy: Todo va siendo recapitulado en Cristo.

 

2 Responses to “El brinco, el hijo y el celibato”

  1. http://www.youtube.com/watch?v=yexHAWnanYA

  2. Estimado Don josé!
    Para mi personalmente es un placer poder leer tus artículos. Son momentos de alegría,paz, serenidad…porque me ayudas a pararme y popoder reflexionar todo lo vivido…desde q era niño hasta ahora.
    Para mi eres un padre. Muchas gracias!eofh