“El mago que quiero ser”

El mago “TREJO”

“Volver y nacer de nuevo (post-vacacional)”

Es mago y le encanta la música, pero sobre todo es un joven universitario que  canta  a la vida y desborda ilusión a borbotones.

Hoy  he vuelto al campus universitario, oficialmente he acabado las vacaciones de verano, y la entrada ha sido de gloria. Sí, le decía a Miguel  que hoy ya me había iluminado el día. Él ha sido mi entrada en el nuevo curso en la universidad, nos hemos encontrado en la cafetería del rectorado, que está cerca de la biblioteca en la que él prepara asignaturas para la convocatoria de septiembre. Nos habíamos conocido por el facebook y, desde ahí,  quedamos para un desayuno universitario; he llegado puntual – antes de la hora – y he aguardado su llegada –  recordando a Dios Padre que siempre nos espera-, lo conocía por las fotos de internet (el “Mago Trejo”) y él a mí por el mismo método a través de este blog, nos hemos saludado por primera vez y nos hemos lanzado a  por las tostadas que él calificaba de muy buenas, aunque nos ha fallado el  dueño porque no tenía jamón para las catalanas – hechas de tomate extremeño, como siempre¡- . Pero sin problemas, porque la denominación de origen – cinco bellotas – la ha  puesto este joven extremeño con su vida.

La conversación ha sido fácil, entrañable, profunda, ha tenido ritmo y magia, y  casi todo lo ha puesto él. Yo seducido por el arte y su capacidad de ilusionar, pero también por su transparencia a la hora de analizar la vida. Me ha llamado la atención como en una hora hemos podido conectar y llegar a tanto, con tan poco.

Tras presentarnos y explicar  por qué estábamos allí los dos,  hemos ido al núcleo central de la cuestión. Yo he sabido de él por sus padres, que son magníficos, y que se preocupan de situarse bien en este momento de su vida, para ayudarle y no ser obstáculo en su crecimiento personal. Son veintiún años y se juega casi todo en este momento;  él me ha puesto al día de dónde y cómo está gastando su vida en estos últimos años y sobre todo este curso y el verano que transcurre. Es un tesoro en todos los aspectos , codiciado y apetecible para todos, en el musical, donde ya tiene que renunciar a posibilidades por no poder abarcarlo todo, con su piano y su cuarteto; en el mágico, donde ya va teniendo su propio nombre – Mago Trejo-  y se ha lanzado a probarse incluso comercialmente, después de muchos años de aprendizaje y pasión, que uno no es mago porque se le ocurre, sino porque se lo “curra”; un relaciones públicas  y animador de mucho potencial que ya ha actuado en muchas plazas, y no de pueblos sino de capitales, Huelva, Almería  y  próximamente  Mérida – ya casi gogó, mago, etc.- Amigo, familiar, enamorado, inquieto, buscador….Un tesoro de joven, un “mirlo blanco” como se dice en el argot de los valores. El mundo a sus pies, pero ahí está la cuestión: ¿los pies en la tierra? Porque el ser estudiante  ha estado abandonadillo, y  eso puede estar avisando de cosillas interesantes en su vida.

De eso hemos hablado, no se trata de hacer cosas y de hacerlas bien – lo cual no está mal para  los tiempos que corren- sino de ser en lo  más profundo. No se trata de aprobar asignaturas – que también-  sino  de aprender bien la más troncal y que toca vivirla a fondo en estos años de la juventud: la persona que quiero  ser, el vivir desde lo profundo; él le llamaba muy acertadamente: “cuidar mi espiritualidad”. Eso con la vorágine del quehacer, y con el poco predicamento que tiene hoy en los ambientes sociales y culturales – también en los juveniles y de diversión- se va dejando, y uno sin darse cuenta degenera, y aunque lo más auténtico está en lo profundo puede olvidarse; y entonces aparecen goteras, primero en uno mismo, en el estudio, en lo religioso o en cualquier otra cosa y después en los demás que nos rodean, que comienzan a preocuparse y a sentir confusión. Sí aquello de  ”los tornillos se  aflojan solos, pero solos no se aprietan…”

En medio de  esta tema filosófico, metafísico y transcendental Miguel ha recordado una comparación de su amigo Antonio Sabido,  muy propicia para la ocasión, no se trata de mostrar a los demás un buen frasco de colonia para que lo vean y hablarle de sus virtudes, sino de embadurnarse con el perfume y tener un buen olor que los demás los inspiren y lo sientan, lo gocen y  se sientan seducidos por su belleza y su riqueza; en ese buen olor estará  la esencia verdadera; sí eso de que “no hacen falta maestros sino testigos… coherencia”.

A esta conclusión hemos llegado: no  importa tanto ser mago, músico, relaciones públicas, estudiante, divertirse, tener pareja… sino serlo y hacerlo todo con el verdadero espíritu que nos configura y que proyecta la persona que realmente queremos ser. Ahí está el verdadero sentido de la vocación, y esa asignatura es troncal y transversal, sobre ella han de colgar todas las demás cosas que son realmente relativas.  Como decía Nietzsche – guiño a los ateos- “quien tiene un por qué para vivir, resiste cualquier como”, o como decía Jesús de Nazaret – a quien Miguel quiere seguir-  “donde está tu tesoro allí está tu corazón” o “sólo una cosa es realmente importante”.

Hoy el corazón joven del universitario Miguel me ha iluminado el día, y ha sido el primer paso en este nuevo año universitario; ha sido una entrada triunfal y un signo de cómo el padre trabaja cuando nosotros dormimos y hace que nos encontremos, enriquezcamos,  alegremos y nos ilusionemos, y es que Dios tiene arte y magia, como Miguel; sí, está claro que lo hizo a su imagen.

Ahora Miguel se ha comprometido a escribirnos una sencilla reflexión para compartirla aquí: “El mago que quiero ser”, la esperamos , a ver si es verdad que tiene magia..jejejeeje. Además los dos coincidíamos que hoy a la Iglesia, le falta aquello que tenía Jesús a borbotones, magia para ilusionar, vino para alegrar la vida, y arte y belleza para seducir desde la vida… y Miguel no puede seguir escondido dentro de ella.