En medio del mundo

La alegría y la tristeza

(Publicado en el  Diario regional “HOY”-   10 Septiembre)

Que la vida está llena de contrastes, es una realidad que se impone y que me lleva constantemente a una reflexión profunda. Vivo en estos días con un interrogante provocado por dos situaciones, una muy pública y notoria, Cristiano Ronaldo está triste; otra sencilla y anónima, pero para mí fundamental, mi madre se ríe a carcajadas conmigo.

Todo el mundo está preocupado en estos días, por la  cara y el gesto triste y contrariado de la estrella futbolística, y nadie entiende como puede estar así con todo lo que  es, sabe, hace, tiene…son todas reflexiones del éxito que le rodea en el campo deportivo, económico, liderazgo, etc. La gente se vuelve loca en todas las conversaciones, está en el centro aunque sea para criticarlo amargamente, porque no se puede consentir que esté así en este mundo de crisis. Yo sin embargo, sí lo entiendo; hay dinámicas que producen insatisfacción interior y personal , porque nunca llegan a producir lo que realmente el ser humano necesita para estar lleno en lo profundo de su ser; entiendo  que cada vez que tiene más- y puede estar harto de todo-, tenga más hambre y más sed de lo que es realmente auténtico. Me podrán decir que de dónde saco yo este aserto.  Y tomo como punto de explicación  las risas  en estos días – en los mismos en que Cristiano tiene  muecas de disgusto y tristeza-  de mi madre-

Acaba de cumplir ochenta y seis años – ella dice que lleva seis de propina porque la media en España es de ochenta- , no puede moverse para nada, todo hay que hacerlo por ella y para ella, y así lleva cinco años. En los últimos tiempos  ha tenido que comenzar a pagar  sus medicinas, el último día fueron dieciocho euros de sus seiscientos de paga mensual. Está cuidada por  los hijos y una persona profesional que la quiere un montón.  Esto contrasta con lo que ha sido su historia, una mujer activa, trabajadora, inquieta, todo lo ha hecho por los demás. El otro día recordaba con ella los pantalones  y camisas que había lavado en la panera en el patio del pueblo, día tras día, año por año… ella me decía que ahí estaban sus manos para demostrarlo, están desfiguradas, rígidas, con los dedos entrecruzados… muchas tarde paso tiempo acariciándolas en soledad con ella.  Pero se ríe a carcajadas. Una anécdota lo puede iluminar, hablábamos de mucha gente de la familia, de los vecinos y amigos, que habían fallecido ya, y , como dice ella, le llevan la delantera;  imaginaba ella cómo sería su llegada al cielo cuando muriera, cómo la iban a recibir  mi  padre, sus primas, hermanos, vecinos…hasta  imaginaba lo que cada uno podría decirle y cómo. Pero al terminar, me indicaba que aunque no le tiene miedo a la muerte, sin embargo ella, así como está, rodeada de nosotros, con el cariño que le tenemos, la gente que la cuida, sin faltarle de nada, pudiendo dormir bien, y tomándose una pastillita cuando tiene algo más de dolor, no le importa vivir unos añitos más.  Noto como ella, tras haber vivido muchas vidas en una vida, haber pasado por muchas situaciones, tiene una capacidad de valoración de la vida, de las personas, de los acontecimientos, que nadie ni nada se lo puede quitar. Vive desde dentro, y ha encontrado ese tesoro de saber valorar lo que eres, y lo que te rodea, especialmente las personas.  Su relación con la vida, no está en lo que tiene, en lo que sabe, ni siquiera en lo que puede, sino  en lo que es  y desde un nosotros que está hecho a base de profundidad, de amor, de ternura y de cariño. Ahí está el tesoro, y ese es el núcleo del contraste. Sólo le duele que no puede hacer nada sin nosotros, y sobre todo que ya poco puede hacer por nosotros, cuando nos ha dado toda su vida, sin quedarse nunca nada.

Qué difícil que a Ronaldo le pueda alegrar la vida, lo sencillo, lo pequeño, lo auténtico, si ha entrado en la vorágine del éxito y del mundo que gira a su alrededor; cómo y quién le transmite que ese mundo te lo da todo si te postras y lo adoras, es decir si le entregas tu vida, y en ella va tu verdadera alegría que se la apropian para siempre; pero quien le puede transmitir  que hay otro modo de vivir y estar en el mundo, donde puedes no tener éxito pero sí vida auténtica; aquél donde el interior de la persona se construye como un verdadero proyecto y el amor y la fraternidad fundamentan la verdadera alegría.  Esta clave, y no otra, es la que hace que mi madre, en su limitación total, pueda reírse a carcajadas y ser fuente de alegría y sentido para los que la rodeamos.  Qué importante, ahora que va a comenzar el curso escolar, que en la escuela de la vida sepamos transmitir donde está el verdadero valor, y cómo la alegría no llega desde lo externo, si no está bien fundamentada en lo profundo de cada ser humano, sí aquel título de un libro bueno de autoayuda: “la felicidad, es una tarea interior”; aseguro que mi madre no lo ha leído, pero se lo sabe y podría escribirlo con su vida, por eso sigue riéndose, cuando aparentemente ya no es nada.

José Moreno Losada.

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