¡Levantemos el corazón¡

CALENTANDO MOTORES

CON JÓVENES CREYENTES…

Mi quehacer pastoral  me permite el lujo de sentirme elegido y enviado para trabajar con jóvenes estudiantes y profesionales; soy un afortunado. Cada curso, cuando llega Septiembre  –aunque realmente no he desconectado del todo durante el verano-, parece que me   va a dar pereza comenzar, pero en cuanto me pongo en funcionamiento y me encuentro con ellos el corazón se reactiva, el ánimo se pone en pie, y ahí estamos  viviendo en directo el prefacio de la plegaria: ¡Levantemos el corazón¡ ¡Lo tenemos levantado hacia el Señor¡

Primero ha sido en Salamanca con un grupo de animadores de la Juventud Estudiante Católica, y con el equipo permanente; allí  hemos reflexionado, con gozo y con esperanza,  acerca del acompañamiento de los militantes para su encuentro con Jesucristo y su crecimiento en la fe, favoreciendo su protagonismo personal y juvenil. La mayoría jóvenes, con una inquietud y con un deseo de entrega en el apostolado   que resucita a los muertos; y el equipo permanente,  tres mujeres jóvenes , comprometidas, preparadas, profundas con la ilusión de ser protagonistas y animar al protagonismo a muchos compañeros jóvenes desde un sencillo movimiento, en el  que no son muchos, pero se preocupan vivamente de ser levadura y sal, sin dejar de convocar para que el Espíritu les llegue a muchos en el ambiente estudiantil.

Pocos días después, soy convocado al encuentro con el grupo más joven de profesionales; son nueve jóvenes con procesos cristianos, algunos ya llevan más de dos años haciendo proceso, y ya hemos vivido la experiencia de trabajar con seriedad el proyecto personal de vida y profesional de cada uno de ellos con una profundidad llena de esperanza y fecundidad. Estuvimos juntos, para reencontrarnos después del verano; Eva y Carlos nos dijeron cómo deseaban que este grupo estuviera con ellos en su celebración del matrimonio, y desde ahí  ya nos convocamos para trabajar y leer en creyente su celebración matrimonial, para ir el día señalado, con el corazón creyente bien preparado. Por ahora estamos con la ilusión de construir con ellos una celebración de vida y autenticidad, que tenga dinamismo propio. Está siendo un gozo  acompañarles como sacerdote en esta preparación de la pareja.

Y  hoy, nuevamente el corazón se mueve en mí a  ritmo de juventud en  la  pastoral universitaria de la diócesis.  Les envié un correo electrónico para  ver si podían y querían participar en la coordinadora de estudiantes universitarios cristianos en el campus de Badajoz, y no han fallado, hoy estaban allí a golpe de puntualidad y disciplina, cuando el campus todavía está desértico  y en silencio, sólo con algún examen de septiembre y algunas matrículas tempraneras que no  se pueden hacer  vía electrónica. Ellos  han venido, porque han sido llamados y quieren responder generosamente; cada uno de su facultad: ciencias, conservatorio, educación, Iti, Biblioteconomía, Empresariales… y faltan algunos que  todavía están por llegar.
Se han conocido, porque  entre ellos no se conocían todos, han  hablado de sus procesos y su estar en la universidad;
hemos orado juntos con un texto evangélico de  elección y envío;  hemos dialogado sobre el quehacer de pastoral universitaria y sus claves  para evangelizar en la universidad, lo que queremos aportar en este año de la fe. Nos hemos puesto mano a la obra para organizar el encuentro de bienvenida a los universitarios en la diócesis, nos hemos repartido tareas, y  la comida, nos ha servido de broche fraterno, compartiendo el mismo pan con un menú sencillo universitario, y con la alegría y el ánimo de sentirnos unidos y familia en este primer encuentro,  cuando todavía la universidad está en silencio preparándose para recibir el nuevo curso. Me gusta esta Iglesia, con protagonismo juvenil, que piensa, cree y actúa,  articulando cabeza, corazón y manos, para estar viva y presente, sirviendo e iluminando el camino en una sociedad, que necesita líderes que aporten creatividad y esperanza, sobre todo desde sus jóvenes. Y ya me siento  resucitado desde ellos y esperanzado, con esa alegría de vivir que no la te la puede quitar nadie, y con esa sensación de haber sido elegido y afortunado en el quehacer que me toca: ¡Me ha tocado un lote hermoso, y me encanta mi heredad¡

3 Responses to “¡Levantemos el corazón¡”

  1. Os deseo lo mejor en este curso ¡ánimo, que hay mucho bien por hacer y también mucha gente buscando!

  2. Qué lujo leer tu blog! Que grandeza poder expresar con tan pocas palabras tanto. Gracias por compartitr la vida

  3. Me sorprende cuando dices que te da pereza comenzar…¡si en el fondo sabes que estás deseando! jaja. Decía el texto de ayer que la mies es mucha y los operarios son pocos, pero si te das cuentas y empiezas a sumar gente de un lado y de otro no son tan pocos como parece, ¡hay que ser positivos!