“Coherencia y naturalidad”

UN PAPA COHERENTE Y NATURAL

(Artículo publicado en el diario regional extremeño HOY- 14/2/2013)

el papa se vaEl lunes conocimos la renuncia del Papa reconociendo su debilidad, y ahí reconocemos su fortaleza y grandeza realizada en la sencillez de lo natural y lo humano. Esto ha llamado mucho la atención, tanto por lo que supone en la historia de la Iglesia – hacía más de cuatro siglos que no renunciaba un papa, y además no por los motivos que lo hace el actual-; pero sobre todo porque  en la cultura que vivimos somos reacios para aceptar la fragilidad, deseamos ser muy fuertes  y pertrecharnos con armas que nos hagan aparecer ante los  demás como no necesitados. Entendemos que es más feliz quien menos necesita, nadie quiere depender de nadie. La dependencia se entiende como una fuente de infelicidad y le tenemos miedo. Se convierte en un camino de tristeza y sufrimiento. iti Hasta el saber y la propia ciencia, en su quehacer, entran en estos caminos contraponiendo “magister” y “empiria”. Se presenta la ciencia experimental  como la forma más excelsa e incluso como la única forma de conocimiento racional (círculo de Viena); se da lugar así  a lo que Ortega y Gasset anunciaba como “terrorismo de laboratorio”. Como consecuencia este hombre se hace incapaz de la contemplación; de la visión profunda y humanista de la realidad y de la historia; la raíz de la soberbia se basa en esta ignorancia de la fragilidad,  de la falta de reconocimiento de la estructura de la criatura, y de la contradicción del propio relativismo que se impone de modo absoluto como nos ha recordado constantemente Benedicto XVI.

antonio saenzLos días que estamos viviendo – subrayado con este gesto papal-  vuelven a poner  en nuestra cabecera existencial el recuerdo de algo que nos cuesta aceptar, el hombre es un ser problemático por naturaleza y está envuelto en debilidad. El problema de la debilidad es la cuestión fundamental de la esencia y de la existencia de lo humano. Resolver este enigma  requiere una sabiduría especial, que normalmente sólo tienen los sencillos, los que saben utilizar la sencillez de una experiencia fecunda. Hoy  es, en medio de esta crisis, el tiempo propicio para los  sencillos de corazón,  personas con este talante son el mayor bien social con el que podemos contar en todos los ámbitos privados, públicos, económicos, culturales, sociales, religiosos… El papa sabe que hace bien en este  momento sabiéndose ir, aceptando su debilidad; de este modo sirve a la iglesia y hace su último servicio al pueblo de Dios como pontífice, para pasar a servir desde la debilidad integral de su persona aceptada en Cristo.

De este modo nos está mostrando que el enigma de la debilidad encierra la clave de lo auténtico. No está la solución en la huida, ni si quiera en el enfrentamiento con la debilidad, sino en la asunción de la misma, para hacernos fuertes en ella. Hay un modo de vivirla  que nos  hace fuerte, y que la fecunda para que de ella salga vida y fuerza: la compasión.  El ser capaces de entrar en el mismo sentimiento para unirnos en la vivencia  de lo que  consuela y lo hace soportable, facilitando la comunión en el compartir sincero; sí, aquello de que somos un cuerpo con muchos miembros, y que si sufre uno de ellos sufre todo el cuerpo; pero que si todo el cuerpo se une  en ayudar a ese miembro, sanará, y todo el cuerpo tendrá más vida y  salud – salvación-. Con esta lección nos está enseñando en este momento que de la crisis saldremos, sólo por el camino de la sencillez que se genera en la verdadera compasión de lo humano.4 Frente a la debilidad, el arma es la capacidad de lo fraterno, de la transformación de todos los ámbitos con el espíritu de lo humano que se genera en lo profunda aceptación de que todos somos criaturas, débiles, y todos necesitamos de todos. No se trata de tener más, ni de poder más, ni producir más, sino de una nueva cultura  para compartir más; tener menos para ser más, más libres y más auténticos, o sea, más hermanos. El slogan  está claro: “fuertes en la debilidad”, como decía el apóstol Pablo “porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. El entendió la entraña del cristianismo cuando proclamaba que “Dios se hacer fuerte en la debilidad”. Por aquí tendría que ir la ética de la ciudadanía, tanto en su versión secular como religiosa. El papa, con su coherencia, su ética y su fe en Dios Padre, sabe que sirve a la humanidad entregando su debilidad, dando paso a otra persona que con la fuerza de Dios y con mejor estructura  de salud psicológica  y física pueda guiar y acompañar al pueblo de Dios.

Gracias, por tu gesto Benedicto XVI, tu  vivencia y aceptación de la debilidad, nos muestra tu fuerza, tu grandeza y tu confianza en el Dios de la vida; un buen ejemplo en el año de la fe.

José Moreno Losada.             Sacerdote.