La homilía de ayer…

El padre pródigo. Ayer mi homilia estuvo centrada en un hecho de vida de mi compañero Enrique, sacerdote de Miajadas, que hace tiempo escribió. Un artista que estaba en misa, José Manuel, al hilo del relato y los comentarios homiléticos fue haciendo esta pequeña obra de arte con su Ipad… y me concedió a mí, después de la misa,  elegir el color de la túnica  del padre roto… Os sirvo el relato y  el dibujo.

– voy a volver a casa de mi padre…

Se puso en camino a casa de su padre.

…Su padre le vio de lejos y se enterneció…

Se le echó al cuello y le cubrió de besos…

(Lc. 15,11-24)

padre pródigo

Se presentó una noche en mi casa. Pedro, joven estudiante de 17 años, preocupado por su padre, me vino a contar miles de historias de su familia; él, con madurez adelantada a su edad, se daba cuenta y sufría.Pepe, que así se llama el padre, carbonero de oficio, estaba enganchado al alcohol.

– “La comunicación está rota en mi casa, dice Pedro, mi padre es un cielo, pero el día que vine bebido no hay quien le aguante. Hay discusiones. Yo no me centro en los estudios, mi padre se está haciendo mucho daño…”

Este chico conocía mis andanzas en este terreno por unas charlas que hubo en su centro de estudios. Se acordaba que acompañé a la Asociación.

Agradecí su confianza y montamos la estrategia. Posteriormente vino con su madre, mujer trabajadora que había ido tapando, aguantando…como muchas mujeres. Lograron que Pepe fuera a la Asociación. En muchas de las terapias le acompañaba su hijo Pedro. El matrimonio se fue integrando y en la familia se vivía otro clima.

Sugerí que en las próximas jornadas sobre alcoholismo de cara al pueblo pudieran representar una obra de teatro. Y que el texto fuera elaborado por todos, partiendo de sus vivencias, recorrido, problemática. Y así fue. Todos estaban entusiasmados. Pepe, un piconero alcohólico, desconocido e Ainsignificante@ para la gente actuaría en los papeles principales.

Seguí en contacto con Pedro. Ante el acontecimiento teatral en la casa de cultura era importante que su hijo estuviera.

-“No…no voy a ir. Me da no se qué…”

Me decía mirando el suelo restregando el pie.

Insistí una y otra vez:

-Es necesario que estés, Pedro. Supone tanto para tu padre que te vea allí. Piénsalo!.

Intuí: el impedimento que Pedro tenía es que le daba vergüenza ante sus compañeros abrazar a su padre públicamente. En el ambiente era un borracho.

Después de la actuación, con la sala llena de gente se hizo un forum sobre lo representado. Todo salió a pedir de boca. Los aplausos no paraban. Observaba la escena, llena de gozo: se levantó Pedro del Asiento, su madre y hermana. Deprisa fueron al encuentro de su padre que bajaba emocionado del escenario. Se abrazaron largo rato. Las lágrimas ratificaron la comunión de la familia.

Aquí se cambiaron los papeles: el padre que estaba lejos volvió. El hijo le esperó y el abrazo selló la rehabilitación.

Días después le alenté a que ante los compañeros de su clase contara “la parábola del padre pródigo”. Pedro, hoy día es voluntario y siempre que puede acompaña las terapias de grupo.

Y no puedo menos de añadir a esto post.. el comentario de Enrique que me acaba de llegar y que tiene una fuerza imparable:

ultimas 005Tenía en el recuerdo esta parábola evangélica de la vida. Al leerla, ¡este Pepe saca los colores a cualquiera!, me ha hecho revivir la pedagogía terapeutica de Jesús. Le falta la segunda parte del relato: el banquete en la casa del padre. Pepe sigue en la casa-asociación-alcohólicos rehabilitados, dando abrazos de acogida a los padres pródigos que llegan. Sus manos curtidas y negruzcas, sigue siendo piconero, aprietan al “perdido”, cual renovado precioso cuadro de Rembrandt. Su hijo es educador social y sigue reproduciendo con “chicos difíciles” la apuesta evangélica “he venido a buscar lo que estaba perdido”. Y un servidor rezando: “Gracias, Padre, porque estas cosas me las perdería si estuviera en el cóclave y tímidamente se las revelas a la gente con alpargatas”. Enrique

5 Responses to “La homilía de ayer…”

  1. “Mi Hermano y Amigo Pepe Moreno Lozada ha sacado otro de sus fantásticos artículos, hemos hecho trabajo en equipo, podréis descubrir en que consiste la evangelización en este nuestro siglo 21. “

  2. Me ha gustado mucho el hecho de vida de Enrique, el sacerdote de Miajadas, asi como la homílías que hiciste sobre este hecho. ¡Ojalá todos los sacerdotes hablaran desde la vida, como lo hacéis vosotros¡

  3. Simplemente EDIFICANTE, gracias .

  4. Tenía en el recuerdo esta parábola evangélica de la vida. Al leerla, ¡este Pepe saca los colores a cualquiera!, me ha hecho revivir la pedagogía terapeutica de Jesús. Le falta la segunda parte del relato: el banquete en la casa del padre. Pepe sigue en la casa-asociación-alcohólicos rehabilitados, dando abrazos de acogida a los padres pródigos que llegan. Sus manos curtidas y negruzcas, sigue siendo piconero, aprietan al “perdido”, cual renovado precioso cuadro de Rembrandt. Su hijo es educador social y sigue reproduciendo con “chicos difíciles” la apuesta evangélica “he venido a buscar lo que estaba perdido”. Y un servidor rezando: “Gracias, Padre, porque estas cosas me las perdería si estuviera en el cóclave y tímidamente se las revelas a la gente con alpargatas”. Enrique

  5. ¡Pepe! ¡El Reino ha comenzado!
    ‘Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Noticia; ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!”