Dejarse afectar…

escena piedad masculinaAnte la realidad del dolor y el sufrimiento, de la que es sacramento esta fotografía, recordamos estas palabras que con motivo del Gesto cuaresmal solidario 2010, escribía Jorge Mario Bergoglio:

“¡Estamos en riesgo! Como sociedad, poco a poco nos hemos acostumbrado a oír y a ver, a través de los medios de comunicación, la crónica negra de cada día; y lo que aún es peor, también nos acostumbramos a tocarla y a sentirla a nuestro alrededor sin que nos produzca nada o, a lo sumo, un comentario superficial y descomprometido. La llaga está en la calle, en el barrio, en nuestra casa; sin embargo, como ciegos y sordos convivimos con la violencia que mata, destruye familias y barrios, aviva guerras y conflictos en tantos lugares, y la miramos como una película más. El sufrimiento de tantos inocentes y pacíficos dejó de cachetearnos, el desprecio a los derechos de las personas y de los pueblos, la pobreza y la miseria, el imperio de la corrupción, de la droga asesina, de la prostitución obligada e infantil pasaron a ser moneda corriente, y pagamos sin pedir recibo aunque tarde o temprano se nos va a pasar la factura”.Y concluye: “Todas estas realidades, y muchas más, no son mudas, nos gritan a cada uno de nosotros y nos hablan de nuestra limitación, de nuestra debilidad, de nuestro pecado… a pesar de que ‘nos hayamos acostumbrado”

Hoy necesitamos una iglesia que se deje afectar:

niñoNo es más rico el que más tiene, ni el que más sabe, ni el que más puede… sino el que más siente: “Donde está tu tesoro, allí está tu corazón” (Mt 6,21).La prolongación de la encarnación del Verbo sigue siendo un reto y una clave de la misión de la Iglesia. Se trata de ser fiel a lo que Dios ha hecho en Jesucristo; en Él no encontramos a un hombre poderoso -“un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lc 2,12)-, ni sabio según el mundo -decían: “¿no es este el hijo del carpintero?” (Mt 13,55)- y, mucho menos, rico -“no tenía dónde reclinar la cabeza” (Lc 9,58)-. Lo que sí encontramos es a Dios humanado (el Dios finito, que decía Zubiri), que es compasivo y misericordioso, que anda por los caminos y se deja afectar por todos, especialmente por los más débiles, y se une a ellos en cuerpo y alma: “Lo que hicisteis a uno de estos a mí me lo hicisteis”, (Mt 25,40).
DSC02014_editedHoy, como nunca, el mundo, la sociedad y los alejados necesitan una iglesia afectada, con sensibilidad profunda y auténtica, y éste es el verdadero tesoro que los cristianos llevamos en vasos de barro para que los demás pueden beber consuelo y esperanza. Permanece como reto fundamental que las alegrías y las tristezas de los hombres sean las de la Iglesia. El quehacer pastoral está llamado a seguir uniendo fe y vida, la espiritualidad de la revisión de vida hoy se necesita para poder llegar a ser una Iglesia encarnada.

29 Responses to “Dejarse afectar…”

  1. Quiero ser un maestro que me deje afectar por lo que ocurre a mi alrededor, por los problemas de los demás.
    Arriesgar, tirarse a la piscina y compartir con los demás.
    Ayúdame a ser generoso, pues quien da seguro que recibe.
    El verdadero reconocimiento está en sentirse bien con uno mismo, bajar de la nube y servir a mis alumnos y alumnas.
    Aportar lo que soy como persona y lo que buenamente pueda, no es más generoso el que da y más tiene…sino el que da lo que tiene.
    Abrirse a la comunidad y adentrarse en el mundo, no todo es bonito, ayúdame a mejorar mi comunidad y adentrarme en la profundidad de la sociedad.
    Ayúdame a mí y mis compañeros a amar, pues quien ama, lo hace en nombre de Cristo.
    Amén.

  2. Para mí la enseñanza de la Religión como la enseñanza de cualquier otra materia haré de la siguiente manera:
    – Aportar a los niños toda la fe con Amor, con Interés y con Afecto. Para que sean Generosos y se abran a la comunidad. Los educadores le serviremos como apoyo para entender y adentrarse en la vida.
    – Con toda la fe que le transmitamos en Nombre de Dios, haremos niños que arriesguen en la vida para una mejora colectiva, que ayuden a los demás y que aporten ellos el día de mañana.

    Me gusta transmitir a los niños los valores más importantes para vivir, que son:
    – Educación.
    – Respeto.
    – Cooperación.
    – Igualdad.
    – Alegría.
    – Dinamismo.

    Para llevar a cabo esta oración he realizado una casa para que los niños la vean más gáfica y cada parte de la casa está compuesta por una palabra. Empezaremos por el suelo y acabamos por el techo como si la fueramos construyendo.

  3. Ayudame Dios, en esta tarea de ser maestra, ayudame a conseguir esto que tanto empeño y esfuerzo me esta costando.
    Déjame que aporte a estos niños, que les sirva, que les guíe…
    No me importa que lo suyo me afecte, pues quiero ser sensible, quiero dejarme afectar por ellos, por aquello que les ocurra, quiero involucrarme al máximo.
    Sé que realizando esta tarea, veré reconocido mi trabajo durante todos estos años y este reconocimiento lo encontraré en ellos, ellos serán los que me hagan crecer.
    Quiero arriesgar, arriesgar por ellos, comprometerme, compartir y ser generosa al igual que ellos lo serán conmigo en su día a día, nuestro día a día.
    Ayudame a formar parte de sus familias, de su círculo más cercano, de su Comunidad.

    Amo esta profesión, no hay nada que me llene más que ser MAESTRA.

    ¡Ayudame!

  4. Dejarme afectar por todos y cada uno de mis alumnos/as sintiendo cada emoción, cada sentimiento tanto positivo como negativo intentando solventar las dificultades que se presenten y ayudándolas a continuar el camino hacia la meta de ser personas buenas y honradas sin prejuicios ni limitaciones.
    Arriesgarme enseñándole todo lo que me proponga para hacer de ellos personas dependientes, libre de pensamientos capaces de resolver todo lo que se ponga ante sus ojos.
    Ser generosa…pues quién mejor que una maestra para demostrar que es la generosidad dando lo mejor de mí, sin importarme si lo “guardarán” o lo “tirarán” cuando crezcan.
    Buscar el verdadero reconocimiento, sintiéndome bien conmigo misma al trabajar con niños que salen de la escuela felices y encantados con la maestra (bien ser),buscando la verdadera felicidad sirviendo a mis alumnos para gozar de un bien interno.
    Aportar todo y cada una de mis cualidades, defectos, virtudes etc . con la intención de darme a conocer y ayudar en todo lo posible, pues como dice el refrán “haz el bien y no mires a quién”.
    Abrirse a la comunidad para relacionarse con las personas, adentrarse en el mundo que nos envuelve intentando mejorarlo y sobre todo hacerlo en nombre de Cristo, quién murió en la cruz por todos nosotros.
    Amén.

  5. Hola Pepito!! He leido tu artículo.Tú ya sabes que soy una persona muy sensible ante las calamidades y males que padecen la humanidad en el mundo de hoy.Todo lo que has dicho sobre el cómo dejarnos afectar por lo que suceda en el mundo, creo que se puede aplicar a mí.Cuando veo en la tele noticias sobre guerras como la que lleva sufriendo Siria desde hace 2 años,genocidios como los de Ruanda,Guatemala o el Holocausto nazi;me entristecen tanto que casi me dan ganas de llorar.También hay veces que el dolor que me provocan esas imagenes me causan un dolor interior en mi corazón,un dolor tal que me deja paralizado y deprimido.
    Es en esos momentos cuando me siento muy impotente por no hacer nada por esas personas que sufren por las maldades que hacen otros,por no darles amor y consuelo,por no ayudarles de alguna forma.

  6. Señor, ayúdame a cumplir mi sueño, ese sueño que te digo todas las noches que estoy agobiada y que siempre es el mismo. Quiero ser como tu, dejarme afectar, ayudar con mi labor y que mejor que en una clase llena de seres humanos vacíos que poco a poco se van llenando. Quiero ser una buena influencia para ellos, se que no es fácil, pero confiando en ti que siempre me guías y dejándome afectar por sus pequeños corazones, seré capaz de conseguir que esa influencia que yo les traspase vaya con cariño y amor. Siempre por el buen camino y caminando a tu lado. Ayúdame a conseguirlo, necesito un poco de paz y tranquilidad más que nunca, así la concentración viene sola, seguida del éxito. Confío plenamente en ti, gracias Señor.

  7. Señor ayúdame a cumplir mi sueño de ser maestra y superarme en estos tiempo de tanto agobio para poder con todo.
    Quiero ser como tú, ayudar a mis alumnos, conocerlos, dar todo de mí, compartir con ellos inquietudes, aprender de cada uno de ellos, relacionarme con su entorno más cercano y dejarme afectar, explotar mis cualidades, motivarle para demostrarles que todos valen para cumplir sus sueño…
    Gracias a ellos he crecido y quiero seguir creciendo día a día, no hay nada que me haga más ilusión que trabajar como MAESTRA.
    Se que estoy realizando mi tarea día a día y que mi esfuerzo será recompensado.
    ¡Señor Ayúdame!

  8. Señor ayúdame a cumplir mi sueño, mi sueño de ser maestra. Quiero ayudar a mis alumnos, dejándome afectar por sus cosas y poderles ayudar, conocerlos, compartir con ellos todo lo que tengo y lo que se… Ayudarles a ser generosos, que sepan compartir y ayudar a los más necesitados. Realizando esta tarea, veré mi esfuerzo recompensado.
    Sé que con tu ayuda todo esto puede ser posible porque Tú nos guías por el buen camino.
    Tengo muy claro que esta es la profesión a la que me quiero dedicar el día de mañana. Quiero aportarles lo que soy como persona y abrirme a la comunidad. ¡Gracias Señor!

  9. Bendito eres, Señor Dios, por enseñarme el camino para seguir adelante en esta vida llena de buenos y malos momentos.
    No nos separes de los que están a nuestro lado.
    Ayúdame a conseguir lo que quiero ser.
    Hazme una persona con fuerza y con sentido de la fe cuando ocurra algo inesperado.
    Ayúdame a compartir y ser generosa con todas aquellas personas que necesitan algo de mí.
    Dame sencillez y dame profundidad.
    Y por fin ¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe; que lleve el nombre de maestra, que Tú llevaste por la Tierra.
    Amén

  10. Estoy segura que para ser un maestro que proporciona a sus alumnos los elementos necesarios para dejarse afectar y no pasar por el mundo sin sentir a los demás, primero tiene que ser este una persona que se deja afectar. En este aspecto soy una persona que sí me dejo afectar por lo que ocurre, de hecho ocurre de forma totalmente involuntaria. Me preocupa las injusticias de la vida, del mundo, las guerras, los inocentes que pagan por lo que otros hacen y en mi sociedad más cercana me preocupa la falta de valores cada vez más presente en muchos adolescentes.
    Cuando sea maestra ya de religión o de una clase de educación infantil algo que tengo claro es la transmisión de valores a mis alumnos, los cuales proceden de la religión. Respecto a las diez claves del pedagogo creo que son esenciales para ser un buen maestro. Como podría ser una buena maestra si no me dejo afectar, sino me preocupo, siento y me doy a lo que hago. Como voy a serlo si no me doy a mis alunmos para sacar lo mejor de ellos, como prodía ser una buena maestra si lo que hago no me llenase, no me proporcionara nada. Yo sería la encargada de darle a mi alumnos para sacar lo mejor de ellos, aportaría mis ideas, fantasía, experiencias… Fomentaría el compañerismo, el trabajo en equipo, la unión. Todo lo anterior no podría hacerlo sino tuviera en cuenta lo que los alumnos sienten, ponerme en su lugar, (encarnarme), a la vez que no podría hacerlo sin verdadera dedicación y afecto por lo que hago y con quien lo hago. Evidentemente todo eso no lo podría hacer sin un modelo de referencia del cual procede todo lo anterior y de mi conocimiento religioso.

  11. Después de ver la revista, Pepe nos propuso que elaborásemos una oración de cómo nos gustaría ser como profesores el día de mañana utilizando las diez claves. Y como yo no se elaborar oraciones me limitaré a nombrar las características que me gustaría tener en un futuro en mi labor docente y en mi vida en general.
    Dejarme afectar por las características de mis alumnos, esto hará que los conozca mejor y me sensibilice con ellos pudiendo así ayudarles en todo lo necesario dando lo mejor de mí, poniéndome en su lugar y sintiendo lo que ello sienten.
    Arriesgar a la hora de elegir el camino que yo creo que es más conveniente para ayudar a mis alumnos en todo lo posible. Entre algunas de las cosas que hay que arriesgar es el elegir cual será el método de enseñanza idóneo sin que nadie te imponga su criterio, sólo pensando en el beneficio de tus alumnos.
    Ser generosa dándole a mis alumnos todo de mí tanto a nivel material como de persona, eso es ser maestra dar todo de ti sin importar que pasara con lo que tu des de ti. No sabes si los niños se quedarán con lo que les des o simplemente se olvidarán pero ver que ese momento en el que lo reciben son felices es suficiente. He venido a servir a mis alumnos no a conseguir mi reconocimiento y sueldo.
    Busca el verdadero reconocimiento, no en las ovaciones de los demás sino el encontrarme yo satisfecha con el trabajo realizado al ver el avance de mis alumnos ya sea mucho o poco pero siempre que sea estando ellos felices.
    Ábrete a la comunidad, un papel fundamental del colegio es la relación con la familia y el entorno de los niños. Por ello la maestra además de trabajar en el colegio debe relacionarse, buscar apoyo y ayuda en la sociedad todo por el bien de los niños.

  12. “La sensibilidad humana , es la clave de los sentimientos y de la vida”.
    Como persona, dejarse afectar es vital, una persona que no se deja afectar, que no siente por él ¿como es capaz de sacar lo mejor de los otros? ¿de darse a los demás?
    Soy consciente de que soy de esas personas que dejan afectarse, incluso a veces más de lo que debería, reconocer donde está el término medio en este aspecto, es otro punto importante. El sufrimiento viene sólo, buscarlo es masoquista.
    Con respecto al papel que quiero desempeñar, como es el de maestra, es importante dejarme afectar, pues voy a tratar con niños, niños que cada uno tiene una vida diferente, siente diferente y que actuará con respecto a eso, de manera diferente.. si quiero que se desarrollen y que consigan ir sacando y puliendo lo mejor de ellos , necesito dejarme afectar antes.
    La generosidad, creo que en cuanto al ser maestro, va mas encaminada a la hora de relacionarse con el resto de los profesionales del centro. Pero si veo importante cuidar el ser generoso.
    En cuanto a buscar el verdadero reconocimiento, yo espero seguir teniéndolo presente.. como humanos tendemos a aspirar siempre a lo más alto ¿pero que es lo más alto? el ser más que nadie o tener más que nadie, para mi no es aspirar a lo más alto.. sino ser coherente, ser nosotros mismos, la autenticidad. Seguir tu camino con esa aspiración es tener el verdadero reconocimiento de la vida.
    Aportar lo que uno es y puede, junto con el compromiso, a veces puede parecer difícil, o quizás echamos la culpa a que la sociedad no nos deja, pero somos nosotros mismos los que primero tenemos que estar dispuestos a hacerlo, a dar lo mejor de nosotros. Jesús dice que “el que quiera ser grande entre vosotros que sea vuestro servidor”, y lleva toda la razón, pues puedes ser muy rico materialmente y pobre de espíritu, y pensar que en que el más grande es aquél que tiene a todo el mundo bajo su mando, pero personalmente pienso que no, que es más grande aquél que actúa desde la humildad y es el primero en estar, en hacer, en servir.
    Abrirse a la comunidad y adentrarse en el mundo, hoy en día para las personas que arriesgamos y recibimos muchas puertas cerradas, se nos hace más difícil aún, pero si nosotros no somos los primeros que intentamos hacerlo, no podremos conseguir aquello que queremos.
    Por último , hacerlo todo en nombre de Cristo, bien sea nombrarlo propiamente o haciendolo presente en cada hecho, o actitud de vida, para mi, como cristiana que me considero, veo que es de las cosas más importante, le guste o no los demás. Estamos en un país libre ¿no?, y el resto de las personas que me rodean pueden pensar lo que quieran, pero la que vive conmigo soy yo, la que quiere ser coherente soy yo… y veo que eso es muy importante, más que estar todos los domingos en misa.

  13. Señor, ayúdame a cumplir mis deseos de realizarme como maestra. Ayúdame a ser optimista en los buenos, pero sobretodo en los malos momentos. A guiar a mis alumnos, a proporcionarles conocimientos y a formarlos y formarme como persona dada a la comunidad.
    Enséñame a guiar a los más pequeños y a dejarme afectar por sus necesidades.
    Dame fuerzas para no darme nunca por vencida con un alumno y sacarle siempre adelante.
    Déjalos que confíen en mí, ganarme su afecto, igual que usted un día se ganó el nuestro.
    Ayúdenos a ser felices, la vida es dura, pero en esta etapa, yo se la endulzaré.
    Ayúdenos Señor.

  14. En mí personalmente, soy una persona que me dejo afectar, y seguiré haciéndolo en todos los ámbitos de mi vida, tanto en lo profesional, como personal, ya que es parte de mi persona. También después de leer esto, me doy cuenta de lo que dice de las noticias que las recibimos sin sentir nada es una realidad, un ejemplo es el otro día viendo por internet lo de la terrible noticia de el atentado en Boston había un escrito de una persona que decía que todo había sido mentira y yo miraba la imagen de la pierna mutilada del señor de la silla de rueda amputado sin sentir nada, me fije en el desgarre en el hueso en todo, sin sentir nada, simplemente porque una persona anónima decía que era falso y lo miré como si así fuera, sin pensar en el dolor de ese hombre en shock después de lo ocurrido.
    Como maestra me gustaría tener un trato más allá de simple trabajo con cada uno de mis alumnos y su familia.

  15. Señor no hace falta que te diga que me ayudes a cumplir a unos de mis sueños, que tengo desde bien pequeñita, a ser Maestra… y digo que no hace falta que te lo diga porque si en verdad hay alguien ahí arriba que nos cuida y nos protege, ya lo tiene que saber de más… Todavía recuerdo de pequeña cuando jugaba a ser maestra y poner malas calificaciones en una montonera de cuadernos.
    Soy de esas personas que se deja afectar, y porque esté bien hacerlo, sino porque me sale solo, no lo puedo evitar. Y por supuesto si algún día llego a tener un aula y la responsabilidad de guiar a esos niños/así, no es que me vaya a dejar afectar, sino que para mí serán todos/as como hijos míos, como parte de mi familia, ellos/as van a ser lo más importante.
    ¡Gracias Señor!

  16. Voy a tomarme esta “oración” (la entrecomillo porque no sé como redactar una oración) como un decálogo del buen maestro, intentando seguir las diez claves:

    1. Déjate afectar: Todo buen profesor, y de igual forma cualquier profesional dedicado a los demás, tiene que tener empatía, ser capaz de sentir lo que sienten, vivir lo que viven… tiene que colocarse en el lugar del alumno para conocer cómo aprende, qué intereses tiene, qué problemas le afectan, que le hace feliz…

    2. Arriesga: en innovar, en aprender de ,los alumnos, en dar todo lo que tienes como docente.

    3. Ser generoso: en enseñar por el gusto de hacerlo, sin esperar nada a cambio. Vocación es la palabra.

    4. Busca el verdadero reconocimiento: vendrá sin darte cuenta. Un buen profesor será reconocido por el cariño y el recuerdo que sus alumnos le tienen a lo largo del tiempo.

    5. Servir a los demás: relacionado con la generosidad. El maestro, sobre todo el de infantil, trabaja por y para sus alumnos, estrujarse la cabeza en pensar técnicas innovadoras para hacer de sus clase amenas, el teatro de fin de curso…

    6. Aportar lo que eres y puedes: como profesor te conviertes en en un “dios” para los alumnos. Ellos toman como ley absoluta lo que dices. Hay que aprovechar estas situaciones para educar a los niños en el bien.

    7. Ábrete a la comunidad: El maestro no vive sólo en el contexto del aula, tiene que conocer más allá para entender a los alumnos.

    8. Adéntrate en el mundo: del alumno, para conocerle más aún si cabe, ser uno más (sin ser un colega), siempre desde nuestra postura docente.

    9. Humildad: un profesor debe ser humilde en su labor, pues sólo así podrá llevar el camino correcto para que sus alumnos “le sigan”.

    10. Haciéndolo todo en nombre de Cristo: Jesús nos muestra un camino de entre a los demás. Un buen PdR sabrá relacionar las enseñanzas de de Jesús con las andanzas en la vida diaria para hacer de los alumnos personas de bien.

  17. ¡Qué el brillo de tus ojos me acompañe siempre!

    Querido Jesús amigo bueno, yo que he tenido la suerte de conocerte quisiera acercarme un poquito más a ti, para que hagas de mi como el alfarero hace con el barro, y pueda ver las injusticias y no las ignores, para que sea siempre una persona humilde de espiritu y horrada, enseñame a enseñar y hacer buenas personas educando con amor en los valores del evangelio, buscando siempre el bienestar de todos y no el mio propio, por eso te pido, Dios mio, que me moldees, pues para dar lo mejor de mi, no solo como maestra sino como persona, ayudando a quien me necesite y aquellos que no me necesiten también.
    QUE EL BRILLO DE TUS OJOS ME ACOMPAÑE SIEMPRE.

  18. Un buen maestro ayuda a crecer a las personas internamente, se deja afectar y para ello crea un espacio afectivo y cariñoso, ya que la sensibilidad humana es la clave de los sentimientos.
    Para vivir en comunidad, una clave que va a enriquecer a nuestros alumnos va a ser la generosidad, hay que fomentarla en el aula desde edades bien tempranas.
    Cada día, serviré a mis alumnos y al resto de la comunidad escolar, les ayudaré, guiaré en todo lo que necesiten, buscando el mayor bien posible, aportando lo que soy, mi persona, para enriquecernos todos.
    Todo esto lo haré en tu nombre, Jesús, porque tú así lo hiciste, tú eres la fuerza y el motor que nos lleva al compromiso.
    ¡Gracias Señor!

  19. .Oh Dios, tú que siempre has llevado la vida a su perfección plena mediante el paciente crecimiento, dame paciencia para guiar a mis alumnos a lo mejor en la vida.

    Enséñame a usar los móviles del amor y el interés; y sálvame de la debilidad de la coerción.

    Ayúdame a vitalizar la vida y a no limitarme a ser un mercader de hechos.

    Que yo sea tan humilde y que me mantenga tan joven que pueda continuar creciendo y aprendiendo mientras enseño.

    Que pueda aprender las leyes de la vida humana tan bien que, redimido de la insensatez de la recompensa y el castigo, pueda ayudar a cada uno de mis alumnos a encontrar una devoción suprema que los impulse a darse por entero, y que esa devoción concuerde con tus propósitos para el mundo.

    Concédeme la gracia de luchar, no tanto para ser llamado maestro sino para serlo; no tanto para hablar de ti sino para revelarte; no tanto para referirme al amor y al servicio humano, sino a poseer el espíritu del amor y el servicio; no tanto para referirme a los ideales de Jesús sino para revelarlos en cada acto de mi enseñanza.

    Líbrame de sumergir mis labores en la mediocridad ayudándome a tener siempre presente el pensamiento que, de todas las actividades humanas, la ENSEÑANZA es en gran medida, la tarea que tú has estado haciendo a través de todas generaciones.

    Amén.

    Desde mi infancia, descubrí mi vocación:
    SER MAESTRA.
    Fue un largo camino, en el cual: muñecas,
    hermanos, primos y amigos tuvieron que
    soportar ser mis primeros alumnos

  20. Nosotros como maestro debemos educar a los niños desde unos valores como dijo Jesús. Yo como maestro me “vaciaré” y daré todo lo bueno que tengo a los niños. Intentare educarlos y enseñarlos como lo han hecho conmigo y saber que es lo que esta bien y esta mal y ellos, en un futuro, sepan también educarlos y valorarlos.
    Por eso yo le pido al señor que me comprenda y me ayude en todos los momentos importante de mi vida ya que me comprometeré. Nosotros como maestro vamos a ser una parte importante en la vida de cada niño que voy a educar en un futuro (espero) no muy lejano. Los maestros es la base de su educación

  21. Después de leer el apartado de la revista “Decálogo para el compromiso” me dispongo a realizar una oración del buen maestro, intentando seguir las diez claves:

    Todo profesional que se dedica a los demás tiene que tener empatía, y en mi caso, como maestra, tenemos que colocarnos en el lugar del alumno para conocer cómo aprende, qué intereses tiene, qué problemas le afectan, que le hace feliz…

    Tenemos que arriesgarnos al innovar, al dar todo lo que tenemos como personas por esos pequeñines que serán nuestros alumnos.

    Al igual que Dios creó gratuitamente, nosotros debemos dar todo de nosotros sin esperare nada a cambio, esto debe ser así si verdaderamente la profesión de docente es nuestra vocación.

    El verdadero reconocimiento vendrá sin darte cuenta. Los alumnos recordarán al buen maestro por el cariño y la ayuda que éste le a mostrado.

    El maestro trabaja por y para sus alumnos. La clase no termina a las 2, sino que en casa también seguimos pensando en lo que será bueno para nuestros alumnos, en actividades en las que se lo pasen bien, se diviertan y lo más importante que aprendan.

    Hay que aportar lo que eres y todo lo que puedes. Como maestra, tus alumnos te van a tomar como ejemplo, te van a poner en un “pedestal”, desde hay podemos inculcar a los niños los buenos hábitos, actitudes…

    El maestro no vive sólo en el contexto del aula, tiene que conocer más allá para entender a los alumnos. Dios trabaja para el pueblo, nosotros debemos de hacer lo mismo.

    Adéntrate en el mundo del alumno, para conocerle más, saber sobre si familia y estar siempre ahí por si te necesita.

    Un profesor debe ser humilde en su labor, sólo así sus alumnos le seguirán por ese camino.

    Tenemos que hacer todo lo anteriormente mencionado en nombre de Cristo.

  22. Te pido Señor tener un amor sincero por mis alumnos y un profundo respeto por los dones y carencias particulares de cada niño. Ayúdame a ser una maestra fiel y dedicada, con mis ojos puestos en el bien de aquellos a quienes sirvo. Que imparta los conocimientos humildemente, que escuche con atención, que colabore siempre con muchas ganas, y busque el bien último de aquellos a los que enseño y su plena felicidad. Que me preste a comprender a todos y cada uno de ellos que necesiten de mí, que no condene, que sea capaz de animar y de perdonar. Mientras enseño ideas y entreno en competencias, que mi vida y mi integridad abran sus mentes y sus corazones a la verdad. Que mi interés por cada uno les enseñe el sabor de la vida y la pasión por aprender. Dame la fuerza para admitir mis limitaciones, el coraje para empezar cada día con esperanza, y la paciencia y el humor que necesito para seguir enseñando. Acepto a cada alumno venido de tus manos. Creo que cada uno de ellos es una persona de valor exclusivo. Sé que tengo la oportunidad de dar a muchos jóvenes luz y esperanza, un sentido de misión y entrega. Sé que Tú confías en mí y que estás conmigo. Te pido tu bendición al comienzo de un nuevo día. Te pido que me bendigas a mí y a mis alumnos, sus sueños y esperanzas. Que aprendamos de la sabiduría del pasado, de la vida, y los unos de los otros. Que yo aprenda de tu guía, por encima de todo, y de las vidas de aquellos que te conocen bien. Creo que el verdadero aprendizaje consiste en conocer cómo debemos vivir nuestra vida, conocer cómo somos nosotros mismos, y escuchar tu voz en cada palabra que aprendamos.

  23. Dios mio, ayúdame a ser la maestra que quiero ser y hacer feliz a los pequeños que caigan en mis manos como me han echo a mí.
    Dios mio, dame fuerzas para superar cualquier obstáculo del camino, déjame ver con los ojos de la justicia y el amor.
    Tú mi amigo, sabrás guiar mi camino y yo intentaré ir de tu mano, sé que a tu lado siempre tendré un refugio, un motivo, una ilusión, una esperanza.
    Hoy quiero poder dar todo de mí, con las fuerzas y las ganas de la juventud, ser buena maestra, no dejándome afectar por la comodidad, cambiando siempre mi metodología y mi manera de trabajar y renovando cada mi ilusión.

  24. “DÉJATE LLAMAR MAESTRO”

    Déjate querer, déjate llamar, maestro y amigo, ¡esa es tu verdad!.
    Deja que cada mañana te llamen amigo, hermano, ofrecerles en tu mano la mejor rosa temprana.
    Deja que tu sol alumbre sobre su noche dormida, deja que brote la vida con el calor de tu lumbre.
    Déjate querer, déjate llamar, maestro y amigo, ¡esa es tu verdad!.
    Deja que nazca la flor escondida en su palabra, que su corazón se abra entre el gozo y el dolor.
    Deja que a ritmo divino lleguen hasta la verdad,
    Dales sólo libertad para andar por su camino.

  25. Señor, tú que eres único y verdadero Maestro, concédeme la gracia de ser maestro para mis alumnos.
    Haz que yo sepa educarlos en libertad y capacitarlos para un auténtico compromiso hacia los demás.
    Haz que sepa hablarles de tí y enseñarles a hablar contigo.
    Haz que mi docencia sea igual que la tuya.

  26. Señor hoy te doy las gracias por ser la persona que me has hecho ser.
    Por darme los elementos necesarios que he ido necesitando a lo largo de esta vida.
    Gracias por ayudarme a conseguir mi meta y sobre todo por poner en mi camino a las personas que he ido conociendo.
    Gracias a ti me he convertido en una persona que se deja afectar, que acepta las críticas tanto mala como positivas de la gente que me rodea y que me quiere. Por todo esto me gustaría llegar a ser una buena profesora e inculcarles a mis alumnos todo lo que he ido aprendiendo desde el amor y la paciencia.

  27. Desde que nos dijiste que hiciésemos una oración con las cualidades del maestro que queremos ser, no dejo de darle vueltas a la cabeza. No sé cómo escribir algo bonito, que rime y tenga sentido, solo sé que quiero formar parte para siempre de la vida de todos y cada uno de mis alumnos. Que cuando pasen los años, aún me recuerden y vengan a visitarme y que sus ojos sean un espejo en el que vea reflejada mi labor docente. Por ello y tomando las claves vistas en clase, quiero ser capaz de:
    Desarrollar su sensibilidad y dejarme afectar por los sentimientos de mis niños.
    Arriesgar y apostar por el cambio, pues ellos son el futuro.
    Despiertar la generosidad de los niños anteponiendo aquello que necesitan los demás a sus propios intereses. Haciéndolos ricos de espíritu.
    Ponerme al servicio de quienes me necesiten en cada momento.
    Adquirir el compromiso necesario para despertar en los más pequeños las ganas de luchar y de cambiar el mundo.
    Insertarlos en la comunidad para que se relacionen y conozcan el mundo tal cual es y luchen por cambiarlo.
    Cuando sean mayores, sus personalidades reflejen los ideales que les transmití de pequeños.
    En cada una de mis palabras y acciones reconozcan a Jesús.
    Querelos lo suficiente para que me importen, porque ese cariño se alimenta del roce diario, la impaciencia, el cansancio superado, la rutina que se rompe, de las miles de recompensas fugaces que recibiré cuando les vea crecer y ser más y mejores. Ese amor es el que les educa y el que me sostendrá.

  28. DECÁLOGO DEL MAESTRO
    ¡Que la luz de tu mirada guíe mis pasos, Señor!
    Ayúdame, Señor, a sentir como tú sentiste.
    Quiero dejarme afectar por las inquietudes ajenas.
    Ansío salir de mi mundo y llegar al mundo de los demás.
    Aprender a vivir en comunidad y nutrirme de ella.
    Ser cristiana comprometida y con fuerzas para servir.
    Quiero llevar tu estela a los más necesitados.
    Que mis alumnos contemplen en mí tu gracia.
    Quiero entregar mi amor generosamente a los demás.
    ¡Señor, hágase en mí tu voluntad!
    Amén.

  29. Padre te presentamos la alegría y el esfuerzo por seguir haciendo escuela. Comunidad te damos gracias por estar entre nosotros, compartiendo el esfuerzo por formar personas cada día, empujando nuestra lucha por construir Reino. Porque queremos ser tu proyecto para la humanidad, te pedimos hoy por todos nosotros, te pedimos por esta familia. Haznos esforzados, dinámicos, creativos, despiertos siempre a lo nuevo. Ayúdanos a aceptarnos como tú nos aceptas, a respetarnos como tú nos respetas, a querernos libres y diferentes como tú no quieres, a cuidarnos como tú nos cuidas, a alentar en el camino al otro que junto a nosotros hace día a día su camino en la vida. Te pedimos también, Padre, por cuantos en la comunidad tenemos la tarea de alentar con nuestra fe y nuestro trabajo. Te agradecemos sus esfuerzos, nuestros esfuerzos. Que seamos capaces de descubrir el tesoro que alberga cada una de las personas con las que compartimos cada día. Amén.