Y presidida por su ministro…
Escrutinio y Consentimiento
Una vez más, el ministerio me pone como testigo directo de un proceso de amor en el que Dios se ha hecho evidente, historia, encuentro, seducción, proceso, entrega, descubrimiento, fe, búsqueda… Ha sido un año de reflexión y encuentros preparando esta celebración, ellos – Miriam y Alfonso, universitarios extremeños ya profesionales- en Madrid y yo en Badajoz. Les he acompañado en la búsqueda de la celebración viva de su sacramento, ellos son los ministros y yo soy testigo, testigo de su verdad. Por eso me alegra poder ofrecer hoy – cuando acabo de ultimarlos- estos trozos vivos de la celebración elaborados desde ellos y con ellos…
ESCRUTINIO:
Es condición para la celebración del matrimonio, de un modo auténtico y valido, que vengáis libremente, dispuestos amaros durante toda la vida y a ser fecundos en los hijos educándolos evangélicamente, por eso ahora os pregunto sobre vuestra intención:
Alfonso, en nuestras reflexiones previas a la celebración del sacramento. tú has confesado:
“Tengo la suerte de conocer a Mirian desde los 16 años. Compartimos clase en el instituto y allí comenzamos a tener una relación de amistad muy especial. Siempre hubo un sentimiento de atracción que por cambios y situaciones de la vida no se desarrolló. Con 17 años me fui a estudiar a la universidad fuera…
Dios quiso que nos reencontráramos a final del 2009 estando ya casualmente los dos trabajando en Madrid, y a partir de ese momento ya casi no nos hemos separado. Poco a poco al principio, y a grandes pasos ahora.
En todo este tiempo con Mirian, no he podido ser más feliz, todo lo que me aporta es bueno: seguridad, diversión, locura, humor, estabilidad, fuerza, pasión,.. Es sencillamente perfecto para mí, queremos formar una familia cuyos pilares sean el amor, la unión y el respeto, con nosotros como núcleo de ello.
Quiero cuidarla y hacerla feliz toda la vida hasta que seamos tan, tan ancianos, que no nos quede nada por vivir juntos! La amo. Es mi luz y mi camino. Es buena, generosa, desinteresada, leal, divertida, buena hija y hermana, lo da todo por los que quiere.”
Miran, por tu parte, también hay confesión de amor y de preparación al matrimonio:
“De Alfonso, me seduce su protección, cariño y respeto hacia mí. Siempre hubo algo especial entre nosotros y daba poco a poco la cara esa sensación. Veía en él ganas de amarme y me daba seguridad. “Me dejé llevar” por su cariño aún con algunos miedos, y poco a poco, hizo que viese una realidad evidente: la necesidad de estar juntos y amarnos.
Aunque ya nos conocíamos dentro de un grupo de amigos, ya no éramos los chicos de 16 años que estudiábamos juntos, sino que, cada uno, con su bagaje personal, fue descubriendo en el otro algo más profundo e interesante.
En Alfonso he descubierto unos valores como persona muy sólidos que me aportan equilibrio y tranquilidad. Su sentido de la solidaridad y del buen hacer de las cosas desde la bondad y sobre todo su sentido y concepto de pareja y familia, que es una ilusión común que compartimos y que hemos ido descubriendo juntos.
La fidelidad, el pensar que la familia y el otro es lo primero, la responsabilidad y la entrega, son las claves que vemos y que nos proponemos. La Unión.
A luz de esta profesión de encuentro y amor OS pregunto:
– Alfonso y Mirian, ¿Venís con total libertad a comprometeros en el amor para toda la vida, queriendo formar una familia en la que vuestros hijos descubran la felicidad de la vida y el evangelio?
– Respuesta:
- Sí, venimos libremente, queremos amarnos toda la vida y formar una familia al estilo del Evangelio.
CONSENTIMIENTO
Así, pues, ya que queréis contraer santo matrimonio, unid vuestras manos, y manifestad vuestro consentimiento ante Dios y su Iglesia.
Alfonso: Miriam, valoro tu alegría y tu ilusión, eres única para mí y me enamoras cada día. Yo quiero darte todo lo bueno que hay en mí y deseo construir contigo una familia que te ame tanto como yo. Tú me has hecho sentir a Dios mucho más cerca de mí, y hoy le pido al Buen Dios que bendiga nuestro matrimonio y nos de fuerzas para que sea tan sólido como una montaña, que nunca flaquee y nos sintamos siempre unidos, enamorados y felices.
Ante esta asamblea y en presencia de Dios te recibo a ti, Mirian, como esposa, y me entrego a ti, y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.
Miriam: Alfonso eres para mí un tesoro, me seduce tu bondad, sensatez y tu sentido eterno del amor. Me encanta cómo proteges a los que quieres y siento tu amor hacia mí.
Yo quiero darte mi amor, todo mi amor, mi ser más profundo, mis virtudes y defectos para abrirme a ti, en una entrega sin condiciones. Te ofrezco, ante Dios y esta asamblea, toda mi entrega incansable y prometo amarte, respetarte y cuidarte todos los días de mi vida, en la salud y en la enfermedad, en el éxito y en el fracaso. Deseo vivirlo todo junto a ti, hasta que la muerte nos separe.
La celebración fue de alegría, gozo y llena de vida… otra vez más salí enriquecido de un Dios tan humanado, y de un amor humano tan divino… como decía ella: me encanta Alfonso, tu “sentido eterno del amor”… Dios a borbotones.
