Y tú eres Rey?

Jóvenes visitan a un rey… Y no es parábola… o sí?

4Hoy fiesta de Sta. Clara, Domingo de Agosto,  donde los evangelios nos van presentando el discurso de Lucas sobre la confianza en Dios y en su reino -amo apasionadamente en este capítulo lucano-, releeo con gusto las cartas que nos están llegando de diez jóvenes universitarios extremeños – de la JEC- que junto al consiliario Julian de Plasencia -también delegado de misiones- desde Benin, África, donde están realizando una experiencia de encuentro y de vida. Han ido con el deseo de dejarse hacer y sorprender por aquella realidad, quieren ser discípulos para poder ser más universales y aprender a vivir con la realidad y con el tesoro auténtico de la vida.corazón africano Lo quieren buscar en todos los rincones, también en los de áfrica. Han ido con el espíritu del evangelio que hoy proclama y que invita a salir de la necedad de encerrarse en uno mismo. Las experiencias están siendo, según cuentan, múltiples. Hay uno que yo creo que les ayudará a entender a aquel pasaje del evangelio en el que Jesús anuncia que su Reino no es de este mundo que funciona de otra manera completamente distinta. Ellos que están acostumbrados a las realezas europeas -y  no creo que crean mucho en ellas-, han tenido la ocasión de conocer otra realeza, a la que es más fácil acceder… así lo cuentan ellos y tiene su gracia:

Gamero

 

“Esa misma tarde, después de escribiros la primera carta, vinieron a vernos las niñas de Nikki para jugar con nosotros y nos invitaron a dar un paseo por el pueblo. Durante ese rato, visitamos un teatro que nos pareció abandonado y en cuyo escenario bailamos un rato y subimos a la azotea, desde donde pudimos ver gran parte de la ciudad de Nikki. Salimos de nuevo al exterior y seguimos nuestro paseo con las niñas. Nos miraba todo el mundo, pero ya nos hemos acostumbrado a la fama. Llegamos a una plazuela que tenía una entrada a una casa. Nos pararon allí y nos dijeron que nos quitásemos las zapatillas y que entráramos con ellas en silencio. No sabíamos para qué, y dudamos si dejar allí las zapatillas. Algunos pensamos que era una broma que querían gastarnos, otros que nos iban a quitar las zapatillas y que tendríamos que volver descalzos a casa. Fue al pasar al patio interior de la casa cuando entendimos que íbamos a ver al rey de los baribas… UN REY, y nosotros sin ponernos guapos. Al parecer, para ir a ver al rey de los baribas hay que pedir audiencia e ir presentado por un ministro, pero la etnia de estas niñas, nagós, tiene buena relación con la familia del rey, así que allá que fuimos, ¡hasta dentro!

A modo de reverencia tuvimos que tirarnos al suelo. Hubo nervios y momentos incómodos. No entendimos nada, y alguno (Retor) sólo decía: “Si nos dan algo, comedlo, ¡no me jodáis!”. El rey nos acogió en su casa y nos hizo un regalo, Kola, un fruto que se da como símbolo de acogida, de agradecimiento o como carta de invitación a algún evento. Es bastante amargo y sabe un poco a hierba, pero aquí lo mascan todos los abuelos. Tendremos que volver con Isidro y con Julián de manera formal para devolverle el saludo.”

Y si resulta que la realeza de Dios está más cerca de la africana que de las nuestras… y merece la pena tenderse en tierra y darlo todo por este Rey de la vida que es Jesús de Nazaret que se hace presente en los pequeños de este mundo,  en los rincones no esperados…?  La Señal, envuelto en pañales y acostado en un pesebre… y se postraban y lo adoraban… y le llevaron oro, incienso y mirra…qué cosas¡¡¡¡¡