Claves Mariológicas (1)
“María y su protagonismo en la historia de la Salvación”
Tema: Protagonismo y dignidad de la mujer
Virgen de Guadalupe y Bandera de Extremadura
TRIDUO A LA VIRGEN DE GUADALUPE
Parroquia de Ntra. Sra. De Guadalupe-Badajoz.
6-9-2013
Introducción.Todos somos y nos desenvolvemos en la historia de la salvación; en esta historia el protagonismo es de Dios, pero El quiere y potencia que cada uno de nosotros ejerzamos el protagonismo de nuestra propia vida. Dios no teme nuestra participación activa, nuestro protagonismo o crecimiento personal, como le podía ocurrir a Zeus con Prometeo, al revés, su gloria es la gloria del hombre, que viva y tenga su propio y verdadero valor.
Génesis:
En el gesto de la creación del hombre, al hacernos “imagen” suya, nos estaba lanzando a ser señores de la historia, ponía la existencia del mundo y la nuestra en manos humanas para que, desde un proyecto enraizado en El, como fuente y origen, llegáramos a nuestra verdadera realización en la libertad auténtica. Libertad que no obtenemos en la lucha con él, arrebatándosela, sino que es una donación gratuita para vivirla no en la tensión sino en el agradecimiento.
Sin embargo el hombre no supo agradecer y acoger la libertad como un don, vivirla en la relación de comunión con Dios, creyó que su protagonismo sólo lo alcanzaría en la ruptura, como si la comunión con la fuente de la vida fuera una atadura. De este modo, su grandeza la convirtió en su perdición, quedando abandonados a su propia suerte, determinados y rotos, sin libertad y sin protagonismo.
Historia de la salvación:
Toda la acción divina en la historia se ha dirigido a otorgarnos el protagonismo auténtico, el que libera de ataduras y conduce a la verdadera libertad:
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Éxodo: El pueblo de Israel subyugado en Egipto, sin propiedad ni identidad, llamado a la muerte y en la esclavitud, es liberado por Dios, que les devuelve identidad y protagonismo en su éxodo, motivado por personajes del pueblo que el mismo suscita para que sean líderes que los conduzcan con fuerza por caminos de libertad.
– Alianza: Un pueblo elegido en la debilidad de la nada, es reconocido e identificado por el propio Dios que lo hace su pueblo, con claves que le dan corte de originalidad en su divinidad al mostrarlo cercano a lo pobre y a lo débil, frente a los poderosos y los fuertes: “Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios”.
– En los profetas: elegidos por Dios para el pueblo, con mensajes propios y únicos elaborados por la fuerza del Espíritu. Un pueblo iluminado y asistido en todo su caminar, para marcar horizontes de verdadera libertad y vida, aun en los momentos más de crisis y de muerte.
El protagonismo de María:
– Una mujer sin protagonismo para el pueblo y para la historia; anónima y sin ser valorada, en el peligro de ser rechazada y excluida. Ella es levantada por Dios en medio toda la historia, llena de gracia, en un diálogo amoroso y único con Dios, de él con ella. Dios establece una relación personal de absoluto con una mujer sencilla y oculta, criatura anónima, a la que le concede un protagonismo radical; protagonismo que ella acoge agradecida considerándose esclava en ese camino de libertad que Dios propia al Pueblo. El magníficat abre las puertas del canto del protagonismo que Dios concede a los hombres, y que ella siente de un modo privilegiado en su pequeñez. Está claro que Dios en su relación con las criaturas y con la mujer rompe todos los esquemas de valoración. Lo seguimos viendo en místicos como Teresa de Jesús, o la más contemporánea Edith Stein.
– María, elegida y llamada, en su propia realidad para realizar una misión desde la sencillez y lo oculto, pero con un carácter universal , para facilitar el encuentro de Dios con la humanidad de un modo definitivo; ella facilita con su disponibilidad el camino para la encarnación de lo divino. En ella se produce el milagro que nunca será comprendido: “Dios se ha hecho hombre…el creador se ha hecho criatura”.
Evangelio: El valor de lo humano y la feminidad:
– En la clave de la encarnación el valor de cada ser humano, en su pequeñez y creaturidad, se nos presenta: único, original, definitivo, con capacidad para lo auténtico. Así ha sido revelado lo humano en Jesús de Nazaret: él ha sido y es único, original, definitivo y auténtico. En él están todo nuestro valor y todas nuestras posibilidades. María lo ha posibilitado participando en la historia a la luz de la voluntad el Padre. Ella, en su unión con Jesús, también ha sido única, original, definitiva y auténtica.
– Jesús, desde la claves del Padre y en la consideración de su propia Madre María, ha entendido el papel y protagonismo de la mujer en la historia, que le viene dado por su escucha y cumplimiento de la Palabra y la voluntad del Padre, que hace de su esclavitud donada, causa de nuestra alegría y de nuestra liberación. Nadie como Jesús apostó y reconoció el valor y el protagonismo de la mujer en todos los ámbitos de lo humano y de lo religioso.
Llamada y exhortación parenética:
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Sentimos la llamada a reconocer el protagonismo de lo de femenino en la historia, al reconocimiento de su dignidad, igualdad y libertad.
– Dios nos quiere con el protagonismo que él mismo nos ha concedido, y su voluntad es que sea respetado por todos. Nadie, en nombre de Dios y con ninguna otra razón, tiene derecho a arrogarse para sí o limitar el protagonismo de nadie, de ninguna mujer en ningún espacio: social, cultural, político, económico, religioso…
– Hemos de reivindicar el protagonismo de cada ser humano, fundamentados en Cristo. El supo ser auténtico y ganarse su protagonismo, el que le concedía el Padre, entregándose a su voluntad. También nosotros estamos llamados a vivir nuestra autenticidad y protagonismo verdaderos en él, comprometiéndonos en la esperanza que cada criatura humana, sin distinción de sexo, raza o religión pueda gustar de la libertad y protagonismo que Dios le ha regalado.
