Contemplar la vida…

 

Lolo  Matos y yo estamos participando en un taller del Prado sobre “evangelio y pobreza”. La primera sesión ha sido sobre la contemplación de la vida. Os ofrecemos síntesis de lo vivido.

SESIÓN SOBRE LA CONTEMPLACIÓN DE LA VIDA  18-19 noviembre de 2013

IDEAS PRINCIPALES:

Podemos sintetizarlas en convicciones, dificultades y llamadas:

CONVICCIONES:

–          Dios nos moldea desde los acontecimientos y hemos de dejarnos hacer por Dios.

–          Cuando contemplamos la vida, nos gozamos con Jesús de la acción de Dios en los pobres.

–          Cuando contemplamos, transmitimos de otra manera, tenemos otra cara, otra palabra, “te vuelve el calcetín” del pesimismo a la esperanza. Y damos al  pueblo “la ración de alimento a sus horas”.

–          Mirarnos como Dios nos mira, nos sana y nos engrandece porque nos hace entrar en la mirada de Dios.

–          La fe es ver y oír lo que hace y dice Jesús, para verte, amarte…y dejarse hacer por Él.

–          Cuando contemplamos la vida es Cristo quien contempla a través de nosotros.

–          Cuando contemplamos la vida de la gente contemplamos a Cristo, y así contemplamos al Padre.

–          Si es Cristo quien mira en nosotros, entonces miramos al Padre y a los hombres y somos transparencia pura de Cristo como Él lo es del Padre.

DIFICULTADES:

–          En la práctica nos cuesta el ejercicio ascético, ponernos en clave de docilidad y obediencia, la “muerte a nosotros mismos” para descubrir y hacer lo que Dios quiere de nosotros.

–          La acumulación de tareas complica hacerlas con serenidad para descubrir el “paso” de Dios y tener tiempos para la contemplación.

–          Alguno expresa que le cuesta agilidad en la conexión vida-Palabra.

 

 

LLAMADAS:

–          Dedicar tiempo reposado a conocer los “proyectos” de Dios, para hacer experiencia creyente del Dios de la vida, y para que lo que comuniquemos sea experiencia teologal. Vivir en ESPERANZA: Permanecer en vela para descubrir el paso de Dios, hacer una cierta distancia para poder entrar en la hondura de lo que estamos haciendo y viviendo. Entender que esto no es algo más, sino una tarea ministerial, la primera, sino lo hacemos quien más pierde es el pueblo de Dios que él nos ha encomendado.

–          Para poder vivir el punto anterior necesitamos del apoyo y la referencia comunitaria. Necesitamos del discernimiento comunitario para despejar los engaños, descubrir por donde va la acción del Espíritu y así colaborar con él.

–          Hemos de explicar a la gente que hemos de renunciar a actividades para poder contemplar la vida y la Palabra, ayudarles a entenderlo.

–          Permanecer cuando Dios calla, en el silencio de Dios se lleva a cabo la obra salvadora.

–          Mirar  con Dios el corazón de las personas, contemplando sus posibilidades, su plenitud y alegrándonos de cada pequeño paso que den en esa dirección, porque es el fruto del Espíritu en ellos. Mirar la vida desde el final de los tiempos, desde la resurrección.

–          Vivir con Cristo en la intemperie, en confianza filial. Acogiendo lo que Dios nos da a través de las personas, repartir lo que Dios nos da como los camareros en una boda, Dios nos lo da para que lo sirvamos a los demás.