Encarna y la propina de la vida

encarnaEncarna y nosotros: Una propina.

Ha sido al terminar la jornada el viernes, cuando todos deseamos ir al encuentro del fin de semana para gozar de otros espacios, de otra manera a como lo hacemos cada día en nuestro trabajo. Pero en esta ocasión nos hemos detenido porque había una invitación de Encarna, administradora del Centro de la Facultad de Educación de la Universidad de Extremadura. Tras cuarenta años de servicio en la universidad y más de treinta en la facultad –la edad que tiene su hijo el mayor- se jubila.mesa

La ocasión merecía estar un rato gratuito y  generoso en torno a la mesa, como una familia que se alegra por la vida cumplida de uno de sus miembros. Era ella la que quería en un espacio festivo invitarnos a una copa de agradecimiento a la vida, a la universidad y, en concreto, a esta comunidad escolar de la facultad a la que ella siente como familia que se ha generado en el día a día. Todos la sentimos como parte de nosotros también, se vuelve a repetir aquello de que nuestro yo se hace al encontrarse con los otros. Ella con su trabajo y sus relaciones ha construido su “nosotros” que también es nuestro.

celelbracionEn el acto festivo me surgía la pregunta de  qué es lo que queda de sus décadas de presencia profesional en el medio estudiantil, y me respondía a mí mismo que lo más grande  no es tanto la perfección de su quehacer técnico u organizativo sino la relación humana de corazón que a través de todo ese quehacer se haya generado.  Lo que queda para siempre, sin duda, es la compasión que se ejerce en la relación o lo que llamamos el bien interno de la profesión, todo aquello que has generado de bien y de servicio en la comunidad.

Y ya sabes Encarna, “puesto que has sido fiel en lo poco de cada día, ahora te mereces el ciento por uno y la vida eterna en el futuro”, siendo consciente de que todo es “pura propina”. Digo lo de propina, porque es una de las bromas con la que nos hemos divertido bastante. Recuerdo que era cumpleaños de una compañera de la secretaría y bromeaba yo preguntando la edad a Encarna. Ella me dijo que a partir de los sesenta ya no celebraba los cumpleaños, y yo le comenté que ahora era cuando había que celebrarlos, porque ya son “propina”.  Según van pasando los años, más  gratuitos son, le recordaba una anécdota vivida con mi madre. En las noticias daban cuenta de que la edad media de vida de los españoles eran ochenta años, al decirle yo que ella tenía ochenta y cinco, riendo me dijo “pues ya llevo cinco de propina que Dios me ha dado y  que nadie puede quitarme”.

Nfacultados hemos reído mucho con este decir de la propina, pero es la verdad. La Biblia, en la  que tú te apoyas, nos dice que todo es “gracia”, todo es gratuito. Tú has sido una gracia para nosotros, para la comunidad y te deseamos que Dios te colme con una “propina generosa, remecida, rebosante…” y la gastes alegre con los que tú más quieres. Nos unimos a tu acción de gracias a Dios desde este lugar querido y entrañable para ti y nosotros como es la universidad de Extremadura, y  más especialmente la facultad de educación en Badajoz.

José Moreno Losada.