Junto a ti, Martín…

Querido Martín:

martin casilleroLa celebración de esta tarde era necesaria. El fatídico trece de Agosto nos enterábamos de que te habías marchado de nuestro mundo y habías abierto las puertas del campo de tu vida a la eternidad. Desde ese día sentimos tu ausencia, la dolemos y la lloramos. Cada uno lo hacemos desde nuestro lugar, tu madre como dolorosa, Loly en el desconsuelo, tus hijos apenados, los compañeros de trabajo con vacio, las amigos en la tristeza, los hermanos de fe en el cenáculo queriendo ver…cada uno te sentimos desde el lugar en el que nos encontramos contigo. Pero necesitábamos encontrarnos todos juntos, para vivir tu ausencia como sacramento de tu presencia viva y amorosa en el presentimiento de que el amor, en cualquiera de sus maneras, es más fuerte que la muerte. Y así ha sido, hemos estado  unidos en tu ausencia y en comunión con tu cariño y tu aprecio hacia nosotros.martin hija Nos imaginábamos cómo nos mirabas a cada uno y como tenías la palabra apropiada para consolarnos y esperanzarnos desde tu experiencia ya vivida de muerte superada, con un titulo de eternidad no oxidable ni manipulable por nada ni por nada. Al decir todos, tú me entiendes,  tu madre querida y tu esposa amada, tu hijos y demás familiares, gente de Llerena, el alcalde de badajoz y el personal de limpieza de la facultad, los compañeros de la universidad y los de la diputación, los hermanos de fe de la fraternidad marista, así como los no religiosos, en su ateísmo comprometido con la causa de los pobres en las ongds extremeñas que te conocieron en la coordinadora… Hoy hemos sido comunidad y asamblea en tu nombre, en tu persona, alrededor del altar en el deseo de comulgar contigo en el corazón de lo divino, en su potencia creadora y resucitadora.

martin familiaNos ha ocurrido lo mismo que a los apóstoles de Jesús, que una vez muerto el maestro, el amigo, el hermano, el fuerte…necesitaron reunirse, estar juntos, en comunidad. Y allí se apareció la vida resucitada, la luz que les ayudó a entender todo para poder volver la mirada a la esperanza, y así salir a los caminos  de la historia diciendo que todo había tenido sentido y que había merecido la pena aunque pareciera que acabó en fracaso.  Nosotros en esa comunidad, junto al resucitado, hemos querido recobrar tu presencia para que nos hablara de la vida que no se acaba, del amor que es fecundo y vence a la muerte, del grano de trigo que cae en tierra y muere, del Padre que no nos abandona sino que tiene un destino de gloria y vida para todos. Si hemos querido sentir que ya estás en la gloria y que allí  nos encontraremos contigo cuando pasemos en el amor el trance del morir, como tú lo has hecho.

En la fe hemos mirado tu vida  y te hemos encontrado en la síntesis de tu yo hecho anuncio en la vivencia de tu enfermedad, hemos proclamado y reconocido cómo en tu enfermedad nos has hecho el resumen de tu vida y nos has mostrado la esencia de tu persona,  te hemos visto como un “enfermo con-sentido”, que en tu enfermedad nos has serenado y sanado. Y hemos visto los hilvanes de tu sentir que nos han ayudado a orar con fe viva desde tu persona y tu historia:

DISCRETO

Dias bonitosLa discreción, viviste el proceso de un modo personal e íntimo, te hiciste cargo de tu enfermedad y no la has querido cargar sobre nadie. La compartiste con tus médicos a los que estimabas y querías, de los que te fiabas, a los que tenías como verdaderos colaboradores tuyos, donde tú ibas tomando decisiones con su apoyo, conocimiento y técnica.  Siempre te oímos hablar de ellos desde un lugar de aprecio, confianza y valoración de los mismos, así como una defensa verdadera de la sanidad pública y de los medios que tenemos, justificando el que podamos y debamos pagar nuestros impuestos para no perder esto que hemos logrado como un bien común del pueblo. Esa misma discreción la usaste para con la familia, los amigos y los compañeros de trabajo, agradecemos tu gestión personal y decidida de tu proceso de camino en la vivencia de la enfermedad.

  • Pidamos a Dios, desde Martín, el valor de la discreción y la sencillez: Nacido en Llerena, en una familia sencilla y trabajadora, de unos padres honrados y humildes, aprendió que la clave de la vida ha de ser saber encargarte de tu historia sin ser carga para los demás. Hacerse cargo de lo propio con discreción es asumir que somos imágenes de Dios y nos toca construir nuestra propia historia abiertos a otros que serán los nuestros a los que unimos camino y destino.

 

 NORMAL Y SENCILLO

OLYMPUS DIGITAL CAMERALa normalidad como instrumento de sanación y vida. Uno sólo está mal cuando lo está, sólo está enfermo cuando la enfermedad requiere la atención directa e integral. No has querido darte de baja de un modo general y total, más bien lo contrario  has llenado de normalidad seguir en funciones y quehaceres para sentirte vivo y vivir con los demás, haciendo así más fácil el proceso a todos. El día que estabass bien, tú aparecíass fenomenal y a mí me animabas sólo con verte papeles en las manos, café en la terraza o chiste en el pasillo. Cuando estabas mal te dedicabas a sanarte, así como cuando tenías que acudir a los reclamos de tu cuerpo colaborando con la quimio y la técnica, sin perturbar la vida a los demás. A veces estabas ingresado y ni nos enterábamos, no porque lo ocultaras sino porque lo asumías como propio y no queías parar la vida de los demás.

  • Pidamos a Dios, desde Martín, la sencillez de lo diario. Construir cada día con la mirada fija en el objetivo del bien-ser, llenando cada momento de autenticidad, sabiendo que solo poseemos el instante, pero que en él nos podemos hacer eternos, si sabemos amar con normalidad el afán que nos corresponde cada día.  Pidamos con él, saber aceptar la noche y el día, la luz y la oscuridad, lo bueno y lo malo, el éxito y el fracaso, la salud y la enfermedad. Todo con la intuición de que “a los que aman todo les sirve para el bien”. Y en esa sencillez la vivencia de la gratuidad, todo nos es dado, y en todo recibimos. No somos dueños de nada, aunque podemos ser creadores de lo que nos han regalado, en el deseo de ser nosotros mismos, con un yo original y auténtico, en la gracia de lo vivido.

ENAMORADO DE LA VIDA

Tus conversaciones no estuvieron ocupadas por tu enfermedad, seguías la vida y comentabas de ella teniendo en cuenta a todos, al hijo, a la hija, la política, la calle, el periódico, la revista…todo sigue, aunque lo nuestro es pasar. Le dabas más tiempo a tu campo, a tus perros, a la vida que a la enfermedad. Impresionante, le dabas mucho más tiempo a la vida que a la enfermedad, como si no quisieras dejar de beber en cada momento el chorro de agua  que te llega en cada persona, mirada, momento. Hablabas más de solidaridad con el tercer mundo que de las expectativas de vida que tú podías tener, tu vida iba mucho más allá de un diagnóstico porque vivías en muchos espacios y de muchos modos. Me pregunto cómo podías sostener el ánimo y la vida, contra esas células insistentes y astutas que iban buscando cobijo donde sólo se quería vivir. Tu conversación me aseguraba que morirías viviendo, en tu casa con los tuyos,  porque no estabas dispuesto a que la muerte ocupara tu vida, sólo le diste el lugar que le correspondía y cuando le correspondió.

  • Pidamos a Dios, junto a Martín, amar la vida y el mundo. Vivir enamorados de lo que somos y de lo que hacemos, de lo que tenemos y de lo que nos rodea. Nada hay insignificante si tenemos el aprendizaje de lo profundo, de lo que puede llenar una vida de gracia, de color, de ánimo, de fiesta, de luz, de amistad, de esfuerzo, de saber, de placer… el gusto de lo pequeño en lo relativo que anuncia un absoluto que nos sobrepasa. En la ciudad desde lo rural, en el asfalto desde el olivar, en lo mucho desde lo poco, en el saber desde lo oculto, en lo público desde lo interno,  en la salud desde la enfermedad, en la lucha  por vivir desde el anuncio de la muerte, en la política desde la honradez, en la pluralidad desde el diálogo y el respeto, en la justicia desde la pobreza del mundo,  en el amor total desde la debilidad desnuda.

AMANTE Y CREYENTE

Martin chaletEl sentido con el que viviste. El otro día un filósofo actual  decía con acierto, pienso yo, que el hombre de hoy está huyendo de la pregunta por el sentido, se encuentra perdido como un zíngaro sobre el tejado de este mundo y le da miedo bajar de él . Pienso que esto  nos pasa, a veces, a los que te  hemos rodeado en tu enfermedad, quizá nos preguntábamos cómo estarías o como iría lo tuyo mirando tu físico y las señales externas de tu enfermedad, pero nos costaba mirarte  y preguntarnos como estabas siendo  tú en tu vivencia de esta ultimidad que te llegaba con una enfermedad que anuncia y expresa los límites, con los que todos vivimos, de nuestra mortalidad. Incluso nos guardábamos de hablarlo contigo por prudencia, pero también  el silencio encerraba  nuestro miedo de no saber hablarlo, porque dudamos si sabríamos vivirlo.  Por eso hoy, cuando ha asado el fragor de tu batalla, reconocemos  lo que nos ha aportado tu vivencia sana de tu enfermedad, salud y ánimo. En tu lucha y proceso vivido has sido una fuente de salud y vida para nosotros, y te lo agradecemos y  hoy en asamblea, con el sacramento de tu presencia en tu ausencia, nos hemos abrazado a tu proceso  con-sentido en el que sabemos que entraba un fe cristiana sencilla y firme, una confianza vital que nada ni nadie te  ha podido quitar nunca. Esa confianza, esa fe es la que ha hecho discreto, sencillo, normal, amante de la vida, enamorado y creyente. Y hoy, en el dolor de tu ausencia, la celebración comunitaria nos ha hecho sentir tu presencia viva y resucitada, hemos vuelto a sentir tu fuerza y tu ánimo.

   -Pidamos, junto a Martín, el amor y la fe. Quien tiene un porqué para vivir: Loly, madre, Álvaro, Alicia… un corazón lleno de nombres…resiste cualquier cómo y lucha por la vida. Y de fondo una fe, que no se rompe con la muerte, sino que se agiganta y se convierte en el consuelo de los que lloran la ausencia como sacramento de la presencia. Nada nos podrá arrebatar de las manos de lo amado en lo profundo, ni siquiera la muerte. El amor es más fuerte que la muerte, así lo celebrasteis en vuestra boda y así sigue siendo, así se proclamó en vuestro bautismo y en el de vuestros hijos, así se vivía en cada eucaristía y en cada reunión de comunidad y fraternidad marista…así lo sentías cada vez que te acercabas al evangelio y al perdón. Por eso ahora en este instante de muerte, nos abrazamos a la fe en la eternidad. El Dios que nos creó para vivir no nos dejará morir; el crucificado que ha resucitado te ha acompañado en tu enfermedad y te ha hecho fuerte. El en la muerte te ha llevado sobre sus hombros y te ha puesto en la mesa del Reino, donde poco antes llegó tu hermana, desde allí te sabemos eterno, salvado, y en la comunión de los santos te sentimos “campo abierto”, sin más límites ni fronteras que la fraternidad universal del amor eterno de Dios para con nosotros. Hasta siempre, hasta el cielo,  Martín.

José Moreno Losada.