“Con pasión y compasión” : JEC

La procesión va por dentro

Ya suenan tambores y trompetas, pasos de costaleros cargados con cientos de kilos de solidaridad en el lugar de la imágenes. Se comienzan a preparar con, pasión, todos los pasos que van a ser procesionados por miles de cofrades y contemplados por millones de personas, que de esta manera plástica y artística se acercan a los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Muchos verán la nueva película sobre la resurrección en estos días, y como las procesiones, de gran calado artístico, cultural y, cómo no, religioso, van a ser respiradas por toda la ciudadanía de un modo u otro, en un contexto que mezcla con facilidad la ambigüedad de la indiferencia, lo pagano y la religiosidad popular. Pero, con más sentimientos o menos, serán procesiones desde la expresión fundamentalmente externa aunque vaya cubierto el rostro. La fragelación, la cruz a cuestas, la crucifixión, incluidas las pasiones vivientes,  no expresarán mucho más que el recuerdo vivo y entrañable de la figura de Jesús y de su contexto histórico, amén de sus palabras y sus gestos que han quedado sellados en la historia para siempre.

 La pasión de hoy

En medio de toda esta realidad, que hemos de mirar con cariño y juzgar con ternura, si cabe una pregunta sencilla: ¿Aquí está toda la semana santa? ¿existen otros modos de estar y entrar en ella en este siglo XXI? ¿Se puede celebrar la pasión, muerte y resurrección del Galileo, Jesús de Nazaret, desde la actualidad más palpitante? Hace pocos días vivíamos  el planteamiento europeo frente a los pobres refugiados. Son hechos simbólicos de una pasión más universal y diaria, que ahora les ha tocado vivirla en la parcialidad de los sirios, pero que otros días estuvieron en nuestros propios sentimientos y sangre de guerras fratricidas. Hemos bebido un cáliz que nos ha hecho temblar por dentro y cuestionarnos con una profundidad  escalofriante lo que se refiere al ser humano: ¿hasta dónde podemos llegar todos en lo bueno y en lo malo? ¿”En qué parte de la frontera estamos y cómo contemplamos la situación que el papa describe como tercera guerra mundial refiriéndose a todos los lugares tocados de violencia, sufrimiento, persecución, huida, muerte, miseria…”? Son cuestiones que permanecen en el silencio de nuestras personas, en los minutos de silencio, en las liturgias celebradas, y que manifiestan que la procesión va por dentro y requiere contemplación y respuesta.

 Jóvenes estudiantes “con pasión y compasivos”

En  esta procesión, que va por dentro, estamos implicados  muchas personas de a pie y de la calle, de todos los credos e ideologías, y entre ellos quiero destacar a  un grupo de jóvenes estudiantes  de Extremadura que se van a dirigir a Ávila, a la universidad e la mística, porque quieren vivir la pasión con-pasión, implicarse e interrogarse a la luz del evangelio del crucificado que ha resucitado. Serán un centenar estudiantes, en su mayoría universitarios, que vienen de distintas zonas de España – País Vasco, Extremadura, Castilla, Andalucía, Madrid, Canarias.- a un encuentro de formación y  celebración en estos días de Semana Santa. Su lema de convocatoria es “con pasión y compasión, por la JEC”. Se identifican como jóvenes estudiantes cristianos (JEC), llevan  tiempo preparándose para este encuentro y pretenden analizar sus vidas, especialmente sus ser estudiantes, desde la humanidad de Jesús de Nazaret. Quieren ponerle nombre y palabras propias, desde sus vidas en los medios juveniles, sociales, políticos y estudiantiles, al mensaje, al proyecto, a la pasión y contradicción, y a la resurrección de Jesucristo.

Mártires y confesores de hoy

Recordaremos a Elías, un miembro universitario de JEC, sirio, que fue asesinado y que creyó en la paz y la justicia, en la posibilidad de la fraternidad en medio de su pueblo. Desde el confesarán  que otro mundo es posible y que de alguna manera ya lo están viviendo, porque “la procesión va por dentro”. Trabajan en la construcción de sus personas porque quieren ser críticos y transformadores en sus medios, especialmente el instituto y la universidad, buscan analizar la realidad desde lo más profundo de la misma, se empeñan en descubrir que lo más importante en la vida es lo que se puede hacer por los demás, tienen la esperanza de poner todo su saber y su estudio, con todas sus titulaciones, al servicio de los más débiles y pobres de la sociedad. Saben que todo esto es difícil y genera contradicción en su propio  interior y en los espacios familiares, sociales, institucionales; pero  también están convencidos que el proceso ya está en marcha y merece la pena, porque ellos mismo van sintiendo como sus sentimientos se han transformado y  va siendo posible lo que no lo parecía, porque la fuerza de ese Jesús sigue estando viva  y no deja de ganar corazones de gente que no tiene miedo y aceptan el reto de la responsabilidad de la sociedad y de la vida.

Aleluya

Son jóvenes que llevan la procesión por dentro y yo, que soy un testigo privilegiado de la vida de muchos de ellos en la vida diaria de la universidad y he  compartido con ellos más de un encuentro, os puedo decir que hay motivos para la esperanza. Jóvenes estudiantes de Badajoz irán a Ávila, que va a ser la sede de muchos sueños y de muchos proyectos de personas que sin duda van a ser en sus vidas señales de respuesta de Dios  para una sociedad que vive en la inseguridad y en el miedo, y que no se atreve a apostar con radicalidad por la participación en la construcción un mundo con claves de verdadera justicia y fraternidad. ¡Chapeau  para  los jóvenes inquietos de toda España  que en estos días van a encontrarse en  la tierra de la mística española –como muchos otros harán por otros lugares-, porque su procesión va por dentro, “con pasión y compasión”¡

 

José Moreno Losada.