Preadolescentes: ¿ Desnortados o con brújula interior?

Una niña muerta por coma etílico
Veo la noticia de una niña de doce años que ha muerto en Madrid por causa de un coma etílico y me reafirmo en esta reflexión que hacía desde la experiencia de acompañar chavales de esas edades en mi ámbito parroquial. El arma que tenemos frente a la muerte y el desnortamiento de nuestros chavales no es otro que la brújula de la interioridad. Nos pedirán cuentas de esta responsabilidad.

Niños con brújulas, con norte de santidad Seréis santos…

Soy un convencido de que Dios nos da un trozo de pan resucitado cada día, en medio de la vorágine del vivir diario, para seguir manteniendo la esperanza y no perder el norte. Ayer lo viví por la tarde en el entorno de la parroquia, con una actividad preparada con y para los preadolescentes.

Los preadolescentes

Todo sabemos que es una edad que tiene su intríngulis, cuando terminan la primaria y acceden a la secundaria, no sabemos bien cómo acertar. En la comunidad parroquial nuestra no deja de ser un interrogante que nos lleva años de trabajo, pues se mantienen catequéticamente tres años, a encuentro semanal, con el norte de la celebración de la primera comunión, pero después se da la desbandada, se desnortan. No conseguimos un proceso que les seduzca y les anime.

Este año, animado con padres interesados, especialmente Paco y José Miguel, estamos intentando algo nuevo y distinto. Iniciar un proceso de pedagogía de la fe, que pase por la acción, en el que ellos comiencen a ser verdaderos protagonistas de lo que creen y de lo que hacen, a su estilo y modo, acompañados con ilusión y paciencia con nosotros. De ahí van saliendo estos trozos de esperanza y de resurrección desde nuestros preadolescentes y ahí se sitúa ese momento de ayer en el que salí esperanzado y motivado por ellos y su alegría participativa, con un verdadero protagonismo. Hablamos de que estamos creando una asociación de chavales para chavales, después ya veremos dónde se insertan, según sus procesos, a nivel de movimientos apostólicos eclesiales.

Tropa solidaria de Ntra. Sra. De Guadalupe

“Tropa solidaria de Ntra. Sra. de Guadalupe”, así se autodenominan una docena de preadolescentes que el curso pasado, en Mayo, celebraron por primera vez la Eucaristía participando en la mesa de la comunidad eclesial. Ellos mismos se han encontrado, han escrito y comunicado a sus compañeros el interés por volver a juntarse y a caminar juntos. Ahora no lo hacen porque busquen llegar a una celebración sino porque quieren compartir juntos un camino, quieren asociarse y programar un itinerario en el que ellos sean protagonistas y lo están siendo.

Dar, ayudar y compartir

El lema síntesis de lo que deseaban al asociarse era muy sencillo: “Siempre listos para dar, ayudar y compartir”. Además con sus ideas y su arte han ido hasta confeccionando su escudo-símbolo, que me ha gustado tanto, y me identifico tanto con él, que lo he puesto como foto nick en las redes. Me alegra iniciar el proceso con este protagonismo tan claro de estos chavales.

El norte y la santidad.

Hoy tocaba celebrar la fiesta de los santos, la santidad, la alegría que produce la bondad de Dios en los corazones de los hombres. La santidad ha de ser nuestro norte y así ha sido en la dinámica preparada por un padre, Paco, que a través de brújulas, enseñándonos a buscar con ellas, nos ha llevado a distintos puntos del parque del bioclimático, en los que nos encontrábamos las figuras de santos concretos: Francisco Javier, Teresa de Calcuta, Tomás de Aquino, Juan de Dios, Isabel de Portugal… En cada uno de ellos hemos descubierto claves de santidad. Ya están motivados para la próxima sesión: ¿Dónde está el norte de nuestra santidad personal? ¿Qué es ser santos? ¿Podemos y queremos serlo? ¿Nuestra asociación nos puede ayudar a santificarnos? ¿Nuestro lema es lema de una tropa santa?…

Al final hemos terminado comiendo nuestros higos, castañas, nueces, con casamientos… Como veis no luchamos contra nada, otras fiestas o nombres, sólo nos preocupamos de profundizar en la grandeza de lo que tenemos, nos empeñamos en unir santidad, alegría, gozo y entrega.

Seguiremos… “Si quieres, vente con nosotros”

Cuando estábamos en la actividad, Abel, muy inquieto y bastante autónomo, me ha gritado y me ha llamado: “Pepe, Pepe… allí está Joaquín que estaba en mi grupo. Dile que venga a nuestra asociación”. El niño se ha acercado le hemos hablado sobre la carta enviada, ha dicho que la ha recibido, que lo hablará con su madre y si quiere se apuntará. A los tres minutos venía a apuntarse y meterse en la actividad, ha disfrutado como el primero. No he podido menos que acordarme del Papa Francisco, una Iglesia en salida… una parroquia en el parque del barrio, llamando allí donde ellos juegan y son. Ellos mismos apóstoles de ellos mismos, con la alegría del evangelio y las ganas de ser ellos mismo. Ahora toca seguir, sin desaliento, animarlos, acompañarlos. Ojalá más padres se coimpliquen, ojalá más preadolescentes se unan y les prestemos un verdadero servicio para su protagonismo y su grandeza en la generosidad, que favorezcamos su santidad. Estamos convencidos que lo que más felices les va a hacer no es su currículum sino su generosidad y grandeza interior, vamos a trabajar por ellos y con ellos. Para que sean santos. A mí no hay duda de que ayer me santificaron.