Como niños…

Lex orandi, lex credendi – Día internacional del Niño –

Haceos como niños

La imagen puede contener: 1 persona, de pie, calzado y niñosEn esta mañana, Padre, al enterarme de que celebramos el dí­a internacional del niño me acuerdo de tu hijo Jesús, envuelto en pañales y acostado en un pesebre, y recuerdo sus palabras invitándonos a ser como niños para entrar en el Reino de los cielos, en la dinámica verdadera de la vida auténtica y original, la que es transparente y sin tapujos.

Fuertes en la debilidad

La imagen puede contener: 1 persona, durmiendo y primer planoEn esa invitación me siento llamado a saber vivir en la debilidad y en la dependencia. En una sociedad en la que todos queremos ser independientes, fuertes, superiores, y así­ educamos a nuestros hijos, tú te presentas envuelto en pañales, recordando lo que realmente somos criaturas débiles que necesitamos de los demás. Nos presentas la debilidad como la oportunidad de vivir en el verdadero agradecimiento y en la confianza total, llegamos a la vida en la intemperie de la mayor necesidad, sedientos de vida sin más armas que la compasión que inspiramos en la mayor de las debilidades y ahí­ nos muestras nuestra grandeza. Señor cómo celebro tu ser y tu amor cuando a los más pequeños y recién nacidos los veo rodeados y protegidos de toda su familia, siendo el centro y lo más importante para ellos, disfruto en cada bautismo, en el que ponemos como centro de nuestras vidas, de la familia y de la iglesia, a los seres pequeños que nos ganan para el amor y la ternura. Ayúdame Señor a ser como un niño, a reconciliarme con mi debilidad, a no esconderla ni huir de ella, sino acogerla, compartirla y celebrarla junto a los demás y agradecer todo gesto de ternura y cuidado que reciba en mi vida.

Auténticos y transparentes

También descubro tu llamada a la transparencia de los verdaderos sentimientos y emociones. En una sociedad en la que se brindan unas emociones y se ocultan otras, en las que se utilizan algunas de ellas para vendernos y se nos vende para vencer otras que se les califican como negativas, tú nos muestras en los niños la coherencia de los sentimientos, el crecimiento en todas las emociones como la alegrí­a y la tristeza, el miedo y la valentía, la timidez y la ira,  en todas hay vida, verdad, amor. Encauzarlas y vivirlas es el reto, ocultarlas es morir y romper la verdad de lo que la existencia nos da y nos quita. Ayúdame Señor a ser transparente, a vivir en lo auténtico y lo original, a mostrar sentimientos verdaderos, a encauzar y no reprimir lo que siento y lo que soy. Dame la luz suficiente en mi experiencia para poder conocer los sentimientos de los demás y sus emociones sin juzgarlos, a quererlos como son y acogerlos para darles mis mejores sentimientos y emocionarnos juntos en la fraternidad y en la facilidad de un mundo y una vida mejor para todos.

Gozosos y confiados

bisaMe seduce su alegrí­a y su alboroto, su gozo de vivir y de encontrarse, su expresa petición de cariño y cuidado, y su expresión libre de afecto y cariño. En un mundo en el que la alegrí­a se busca en el puro bienestar, tú me muestras a los que son gozosos por el puro bien-ser, por el abrazo y la risa, por el juego y la esperanza, por la confianza y el riesgo. Sácame Señor de la comodidad de lo reglado, de la seguridad de lo medido y controlado, llévame a la naturalidad del encuentro, de la sorpresa, de la admiración, de creer en lo imposible desde la pequeñez de lo diario y de lo posible, entra la magia del Espí­ritu en mi corazón para ser creativo en la creación, para soñar lo nuevo y lo imposible, para dormir en la paz de una vida cansada de andar en el riesgo y de lo nuevo. No permitas que me encierre en lo conseguido, en la soberbia de lo ganado, haz que me levante cada día con la programación de lo que vendrá por gracia y será nuevo en el corazón que, aunque tocado de años, se siente vivo y alegre como el del niño que sabe que hoy todo será nuevo.

Padre dame un corazón de niño como el tuyo, dame un corazón divino como el de los niños, un corazón divino y humano.

P.D.- Sin olvidar que el mejor instrumento es: Derechos humanos