Carla y Cristina, corazones trasplantados, clave cuaresmal.

Sacramentum: sensible y eficaz

pane-spezzato-02[1]Un signo sensible y eficaz de gracia, que realiza lo que significa. Así se definía lo que era sacramento como acción de Dios en medio de la historia, pasando por los sentidos y adentrándose en el interior profundo de lo humano para darle vida en abundancia. Para poder realizarse, nos avisaban los teólogos, que el hombre debía estar abierto a dicha gracia y no oponerse, porque la acción de Dios no se impone, ni violenta el querer, la voluntad de lo humano.

Cuaresma: cambiar la piel del corazón

corazonesLos cristianos hemos comenzado la cuaresma y en este tiempo buscamos poner a punto nuestro corazón para que, purificado de todo lo que nos ata, encierra, oprime, sea más libre y se adentre más en la pureza y en la autenticidad que nosotros reconocemos en el corazón y el sentir divino, en la humanidad de Jesús de Nazaret. En la parroquia lo celebrábamos con los niños que al recibir la ceniza, escenificaban trayendo sus corazones de piedra, oscuros, endurecidos con las malas acciones y sus debilidades, a las cuales les ponían nombre perfectamente con más libertad que los mayores, y recibían un corazón colorido y simbólico en el que se leía que la “cuaresma: tiempo en el que los cristianos cambian la piel de su corazón”. Lo entendieron perfectamente al ponerle el ejemplo de Rubén que había pedido a todos sus invitados a la primera comunión que le ayudaran a sufragar un proyecto de manos unidas para niñas de la India, en lugar de regalos para él que tenía de todo.

Mirar como Dios mira: la compasión auténtica

En la mañana comparto oración y reflexión cuaresmal con las clarisas del convento de santa Ana, nos centramos en la mirada de Dios a los hombres, cómo nos mira y cómo mira por nosotros, ejerciendo la verdadera compasión, poniéndose en la piel del otro, para vivir y sentir desde él, para actuar desde lo que el otro verdaderamente quiere y necesita de nosotros. Todo un reto de querer ver con sus ojos la realidad, para descubrir su amor y su acción en medio de nosotros en la vida de cada día, porque es ahí donde el creyente descubre el verdadero sentido de la vida, los sacramentos de la vida, las señales sensibles y eficaces de la gracia que se dan en lo más humano y profundo del vivir diario, a veces de forma anónima y otras siendo señaladas y reconocidas por muchos. Con este pensar y sentir, salí del convento, y me dirigí a ese lugar diario y rutinario en la mañana como es el despacho de la facultad, pero primero pasé por la cafetería a compartir un café.

La normalidad de Cristina

cristina-carnavalAllí reconocí inmediatamente a Cristina que, junto a su padre, estaba desayunando, porque viene todos los días a Económicas donde está matriculada en siete asignaturas en este curso. La encontré alegre y bella, me encantó saludarla y poder reír con ella por las fotos que había visto de su disfraz en carnaval con sus amigas. Vida totalmente normalizada, estaban allí porque su padre conocía a uno de los camareros y les gusta ir de vez en cuando. Pero hace unos días ella testimoniaba en el diario Hoy, cómo había caído desmayada y se había despertado tiempo después en un hospital en Madrid, y reconocía lo que le decían porque sentía que le falta una pierna y veía las cicatrices de su operación: le habían hecho un trasplante de corazón.

La cicatriz de la gracia

cristinaElla no hizo nada, ella recibió ese signo sensible y eficaz de la gracia, de la verdadera compasión cuando uno se pone en la piel del otro, toda la sociedad organizada había realizado el milagro desde lo ordinario de corazones profesionales, humanos, solidarios, fraternos… por eso hoy al besar con alegría a Cristina, luchadora por la vida,  entendía lo de la mirada de Dios y la gracia de su acción entre los humanos en este signo de tanta humanidad.

Ahora la pequeña Carla, otra señal de vida y eficaz

Más tarde llego a casa y el noticiario vuelve a ponérmelo en bandeja, habla de Carla, una niña de menos de un año, que se convierte en referente y esperanza para otros menores, porque su vida dependía de un trasplante de corazón, de que llegara, se realizara bien la operación de trasplante, y que tuviera buen postoperatorio, y ha tenido éxito. carrlaHoy salía su madre feliz, agradecida, con lágrimas de vida y esperanza, deseando que su hija sea cardióloga, para que siga haciendo los milagros que han hecho con ella en ese hospital y en esta sociedad. Una niña con un año que ha recibido la gracia en un signo sensible y eficaz como es la donación de otro pequeño corazón para que ella pueda seguir viviendo y amando.

Que la gracia cambie nuestros corazones, hay señales vivas 

Yo recibía la noticia de Carla, con su cara graciosa y alegre de niña pequeña viniendo ya para Badajoz, y la unía a mi encuentro con Cristina en la universidad, a quien encontré alegre, guapa y luchadora en su juventud, siendo consciente de que sigue amando porque ha sido amada y cuidada por muchos, y ahí está haciendo su vida normal y buscando su proyecto de vida con la ilusión y la fuerza que le corresponde.  Estos hechos de vida los metía en mi corazón, respiraba profundamente, y reconocía como hay sacramentos eficaces de la gracia que nos hablan de corazones transformados, trasplantados, llenos de vida y de ilusión, sentía la invitación divina a dejarme transformar mi corazón, a purificarlo, a liberarme más y más para adentrarme en la construcción de ese reino de lo humano y lo fraterno sin límite alguno, como lo han experimentado Cristina y Carla, convirtiéndose en sello y señal para esta cuaresma que hemos comenzado a vivir.  Miremos a ellas y abramos nuestro interior para renovar nuestro corazón.

¿Cuaresma hoy?

José Moreno Losada