Ser hijo amado -II Domingo de cuaresma-

Las señales del amor de Dios padre se dan en lo ordinario de la vida, en el vivir de lo cotidiano. Abrir los ojos a ese amor encarnado y dejarse iluminar por él es entrar en la transfiguración del existir para nacer a la esperanza de algo nuevo y glorioso.

VIVE Y REGALA MISERICORDIA

hijo queridoSeguimos avanzando en este camino de cuaresma. Sabemos que no estamos solos y nos abrimos a la experiencia de sentirnos hijos queridos de Dios en lo diario. La vida no es fácil pero no hay un momento, por difícil que sea, en que no seamos hijos queridos del Padre.

Segundo Domingo de cuaresma: “Eres mi hijo”

Jesús fue un creyente fiel y su convicción más profunda era que Dios es su Padre. Ahora él, con su Espíritu, nos llama a compartir sus sentimientos de hijo divino, a sentirnos hijos queridos de Dios.

Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: “Maestro. ¡Qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”.

Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: “Éste es mi Hijo amado; escuchadle”.

HECHO DE VIDA

Javi expiró hace unos días. Junto a su cama acariciándole estaban su esposa, Mari, sus hijos Alejandro y María. Alejandro, hizo la comunión en nuestra parroquia junto a Pedro y Edu, los tres se conocían de Apnaba, comparten su vivencia del autismo. Al verlo morir, abrazó a su madre y exclamó: ¡Mamá, ha sido un gran padre! Creo que no hay mejor forma de expresar que él ha sido un hijo realmente querido, amado. Ya me avisó su padre de que él viviría bien su muerte, porque las características de su autismo le permiten integrar y aceptar la contradicción con naturalidad. Así lo demostró con las palabras que pronunció delante de toda la asamblea, al finalizar la ceremonia exequial: “Has sido buen hijo, esposo, padre, hermano, amigo, mecánico de Delta y has tenido muy buen humor. Así nos quiere Dios, como Alejandro se ha sentido querido.

Reflexión

«Este es mi Hijo amado: escuchadle a él». En la vida Dios nos invita a escuchar a Jesús hasta el fondo. Vamos con prisas y vivimos una religión más bien externa, nos relacionamos con un Dios todopoderoso, con un Jesús del milagro y no descubrimos su verdadera identidad que es la de Hijo de Dios y hermano nuestro. El fue abriendo, poco a poco, los ojos y el corazón de los discípulos para que llegaran a conocer el corazón del Padre, desde su propia vida y sus sentimientos. Quien lo ha visto a él ha visto al Padre. La Cuaresma nos invita a escuchar de corazón el evangelio, para poder encontrarnos con Cristo y él nos muestre sus verdaderos sentimientos, su mensaje de amor sobre el Padre. Sólo así, podremos sentirnos queridos por Dios y no tendremos que buscar el amor y la felicidad en las cosas pasajeras, rápidas y agobiantes del mundo. Si abrimos nuestro corazón a El, nuestra vida empieza a iluminarse con una luz nueva..

Conviértete

Durante la cuaresma ponemos en un sitio central de la casa, el más habitado y compartido por la familia, el evangelio. Podemos utilizar el libro de las lecturas diarias bíblicas que nos regalamos en la Parroquia en Navidad. Buscamos momentos personales o familiares para leerlo con sencillez, antes de la comida, en la mañana, en la noche. Escuchamos el evangelio haciéndonos una pregunta muy sencilla: ¿Jesús, como es nuestro Padre Dios, y cómo nos quiere? Los que podáis, también ayuda a rezar diariamente este enlace:  https://rezandovoy.org/

Oración para esta semana

Jesús, llévame contigo al monte Tabor y enséname tu verdadero rostro, que yo pueda conocer el amor del Padre como lo conoces tú, que aprenda a escucharle y hablar con él, como lo haces tú. Quiero sentirme querido por él para poder llevar su evangelio a mi vida y a los de los demás, sabiendo quererme a mí mismo, queriendo a todos como los quieres tú, que has dado la vida libremente por nosotros. Que yo sepa abrirme a la voluntad del Padre y te escuche de corazón en esta cuaresma.