Confesiones de un médico

El cuadro de una bici (que es su “cuerpo”, en cuanto que las ruedas son su “alma” porque pueden alterar completamente su comportamiento) puede estar hecho de cuatro materiales principales: acero, aluminio, titianio o fibra de carbono. Analizaré las características de cada uno con analogías entre una bici (mi pasión) y un médico y un cristiano (mi profesión y mi elección). Así aúno en una reflexión profesión/vocación/pasión (interés, hobby, como se quiera llamarle).

–         ACERO: es el material principal, antes todas las bicis estaban hechas de acero (al menos las que yo he conocido desde los años 60, imagino que a principios de siglo sería hierro). Es un material resistente, rígido pero no demasiado, posee una cierta flexibilidad que le hace muy vivaz, “sientes” la carretera, además es confortable, absorbe bien las vibraciones. No es el más ligero, aunque actualmente hay aleaciones más ligeras pero más caras. Muchas veces se puede arreglar si se rompe y no suele perder propiedades con el tiempo (hay bicis que tienen 40 años y están como el primer día). Construir una bici con él (es decir, algo que parece tan simple como unir los tubos) es un arte, y puede hacerse de muchas maneras. Su único problema es que puede oxidarse, pero eso se retrasa o evita con cuidado y una buena pintura. Además, un buen acero puede ser barato.

 De acero están hechos los médicos veteranos y clásicos, admirables muchos de ellos, que duran años en la profesión: pierden atractivo, ya no están de moda, pero son absolutamente fiables y no se deterioran, aunque pueden tener “desconchados” en la pintura en forma de desilusiones, melladuras producidas por el tiempo y los sufrimientos ajenos y propios.

–         ALUMINIO: es más rígido y ligero que el acero, por lo general más caro, pero no tan confortable. Además, cuando se rompe lo hace de modo irreparable. Es relativamente fácil de trabajar y tiene un “ciclo de vida útil”, más o menos largo según la intensidad con que se utilice la bici.

Lo comparo al material de los médicos jóvenes: son eficaces pero a veces intolerantes (“rígidos”), se creen poseedores de la ciencia y la verdad absoluta, quieren resultados inmediatos. Yo creo que es un momento en la vida de un médico, ulteriormente cambia de material: se transforma en acero para poder seguir siendo un clínico (normalmente mejor) o pasa al mundo de la gestión (normalmente lejos de los pacientes y sus sufrimientos).

          CARBONO: es el material de moda, hoy prácticamente el 100% de las bicis que vemos en la TV, las que usan los corredores profesionales, están hechas de carbono, así como las que compra la mayoría de la gente. Se elaboran todas iguales, a partir de un molde o uniendo los tubos de dos o tres maneras, no más, sin arte alguna. Pueden tener formas extrañas, es un material extremadamente moldeable. Aunque los barnices y colores sean diferentes, en el fondo las bicis de carbono son prácticamente todas iguales, en cuanto que los tubos y las mismas bicicletas (salvo honrosas excepciones) se producen en tres o cuatro grandes fábricas del sureste asiático. Su rigidez y ligereza son extremas, por lo que son muy poco confortables. Pueden ser muy baratas (en origen lo son, producidas por obreros mal pagados) o muy caras (adecuadamente pintadas en Europa o USA, con las pegatinas de “diseñadas” en –pero no hechas allí- o de constructores prestigiosos). En realidad son clones, réplicas exactas.

 En mi experiencia y entender, de ese material están hechos los gestores sanitarios: en el fondo todos iguales (salvo excepciones: aunque muy pocos hay artesanos del carbono, extremadamente caros), baratos de hecho pero caros de pagar. No creo haya clínicos (es decir, médicos que se ocupan de pacientes) de ese material, al menos yo no conozco ninguno.

Las bicis de carbono son hijas de esta sociedad “de usar y tirar” (inarreglables si se rompen), que produce barato y vende caro, cuadros construidos sin el cariño del artesano. Además en realidad no sabemos qué hay debajo, puede ser un buen carbono o uno muy malo, disimulado por la pintura y el prestigio de la marca que lo comercializa. Eso sí, es extremadamente eficaz a corto plazo, pensado para el ciclista profesional al ser de rigidez y ligereza extremas (pero incómodo: yo digo que, así como el acero te da vida a lo largo de una salida de varias horas, el carbono te la quita). El problema es que el ciclista profesional tiene tantos cuadros como necesita, pero el ciudadano de a pie no. No creo un cuadro de carbono sea una buena inversión a la larga. Siendo tan ligero es difícil de controlar en los largos descensos alpinos. Tal vez es atractivo para un corredor joven, pero no para uno veterano. Desconocemos el resultado que dará a largo plazo, tampoco lleva en el mercado tanto tiempo.

            TITANIO: material de rigidez y ligereza intermedias, casi eterno (puede durar una vida entera) al ser inoxidable y extremadamente resistente a la corrosión y los agentes ambientales (sólo algunos ácidos lo afectan). Es extremadamente difícil de trabajar, requiere herramientas específicas y caras, las manos de un artesano que lo suelden adecuadamente, sin estropearlo. Trabajar con titanio requiere un aprendizaje muy prolongado. Resulta inicialmente caro, pero siendo indestructible y combinando comodidad y ligereza, es una excelente inversión. Además tiene una propiedad única: la “resiliencia” o capacidad de volver a la forma original tras deformarse, lo cual le confiere su comodidad, aunque le quita rigidez (hay quien lo encuentra poco rígido, poco eficaz o efectivo al corto plazo, sus otras propiedades lo hacen muy efectivo para los corredores de fondo). Siendo caro, difícil de trabajar y dando sus frutos a largo plazo, es obvio que no está de moda, las bicis de titanio son hoy una auténtica rareza.

 Es obvio que este es el material del que ojalá estuviésemos hechos lo médicos, los cristianos y las buenas personas, el material teóricamente ideal. Sin embargo, no siendo metálicos sino humanos, podemos mutar durante nuestra vida profesional de uno en otro, o incluso elegir cuál ser, o aceptar que nos gustaría ser titanio, más selecto, pero nos contentamos con ser un buen acero, fieles y resistentes, aunque más pesados.

 Que Dios Padre/Madre nos ayude a ser un buen material en la construcción de su Reinado, sea cual sea el que elijamos o podamos ser.

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